Desde principios del 2019, el historiador Miguel León-Portilla había tenido problemas en su estado de salud.
En enero el filósofo mexicano sufrió un paro broncoaspiratorio por lo que fue internado de emergencia en un hospital de la Ciudad de México.
En aquella ocasión, el historiador Alfredo Ávila fue quien dio a conocer la información sobre el estado de Leon-Portilla.
En el hospital permaneció en el área de terapia intensiva, de donde salió tres días después y desde entonces se esperaba que de un momento a otro fuera dado de alta para ser trasladado a su domicilio, en el sur de la capital del país.
Para el mes de febrero, la salud del historiador mejoró un poco de acuerdo a sus familiares, sin embargo seguía en un estado delicado.
A mediados de año, su esposa Ascensión Hernández Treviño, informó que el doctor León-Portilla se encontraba mejor de salud.
Tras participar en conferencia magistral “La figura de Cortés y la geopolítica del Renacimiento”, en el Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM, dijo que estaba mejor pese a todas las complicaciones que había sufrido.
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“Está mejor, ha sido difícil todo, salieron complicaciones respiratorias. Pasó dos meses y medio en terapia intensiva, ahorita ya está en terapia media. Está mejorando mucho, espero que ya pronto pueda volver a casa", dijo Hernández Treviño.
En aquella ocasión, sobre el reporte médico, expresó que “los médicos nunca dan un pronóstico porque no hay enfermedades sino enfermos, pero en este momento les parece que va muy bien”.
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