Javier Darío Restrepo, quien numerosas veces fue galardonado por mantener ante todo la ética periodística y hasta sus últimos días dio cátedra a estudiantes y colegas en el Festival Gabo, en Medellín, falleció ayer en Bogotá, a los 87 años de edad.
Restrepo, quien era considerado el faro de la ética del periodismo en Iberoamérica, es recordado por sus coberturas en zonas de conflicto. Fue 17 años sacerdote, pero trabajando en el periódico mural, en un seminario, descubrió que su vocación estaba en el “mejor oficio del mundo”, como solía llamarle Gabriel García Márquez. Así que dejó la sotana y dedicó seis décadas a ejercer esta profesión.
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Siempre en su trabajo priorizó la libertad y la ética, ya que consideraba que no existía una sin la otra. También fue un férreo crítico del periodismo del siglo XXI, en una entrevista con el diario El comercio, declaró que con la llegada de las nuevas tecnologías las fallas de los periodistas se ponían en evidencia.
EL TIP: Su fallecimiento ocurrió en Bogotá, Colombia, un día después de regresar de la ciudad de Medellín donde la semana pasada participó en la séptima edición del Festival Gabo.
Restrepo se oponía a que la publicación de una nota la dictaran los likes o las vistas en los portales, ya que pensaba que debía anteponerse la calidad y el compromiso social del periodista, no aquello que fuera viral.
“Satisfacer los caprichos del lector es prestarle el más pésimo de los servicios, y es prestarse para el juego de comerciantes y mercaderes. Un comerciante lo que tiene que hacer es satisfacer los deseos del consumidor, pero yo como periodista no puedo hacer eso porque estoy al servicio de la sociedad y debo darle al consumidor de mis informaciones lo que él necesita de conocimiento y de acceso a la realidad. Ahí está la gran diferencia”, señaló en dicha conversación.
Fue formador de reporteros, cubrió guerras en prensa y televisión, y fue autor de 22 libros, entre ellos, El zumbido y el moscardón: taller y consultorio de ética periodística, La nube plateada, 40 lecciones de ética y La revolución de las Sotanas: Golconda 25 años después, por mencionar algunos.
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Así como Kapuściński consideraba que “para ser buen periodista primero hay que ser buena persona”, por ello decía que esta labor no debía reducirse a ser mero “redactor de los hechos que suceden, sin más propósito que el de hacer circular su medio y de entretener a lectores apresurados con historias sorprendentes.
“En la información periodística existe un potencial político desaprovechado, que no ha sido puesto al servicio de la sociedad. Prejuicios y temores aparte, y con plena conciencia del cambio que se está operando en nuestro presente, turbulento y enigmático, se puede esperar para el futuro un desarrollo de esta posibilidad, la del periodismo guía y líder en la sociedad, que será el desarrollo y aplicación del valor ético de la responsabilidad sobre el poder de la información aplicado al bien de la sociedad”, declaró en el discurso que ofreció durante su participación en el encuentro Periodismo de verdad 2019.
"Así como el periódico diario, o el noticiero cada día tienen que reinventarse, como si fuera su destino renacer en cada edición o emisión, esta profesión nuestra nos obliga a permanecer en construcción, porque la vocación ética a la excelencia exige ese estado de permanente reinvención. Es nuestro reto y nuestra gloria profesional”
Javier Dario Restrepo
Periodista
Hasta el momento de su muerte lideró el consultorio ético de la Fundación Gabo y apenas el pasado 4 de octubre presentó su más reciente libro La constelación ética. En su carrera fue conocido por sus columnas en El Tiempo, El espectador, El Colombiano y El Heraldo de Colombia.
En 1993 recibió el premio nacional del Círculo de Periodistas de Bogotá, así como el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar, en 1985 y 1986. En 2014 recibió el reconocimiento a la Excelencia periodística del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo Iberoamericano en la ciudad de Medellín.
jmg