Hernán Cortés es controversial desde que llegó a Tenochtitlán hace 500 años. Pero en los últimos días su figura atrajo la polémica más que nunca: se estrena una serie sobre su vida, el presidente vinculó su llegada con “el fraude histórico” y hasta un diputado pidió que se lleven sus huesos de aquí porque son “un foco de infección”.
Sin embargo, son, curiosamente, los restos de Hernán Cortés, lo que más lejos se encuentra del ruido, pues reposan en un lugar apacible, justo a un centenar de metros de su encuentro con Moctezuma en Tenochtitlán: La iglesia Jesús Nazareno, de la calle República de El Salvador, en pleno Centro histórico de la CDMX.
En cambio, fuera de este recinto (donde los restos descansan detrás de una placa dorada, en las que se lee: Hernán Cortés 1485-1547), el legado del conquistador español provoca un hervidero que encabeza casi a diario las tendencias en las redes sociales, sobre todo la incendiaria propuesta del diputado de Morena Charlie Valentino.
[caption id="attachment_1056821" align="aligncenter" width="696"] Iglesia Jesús Nazareno. Ahí se encuentran los restos de Cortés, detrás de la placa roja. Foto: Karen Rodríguez[/caption]
El legislador pidió al mandatario mexicano que los restos de Cortés sean llevados a España, pues considera que tenerlos aquí sólo “dan pena y vergüenza. Que saquen esa porquería de aquí que solamente nos da mal aspecto, que se lleven ese foco de infección”. Y sus declaraciones fueron encendieron las redes sociales.
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Antes, el propio presidente Andrés Manuel López Obrador señaló al conquistador como el autor del primer fraude en la historia de México: “Apenas desembarcó en Veracruz, el conquistador Hernán Cortés… se autonombró alcalde, fue el primer fraude”.
El incendió llegó hasta España, donde el partido de derecha Vox, le respondió en Twitter: “Alguien debería decir a este mediocre con ínfulas que México es independiente desde hace 200 años, que deje de pelearse con Hernán Cortés, que lleva más de 400 años muerto y que esa gallardía que demuestra debería practicarla con Maduro, que sigue matando”.
Alguien debería decir a este mediocre con ínfulas que México es independiente desde hace 200 años, que deje de pelearse con Hernán Cortés, que lleva más de 400 años muerto y que esa gallardía que demuestra debería practicarla con Maduro, que sigue matando.http://t.co/W0elai13P1
— VOX ?? (@vox_es) November 19, 2019
Mientras, los restos del guerrero de Extremadura se encuentran muy bien resguardados. El acceso a la iglesia está restringido con una valla de madera que rodea el altar, que impide acercarse a menos de 10 metros de distancia. Más bien se necesita observar detenidamente para poder ubicarla en ese sitio que parece oculto.
Aunque tampoco estos huesos se salvaron en el pasado de la polémica, por sus constantes remociones de lugar de descanso. Antes de que se quedaran ahí, al parecer ya para siempre, erraron más de 200 años en largas travesías por el mar Atlántico entre España y México, episodio que aparecerá en la serie televisiva “Hernán”, que inició sus transmisiones esta semana en Amazon Prime, History Chanel y Tv Azteca.
Justo la serie se enmarca también en la polémica surgida por estos días alrededor de la figura del Marqués del Valle de Oaxaca, pues los historiadores casi nunca coinciden en que exista una sola historia de Cortés, como explica Juan Carlos Olmedo, especialista del Tecnológico de Monterrey en historia y cultura de México.
Según Olmedo, tras la muerte de Cortés (ocurrida en 1574) fue sepultado en Castilla de la Cuesta en Sevilla, desde donde fue trasladado a San Isidro del Campo, por razones poco claras. Es hasta 1566 que sus restos son traídos a la Nueva España para ser depositados en la Iglesia de San Francisco de Texcoco junto a dos de sus hijos.
Para 1794 hicieron su primer arribo al Templo Jesús Nazareno. Y en 1823 o 1824 se cambiaron al altar de la misma Iglesia, ya que con las batallas del movimiento de Independencia se tenía el temor de que los restos del hombre que conquistó el nuevo mundo fueran saqueados.
Ante este temor la osamenta del conquistador llegó primero al Templo de Santo Domingo y después al Hospital de Jesús, el cual fue fundado por el propio Cortés en 1524. Lucas Alamán, quien en esa época fue secretario de Relaciones Exteriores de la junta provisional que estuvo al mando, tras el derrocamiento de Iturbide, se encargó de proteger y esconder los restos de Hernán Cortés, junto con un busto del español realizado por Manuel Tolsá.
[caption id="attachment_1056828" align="aligncenter" width="700"] Urna con los restos de Hernán Cortés[/caption]
Falta por ver si todo esto aparecerá en “Hernán”, la serie de Amazon Prime, History Chanel y Tv Azteca, ambientada en 1519 y que cuenta la historia de la Conquista de México desde la perspectiva de cada uno de los protagonistas de este hecho histórico.
El actor Óscar Jaenada es quien que da vida al polémico personaje, y al conocer los sentimientos que despierta Cortés en México, el actor pide a los televidentes ver la serie sin prejuicios. “En México la visión que tienen de Hernán Cortés y los españoles es muy negativa… lo importante es contar lo que pasó y lo importante es verlo sin prejuicios”, señaló en una entrevista para la agencia de noticias Europa Press.
Jaenada también interpretó a Luisito Rey en “Luis Miguel, la serie”, cuyo personaje se ganó el desprecio delos mexicanos; y ahora que representará a Hernán Cortés surge la cuestión ¿si será que a este nuevo personaje le espere el mismo recibimiento o será una reivindicación del mismo?
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El propio actor comentó en varias ocasiones que ese no es el objetivo del programa. El experto en historia de México Juan Carlos Olmedo coincide con el actor, pues considera que la producción no va a cambiar la visión que se tiene de Cortés en México.
“Cortés es considerado un invasor y no un héroe. No creo que el programa lo reivindique, me sentiría satisfecho con que el programa se base en hechos históricos”, afirmó.
El Conquistador y la paz de una osamenta
Pero los huesos de Cortés sí reposan en paz, desde que Lucas Alamán los trajo a esta capilla del Centro Histórico haciendo creer que ya no estaban en México. Hasta envió a Italia el busto de Cortés para hacer creer que allá estaría el nuevo mausoleo de español, aunque en realidad los regresó aquí, a la iglesia Jesús Nazareno en calidad de secreto y así permanecieron por más de 100 años.
Nadie sabía dónde estaban hasta 1946 cuando un historiador descubrió la resguardada ubicación. “Se dice que Alamán lo dejó indicado en una carta, sin embargo yo no conozco dicha carta, por lo cual no podría asegurar lo de la carta”, afirma el investigador Olmedo.
Tras por fin haberse revelado la localización de la tumba, se iniciaron las labores para poder dar con el urna, la cual fue hallada el 24 de noviembre de ese año los huesos ahí encontrados fueron examinados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en donde se determinó que aquellos restos sí eran los de Hernán Cortés.
[caption id="attachment_1056827" align="aligncenter" width="700"] El 24 de noviembre de 1946 fueron hallados los restos de Cortés escondidos en la iglesia Jesús Nazareno[/caption]
Entonces las autoridades establecieron que aquella osamenta se quedara en el sitio en el que se encontró y fue así como la iglesia Jesús Nazareno fue declarada Monumento Nacional.
Pese a su legado histórico y artístico —porque ahí se ubica el mural “Apocalipsis” que José Clemente Orozco pintó en 1942— este recinto religioso que data del siglo XVII no está reconocido como un lugar que pueda recibir diariamente cientos de turistas interesados en los acontecimientos que marcaron la construcción.
Llegan visitantes durante el día de martes a domingo. La mayoría son mujeres de la tercera edad que pasan a persignarse y dar un breve rezo.”No sabía que aquí están los restos de Hernán Cortés, pero me llamó la atención entrar y dar gracias a Dios. La iglesia es muy bonita por fuera”, comentó la señora Mariana Granados, quien pasó escasos 15 minutos dentro del recinto.
Algunos de los visitantes más jóvenes sí conocen que este lugar alberga los huesos del conquistador y van especialmente a ver la tumba del polémico personaje.
“Cuando me enteré que los restos de Cortés estaban aquí no dudé en venir. Es muy bonita por fuera, pero por dentro luce muy deteriorada”, contó Jorge Canela mientras señalaba con el dedo las grietas y las manchas amarillas que empañan el color blanco del techo del recinto.
En algunas ocasiones intentó sacar su celular para tomar una foto de contrabando, pues la principal regla de la iglesia es que está “prohibido tomar fotografías”. Los letreros con la indicación tapizan la puerta de entrada.
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Pero el joven no lo logró porque el padre Arturo Pérez, quien resguarda la iglesia, es muy estricto y en cuanto ve a alguien que quiere romper las reglas del recinto enseguida solicita que por favor atiendan las indicaciones escritas en los cartelones.
“Es imposible que te quieras ir sin tomarle una foto al lugar en el que está un personaje que fue tan importante para México”, dice Canela.
La descripción de Canela puede ser un resumen de los sentimientos que todavía despierta Hernán Cortés en México, etiquetado como genocida y destructor, como traedor de una cultura que se mezcló con la nuestra, amoroso, violento y todo lo que se quiera pero siempre intenso como el propio personaje.
