Producción del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) con la asesoría del Centro Cultural Helénico y la Compañía Nacional de Teatro, Felipe Ángeles, de Elena Garro, vuelve a los escenarios para conmemorar los cien años del fusilamiento del héroe hidalguense.
Hombre de convicciones, Felipe Ángeles (1868-1919) fue un estratega, matemático e idealista en un mundo pragmático y traicionero. Son tiempos de matar y el público está convidado a presenciar un asesinato en medio de rebeliones, caudillos, culpabilidades, sentencias y sangre.
La puesta en escena se sitúa el 26 de noviembre de 1919, al interior del Teatro de los Héroes de Chihuahua, donde se lleva a cabo un gran revuelo, ya que el general Felipe Ángeles está en prisión y vive un consejo de guerra por una supuesta traición a la Revolución Mexicana; el pueblo lo apoya, les ha devuelto la memoria.
En ese juicio todo es una representación, una ficción, un ”teatro” preparado para cumplir un capricho, una puesta mal hecha, en la que los antagonistas trastabillan y tiemblan. “¿Llama usted la Revolución a una camarilla de ambiciosos que están sacrificando a todos los que se oponen a sus intereses personales?”.
Elena Garro retoma esta figura histórica para, desde el arte escénico, develar los secretos que hay en las bambalinas del autoritarismo. Felipe Ángeles, la obra, le llevó a su autora más de tres décadas materializarla, desde que comenzó a escribirla, hasta que la publicó y la vio montada en los últimos años de la etapa del Populismo en el siglo XX.
La actual propuesta tiene aciertos y elementos a mejorar. La escenografía e iluminación de Jesús Hernández propone, de manera interesante, una gigantesca escalinata que se achica en la parte superior derecha con tres descansos, por ella suben y bajan los personajes en una suerte ascendente o descendente que juega con los destinos de todos los involucrados.
El vestuario de Carlo Demichelis ofrece vestimentas militares y de la población de principios del siglo XX con sutiles tinturas ensangrentadas.
En contraparte, se recortan contundentes escenas, como un diálogo con el Coronel Bautista (“el terror es el arma de los débiles, a la espada más cruel se le vence con la palabra, que es más poderosa”) o con el Padre Valencia (“Para mí, el tiempo ya no corre. Y este diálogo es irreal. Las palabras avanzan en un espacio sin tiempo, sin sucesos, en la paz. Moriré tranquilo”).
Con diferentes niveles y tonos, veinticuatro actores están en escena. Rodolfo Arias encarna a Felipe Ángeles y lo hace desde el que sabe perdida la partida mientras todos los personajes lo observan como un pelotón que lo lacera desde el olvido histórico y sistemático.
Elena Garro, también autora de Los recuerdos del porvenir, escribió sobre un hombre que les gritaba traidores a los hijos de la Revolución, que descubría el cinismo de quienes se habían servido de ella; una figura de diferentes aristas, un moralista político, un hombre incómodo que confronta a sus interlocutores.
Llega el momento de la verdad, el mártir se inmola por sus ideales, se funde con su realidad en el patio de los ajusticiados. Se observa a él mismo en diferentes etapas de su vida, desde esa inocencia de volar una cometa, ver su uniforme de cadete u observarse viendo “el cielo de los mexicanos… el último cielo… el cielo de los fusilados”.
Felipe Ángeles
Autoría: Elena Garro
Dirección: Rodolfo Guerrero
Cuándo: Hasta el 29 de diciembre de 2019
Jueves y viernes a las 20:00 h, sábados y domingos a las 17:00 y 19:30 h
Dónde: Teatro Reforma Juan Moisés Calleja (Burdeos 22, esquina Paseo de la Reforma, colonia Juárez, cerca del Metro Sevilla)
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