La caída y muerte del líder nazi Adolf Hitler, el 30 de abril de 1945 se convirtió en un tabú y por lo menos en los primeros nueve años después de este suceso nadie abordó este capítulo de la historia universal que, tiempo después, fue encontrando cabida en el cine y la literatura, a través de los cuales se han retratado los últimos momentos del dictador, incluso desde el humor.
En el séptimo arte es un referente la cinta “La caída” (2004), del director Oliver Hirschbiegel, la cual fue nominada al Oscar a Mejor Película de Habla No Inglesa. Ésta se desarrolla casi en su totalidad en el búnker donde Hitler y sus allegados se refugiaron durante los últimos 12 días de la Batalla de Berlín.
Se retrata, por ejemplo, cómo incluso estando ocultos, Eva Braun preparó una fiesta por el cumpleaños número 56 del dictador nazi, quien no quería ver su derrota y está obsesionado por castigar a su país, al cual considera un traidor.
La película es protagonizada por Bruno Ganz y está basada en el libro “El hundimiento” (2003), de Joachim Fest, quien, en una entrevista con El País, declaró que veía dos rasgos característicos en la personalidad de Hitler: el odio al mundo y un deseo de destrucción.
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“Con ‘El hundimiento’, una Alemania orgullosamente unificada y democrática parecía poder permitirse al fin el lujo de encarar su historia reciente de forma desacomplejada, mostrándola simplemente tal y como fue, de una manera objetiva, sin más juicio moral que el inevitablemente derivado de la autenticidad de lo que se cuenta”, resalta Rosa Sala Rose, en el texto ‘La muerte de Hitler: la representación cinematográfica de un tabú’, en el libro “Estética de la memoria”.
Antes de “La caída”, otro filme que retrata los últimos días del führer fue “El último acto” (1955), del director austriaco George W Pabst. Ésta fue la primera película en Alemania, posterior a la Segunda Guerra Mundial, en tener como personaje central a Hitler y abordar los últimos días del Tercer Reich.
Al largometraje de Pabst siguió “Hitler: los últimos diez días” (1973), de Ennio de Concini, que se basa en el libro “Hitler's Last Days: An Eye-Witness Account”, de Gerhard Boldt, un oficial del ejército alemán que sobrevivió al Führerbunker.
Este filme comienza con la celebración del cumpleaños de Hitler, el 20 de abril de 1945, y termina 10 días después con su suicidio, el 30 de abril de ese año.
Posteriormente, en 1981, George L. Schaeffer estrenó “The Bunker”, en el que Anthony Hopkins da vida al Führer. De acuerdo con Rosa Sala Rose, es la película que “ha tenido el valor de romper el tabú que parece pesar sobre la representación de la muerte y del cadáver del dictador alemán”.
Desde la comedia y el humor también se ha abordado este capítulo de la historia mundial con cintas como “Mein Führer” (2007), de Dani Levy, que hace sátira del nazismo. La trama se ubica en un Berlín destruido y Hitler se encuentra aislado y triste por la derrota que parece inminente por lo que pretende dar un golpe con un último discurso.
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