El restaurante El Convite, ubicado en la centenaria colonia Portales al sur de la ciudad, se ha convertido en un punto de encuentro de los principales jazzistas mexicanos. Un pequeño espacio que la familia Aguilar ha convertido en un Centro Cultural que ofrece conciertos, conversatorios, exposiciones, audiciones de discos, exhibición de películas y talleres creativos de fotografía.
La aventura inicio hace 25 años; ante la crisis que afrontamos en estos días de pandemia, el lugar ha tenido que cerrar: los residentes del barrio lo resienten. Edgardo Aguilar, coordinador de las actividades artísticas y musicales de El Convite, reflexiona acerca de las secuelas de la interrupción y cómo se tuvieron que aplazar muchas presentaciones en este sitio artístico-comunitario.
“Hemos enfrentado varias crisis; pero ésta, llamada coronavirus, ha sido la más terrible: nos afecta en la convivencia comunitaria, como negocio y como personas de una forma inimaginable. Seguramente tendrá secuelas, pensamos mucho en los músicos, en los artistas que viven cerca y lejos; en nuestros compañeros comerciantes y en nuestros clientes y amigos, hacemos lo que se puede, somos solidarios y hemos ayudado a quien nos pide ayuda y a quien sabemos que tal vez no nos diga nada pero vemos que la necesita”, expresó en conversación con La Razón, el también fotógrafo Edgardo Aguilar.
[caption id="attachment_1161205" align="aligncenter" width="696"] FOTOS CORTESÍAS DE EL CONVITE[/caption]
¿Qué hicieron en la jornada del Día Internacional del Jazz el pasado 30 de abril? Teníamos planes para festejarlo con varios jazzistas mexicanos. Esta vez no hubo música ni público en vivo; pero, ya estamos pensando que en agosto o septiembre podríamos hacerlo como si fuera el mero día. Pronto, muy pronto nos volveremos a ver para escuchar música de alta calidad y con más gusto que nunca comeremos con los músicos, brindaremos por el arte y por la vida. Porque esto continúa, como dice mi madre, en El Convite la tertulia no termina.
El Convite es un sitio emblemático, orgullo de la Portales. ¿Cómo empezó todo esto? Es curioso el origen de El Convite: iniciamos justo en medio de una gran crisis económica. Todavía recordamos que a principios de 1996, el efecto tequila y sus consecuencias terribles en el mundo. Nos vimos obligados a reinventarnos: la familia decidió abrir un pequeño negocio de comida, que bautizamos como La Tertulia, un años más tarde le cambiamos el nombre más cercano a lo queríamos y de ahí viene El Convite.
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¿El jazz cómo llega? La comida y la música llegaron a la misma vez. Los amigos y la mayor cantidad de arte que pudiéramos tener alrededor era el objetivo principal en una colonia popular, La Portales, con un mercado muy visitado. Ofertábamos un menú no muy común: más que una fonda de barrio, teníamos otras pretensiones y así fue el jazz entrando en la oferta con recitales los viernes y sábado de intérpretes del patio.
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¿Restaurante jazzero en un barrio popular? Éramos atrevidos. En el primer aniversario contratamos una marimba del barrio y le exigimos que tocara jazz. Creo que así empezaron los conciertos de jazz, con aquella ‘marimba jazzera’.
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¿Músicos que han tocado en El Convite? Muchos. Te nombro algunos quizá más cercanos a nosotros afectivamente. Invitamos a músicos como Eddy Vega, Aaron Cruz, Iraida Noriega Enrique Neri, Héctor Infanzón, Osmany Paredes o Diego Maroto. Músicos que si bien no todos eran de nuestra generación si eran gente que luchaba por su trabajo propio. Se nos ocurrió la idea de copatrocinar la producción de discos; luego vino la invitación a participar en el IMER en la programación de Horizonte 107.9, y comenzamos a hablar de la realidad del jazz mexicano, de la comida, de la cerveza y el vino. En fin, de todo lo que al final de cuentas era El Convite: un lugar que involucraba a su comunidad y a los músicos del barrio como Jaime López, quien aunque no es jazzista es un artista importante por su propuesta.
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¿La respuesta de la gente fue positiva? Los comensales y clientes locales comenzaron a apropiarse del espacio hasta que abrimos el Foro 81 donde nunca faltaron clientes ni grandes proyectos musicales que se podían escuchar como en el mejor espacio de cualquier ciudad del mundo.
¿Y qué pasó con el Cine Club y el Teatro al Minuto? El Cine club lo coordinamos con la filmoteca de la UNAM, el Instinto Goethe y la Cineteca Nacional: con nuestro proyector de 16 mm exhibíamos películas de arte. El Teatro al Minuto gustó mucho a los comensales por el dinamismo de la puesta en escena, fue una bonita experiencia.
¿Exposiciones de pintura? De pintura, grabado, fotografía y cerámica de jóvenes artistas mexicanos. Nos convertimos en ‘la fonda de los locos’. Con clientes de gustos extravagantes y amantes del jazz. Los vecinos del barrio empezaron a vernos como un punto de referencia y venían a celebrar sus cumpleaños con jazz.
[caption id="attachment_1161226" align="aligncenter" width="443"] FOTOS CORTESÍAS DE EL CONVITE[/caption]
¿Proyección de El Convite? Comenzamos a organizar el Día Internacional del Jazz en México: primero en nuestro espacio y después en el Parque Hundido. Fundamos el proyecto Jazz Book de gran repercusión en la Ciudad de México; y colaboraciones con la Cineteca Nacional en la realización de conciertos de jazz al aire libre.
¿Qué significa El Convite para la colonia Portales? Nunca nos dimos cuenta en qué momento El Convite se volvió un referente de la colonia; los vecinos siempre, afortunadamente, nos adoptaron con curiosidad y cariño, continuamos hoy en día a pesar de esta gran crisis. Haremos una gran fiesta después.
KR
