Paco Ignacio Taibo II, titular del Fondo de Cultura Económica (FCE), aceptó, a través de una carta, la renuncia del escritor Nahum Montt a la dirección de la subsidiaria de la editorial en Colombia; el autor es acusado de abuso de poder, conflicto de intereses, autopréstamo y uso indebido de la tarjeta de crédito corporativa.
“Les informamos que hemos aceptado la renuncia de Nahum Montt al cargo de Director del FCE en Colombia, muy pronto en la medida en que las circunstancias lo permitan procederemos a la selección y nombramiento de su reemplazo”, señala el documento fechado el 3 de junio y firmado por Taibo II y cuya copia está en poder de La Razón, en el que a los trabajadores del sello se les pide mantener “la calma y la discreción”.
“Es cierta la aceptación de la renuncia de Nahum Mont”, señaló a La Razón Andrés Ruiz, integrante del área de comunicación del FCE.
La decisión fue tomada por Paco Ignacio Taibo II cinco meses después de que Montt presentara su renuncia y cuatro días tras la publicación del reportaje “El rey se pasea desnudo: corrupción en el FCE Colombia”, en donde la Liga Contra el Silencio y Mexicanos Contra la Corrupción dieran cuenta, con documentos y testimonios, los contratos millonarios que Montt realizó en su gestión con tres empresas en las que su hijo Germán aparecía como socio.
De acuerdo con el reportaje, Montt firmó contratos millonarios entre el FCE y tres sociedades sin trayectoria con las que su hijo estaba vinculado, obligó a funcionarios a firmar una cláusula de confidencialidad, recibió una queja ante al Ministerio de Trabajo de Colombia por un despido colectivo, ordenó ampliar, sin los permisos requeridos, el estacionamiento del Centro Cultural García Márquez (sede del FCE Colombia); y usó irregularmente de la tarjeta de crédito corporativa.
En un comunicado publicado el pasado domingo, el FCE señaló que en noviembre de 2019 su departamento internacional detectó gastos irracionales en la filial de Colombia, “producto de la contratación, sin habernos informado previamente, de empresas externas que duplicaban las funciones administrativas del FCE”.
“Esto obligó a una visita inmediata del subgerente de Relaciones Internacionales Bogotá, que regresó con un informe que confirmaba estos malos manejos. Todo esto en un contexto en que la filial operaba con números rojos, tenía bodegas saturadas y aumentaba su deuda con la casa matriz, temas que habrían de haber sido centrales en la administración”, añade el documento.
Sin embargo, la editorial señala que no existían motivos para proceder jurídicamente en contra dichas empresas, pues cumplieron con lo estipulado en sus contratos en tiempo y forma. “Su contratación no fue ilegal, sino innecesaria. La cancelación de estos contratos debía ser inmediata. Y así se hizo”, agrega.
Asimismo, se detalla que Montt presentó entonces su renuncia, pero que no fue aceptada pues debía dejar en orden todo lo relacionado a la ruptura de dichos contratos.