Karina Sosa Castañeda lanza obra

Caballo fantasma, un libro que explora la soledad y las ausencias

Escritura espiritual y sosegada que examina también el deseo; intertextualidades que hacen referencia a Onetti, Sandor Márai, Curzio Malaparte, Clarice Lispector y Carrington

Karina Sosa, Escritora
Karina Sosa, Escritora Foto cortesía: Sandra Jaworowsky y Almadía

Los géneros literarios cada vez más se invalidan frente a libros como Caballo Fantasma (Almadía, 2020), de Karina Sosa Castañeda (Oaxaca, 1987): “novela, pero también un diario y un ensayo sobre la ficción”, apuntan los editores en la cuarta de forros. La técnica del fragmento y un discurso en primera persona de quietudes que imputa las emociones de los lectores. Texto imbuido en una cadena de entresijos: madre fallecida y ausente desde siempre; presencia de un padre impasible; regreso de la protagonista a la ciudad de Oaxaca después de terminar los estudios; la escritura de un diario que especula en el espectro de la madre y su amor por los caballos.

“La forma del caballo representa lo mejor del ser humano. Tengo un caballo dentro de mí que raramente se expresa. Pero cuando veo a otro caballo entonces el mío se expresa. Su forma habla”: exergo imputado a Clarice Lispector colocado en el pórtico del libro. Entrevemos la llegada de la relatora, quien confiesa: “Yo pienso en las ausencias. Soy despiadada: en el fondo la muerte de mi madre es un pretexto literario. Un recurso más para paliar mi angustia. Estoy en este sitio por mi imposibilidad: no tengo con quién llorar y: “¿Qué es la muerte sin lágrimas?”.

Imposible no continuar leyendo: desde los primeros sintagmas el lector se sabe atrapado. Lo especulativo se incrimina; pero, todo desemboca en los terrenos de la ficción. Poco a poco nos percatamos de presencias que acechan a la narradora: el padre, el examante, un amigo, las noches, las calles de la ciudad, los caballos y, sobre todo, la sombra de la madre. “La primera intención del libro era hablar de la soledad. Pensaba en una narración como un laberinto repleto de apariciones; me venían a la cabeza imágenes de Leonora Carrington. Debo decir que es una novela que escribí rodeada de libros, mientras trabajaba en una biblioteca”, precisó Karina Sosa Castañeda en conversación con La Razón.

¿Texto protagonizado por la ausencia? La ausencia tiene un peso determinante en la historia. La muerte de la madre, lo dice la protagonista, es un pretexto literario. El exnovio es un retumbo marcado por la distancia, de ahí que se llama simplemente N, no tiene ningún designio. El padre está, pero su actitud impasible lo aleja de la hija.

¿La protagonista escribe en el hotel el diario, el cual es, a fin de cuentas, la novela? La narradora juega con eso, con esos reflujos de espirales quizás robado a Vila-Matas.

El silencio, la calma de la ciudad de Oaxaca, la presencia de los árboles, la noche, la nostalgia, los abandonos y la alegoría a los caballos, desde la mirada de la madre lejana contribuyen a ese lirismo que destila la novela

¿O apropiados también a Margo Glantz, Perec o Beckett? Sí. No lo dudo. Esos autores rondan en mí. Todas las lecturas nos ‘afectan’, nos median, nos influyen.

¿Citas y libros apócrifos? Mi gran deuda con Vila-Matas. Las citas son también ficciones. Las referencias que hacemos, muchas veces, las imaginamos.

¿Elementos autobiográficos? Yo quería contarme a mí misma, para intentar entender las ausencias. La narradora es un fantasma que habla en primera persona. Somos en realidad, un misterio en el que residimos o mejor, que nos habita.

¿Por qué la técnica del fragmento? Porque la vida está conformada por instantes, quizás una deuda mía con Perec. El fragmento para hacer una pausa y continuar. La brevedad de un gesto que puede ser determinante.

Una atmósfera poética preside todo el texto... El silencio, la calma de la ciudad de Oaxaca, la presencia de los árboles, la noche, la nostalgia, los abandonos y la alegoría a los caballos, desde la mirada de la madre lejana contribuyen a ese lirismo que destila la novela.

Ilustración que forma parte de la portada del libro.
Ilustración que forma parte de la portada del libro.
  • Autora: Karina Sosa Castañeda
  • Género: Novela-diario
  • Editorial: Almadía, 2020

Caballo fantasma (fragmento)

Por Karina Sosa Castañeda

Deseo escuchar muy de cerca las voces de esos turistas

silenciosos que apenas y forman un rumor que asciende

desde el balcón hasta mi cama. Deseo beber anís

con granos de café. Como lo hacía Onetti.

Onetti fumaba todo el tiempo, y hablaba siempre pausado,

siempre procurando el silencio. Mamá está muerta

y me heredó una idea: la idea de que su vida estuvo íntimamente

ligada a la vida de los caballos.

Nunca supe nada de mi madre. Supe apenas su nombre.

Supe que nos separamos porque era lo mejor. Por

su fragilidad, por el temperamento de mi padre, porque

yo para mi madre pertenecía a otra vida. A la vida de mi

padre.

Pero su ausencia, la ausencia de mi madre, solo me

pesó en el momento en que me informaron: Tu madre

murió. Nunca antes.