Está abierta para los servicios religiosos

Erdogan convierte la basílica de Santa Sofía en mezquita

El presidente turco reconvirtió formalmente la emblemática catedral pese a amplias críticas internacionales; esto podría agudizar las tensiones con Grecia

Basílica de Santa Sofía
Basílica de Santa Sofía Foto: AP

El presidente turco Recep Tayyip Erdogan reconvirtió formalmente el viernes la emblemática catedral de Santa Sofía, ubicada en Estambul, en una mezquita y la declaró abierta a los servicios religiosos, horas después que un alto tribunal anuló una decisión de 1934 que la había convertido en un museo.

La decisión de reconvertir Hagia Sophia — una antigua catedral bizantina convertida en mezquita tras la conquista de Estambul por el Imperio Otomano y que había sido un museo durante 86 años — provocó profunda consternación en la comunidad cristiana ortodoxa.

Pero afuera de Hagia Sophia hubo expresiones de júbilo. Decenas de personas que esperaron por el fallo de la corte corearon “¡Dios es grande!” cuando se conoció la noticia.

La corte superior administrativa de Turquía falló en favor de una petición presentada por un grupo religioso y anuló la decisión del gabinete en 1934 que convirtió el sitio en un museo. En apenas horas, Erdogan firmó un decreto que le entregó Hagia Sophia a la Presidencia de Asuntos Religiosos.

Erdogan había reclamado que el complejo del siglo VI, declarado patrimonio de la humanidad, fuese reconvertido en mezquita pese a amplias críticas internacionales, incluyendo de Estados Unidos y líderes de la iglesia Ortodoxa. El paso podría además agudizar las tensiones con la vecina Grecia.

El canciller chipriota Nikos Christodoulides, de la etnia griega, dijo en su cuenta en Twitter que Chipre “condena enérgicamente las acciones de Turquía sobre Hagia Sophia en su esfuerzo por distraer la opinión pública nacional y llama a Turquía a respetar sus obligaciones internacionales”.

Christodoulides dijo que “la creciente y flagrante violación (por Turquia) de sus obligaciones internacionales se manifiesta en su decisión de alterar la designación de Hagia Sophia, un patrimonio de la humanidad que es un símbolo universal de la fe ortodoxa”.

Grupos nacionalistas y conservadores en Turquía han deseado desde años celebrar oficios religiosos en Hagia Sophia, que consideran parte del legado otomano. Otros dicen que el sitio debe seguir siendo un museo, como símbolo de solidaridad entre cristianos y musulmanes.

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