Mercedes Barcha, viuda y eterno amor del Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, falleció este sábado a los 87 años, en su casa en la Ciudad de México, informó Gabriel Torres García, sobrino del nobel, al diario colombiano El Universal de Cartagena.
De acuerdo con sus familiares, "La Gaba", como cariñosamente le decían, padecía desde hace meses de problemas respiratorios y falleció rodeada de sus hijos y nietos.
La noticia fue confirmada por la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, quien lamentó el hecho.
“Con mucha tristeza me entero de la muerte de Mercedes Barcha, mujer tenaz y generosa. Cómplice indiscutible de Gabo, madre de Rodrigo y Gonzalo. Nuestro más sentido pésame, vuelan mariposas amarillas”, escribió la funcionaria.
Descendiente de emigrantes egipcios, Mercedes Barcha, nació el 6 de noviembre de 1932, en Magangué, Colombia, donde su padre, Demetrio Barcha, tenía una farmacia. García Márquez la conoció siendo un niño, cuando viajaba con su padre de pueblo en pueblo ofreciendo medicamentos.
García Márquez contó en algún momento que siempre estuvo enamorado de Mercedes, por lo que le propuso matrimonio cuando apenas tenía 13 años. Se casaron en 1958, después de un largo noviazgo, y permanecieron juntos hasta la muerte del autor de “Cien años de soledad”, el 17 de abril del 2014.
La pareja tuvo dos hijos: Gonzalo, diseñador gráfico y experto en fuentes tipográficas, y Rodrigo, director y productor de cine y televisión.
"Cien años de soledad" le debe la vida
Sin Mercedes Barcha, “Cien años de soledad" jamás se hubiera terminado: 18 meses antes ‘nacimiento’ del libro, García Márquez renunció al empleo que tenía como editor de las revistas “Sucesos” y “La familia”, para dedicarse a escribir la obra.
Lo que originalmente iban a ser una labor de cuatro meses se extendió 18, tiempo en que el matrimonio agotó sus ahorros. Por este motivo Barcha, sin decirle al Gabo, se endeudó con con los comerciantes y vendedores de la colonia San Ángel Inn para así poderle dar de comer a sus hijos y al escritor.
La Gaba se hizo cargo de todos los gastos e inclusive logró que su casero, Luis Courdier, les permitiera pagarles la renta hasta que el libro fuera publicado. “Con su palabra me basta”, le respondió el dueño de la casa, quien además era oficial mayor de la alcaldía de la Ciudad de México.
Cuando “Cien Años de Soledad” estuvo listo, fue enviado a la Editorial Sudamericana. En mes y medio se agotó la primera edición de ocho mil ejemplares de la ahora legendaria obra.