Lanza La piel insomne

Mauricio Montiel Figueras presenta relatos cargados de sensualidades

Reescritura de varios cuentos en mudanzas experimentales; “esta compilación es un ajuste de cuentas con textos que concebí en los años 80 y 90”, afirma

Mauricio Montiel Figueiras
Mauricio Montiel Figueiras Foto: Especial

El narrador, ensayista, editor, cronista y traductor mexicano Mauricio Montiel Figueiras (Guadalajara, 1968) pone a disposición de los lectores La piel insomne (Editorial Almadía, 2020): antología personal —edición definitiva— de varios relatos que fueron concebidos entre 1987 y 1993. Reescritura que se convierte en una suerte de experimentación con textos que aparecieron en 2002 desde el afán de pulir y eliminar elementos inútiles para quizás, redondear la historia.

Trece fabulaciones tomadas de los cuadernos Donde la piel es un tibio silencio (1992), Páginas para una siesta húmeda (1992) e Insomnio del otro lado (1994). Se completa el volumen con el Bonus Tracks conformado de cinco historias no recogidas en libros. Dieciocho textos que habitan espacios en que el goce es motivación para que la vigilia ronde el sueño inacabado: la piel empapada en los retumbos del erotismo, allí en el quebradizo límite donde colisionan el insomnio y los espejismos.

“Este libro parte de una noción experimental en el propósito de configurar una edición definitiva (¿existe la edición última de un texto?): corregir, rebuscar el tono, eliminar elementos triviales o la circunstancia mínima que no se escribió con el fin de redondear la historia después de veinte años. Sí, un ajuste de cuentas sostenido en el aprendizaje literario de todos estos años. ¿Será prudente enfrentarse y luchar con ese otro que fuimos en una etapa anterior de nuestro proceso escritural? Los lectores dirán si valió la pena: aquí está La piel insomne”, comentó, en conversación telefónica con La Razón, Mauricio Montiel Figueiras, también editor del proyecto novelístico El hombre del tweed divulgado en la red social Twitter.

¿La sensualidad como un impulso en espiral en los relatos? Son historias que rondan las coordenadas del sensualismo en el despertar sexual de los personajes. Abordar la piel propicia esos corolarios.

¿Atmósfera cortazariana a través del cuaderno? Qué cuentista puede alejarse de la presencia de Cortázar. Me interesa trabajar desde la intertextualidad: estos cuentos quizás, están edificados desde retumbos. Los personajes reaccionan ante la dolencia y la zozobra. El erotismo aquí se debate entre la memoria y los presentimientos.

¿Presencia de la ironía? La ficción necesita de la ironía. Lo corrosivo de cualquier fabulación se sustenta en el tono punzante del narrador y los gestos a veces, virulentos de los personajes.

¿Adjetivación borgesiana: “fulgor sanguíneo”, “sol medio quebrado”, “dulce pesadilla”, “oro fundido de la siesta”, “vientre de una rana al filo del paisaje”...? Me ruboriza la comparación. Borges es un modelo. Su español es imaginativo y provocador.

¿Personajes edificados en sigilos, en ecos, en resurrecciones...? La construcción del relato permite que los personajes entren a sus cobijos. Todo lo hago a tientas: mis criaturas se humedecen de esas resonancias y van tomando forma por los dictados del discurso narrativo. Creo que se hace evidente sobre todo, en “Deshuesadero al crepúsculo”, “La dulce pesadilla de Sofía” y “Ladrar a medianoche”.

La piel insomne
La piel insomne ı Foto: larazondemexico
  • Nació: Guadalajara, Jalisco, 1968
  • Otras obras: Mirando cómo arde la amarga ciudad (1994), Los animales invisibles (2009), Señor Fritos (2011)
  • y La mujer de M. (2012)
  • Galardones: Nacional de Poesía Joven Elías Nandino (1993) y Latinoamericano de Cuento Edmundo Valadés (2000)
  • Autor: Mauricio Montiel Figueiras
  • Género: Cuento
  • Editorial: Almadía, 2020