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En Iztapalapa convierten meca de autopartes robadas en escuela de cine

Cuenta con más de 700 alumnos; Jesús Villaseca, su director, quiere alejar a los jóvenes de la delincuencia, drogadicción y la marginación

Luna Núñez, Yago y Jesús Villaseca, en  la escuela de cine.
Luna Núñez, Yago y Jesús Villaseca, en la escuela de cine. Fotos: Raúl Campos / La Razón

Hace más de un mes fue inaugurada en la colonia Reforma Política, en Iztapalapa, la alcaldía más peligrosa y con mayor índice de crimen en la Ciudad de México, la Escuela de Cine Comunitario Pohualizcalli, una iniciativa con la que el fotógrafo Jesús Villaseca, doble Premio Nacional de Periodismo y antiguo “chavo banda”, busca alejar a los jóvenes de la delincuencia, la drogadicción y la marginación, a través de la foto y el séptimo arte, disciplinas que a él lo salvaron.

La escuela es gratuita y ofrece 24 talleres distintos a más de 700 alumnos por periodos trimestrales y cuenta con un sistema de aprendizaje abierto y próximamente escolarizado.

“El proyecto se empezó a desarrollar desde hace un año y Clara Brugada (alcaldesa) me invitó porque compartimos ideales y el sueño de traer un proyecto de esta magnitud para la gente, especialmente los jóvenes, de Iztapalapa: esta alcaldía ha sufrido un rezago cultural, educativo y económico enorme a lo largo de los años, existe aquí una necesidad urgente de espacios culturales y de formación”, apuntó el fotógrafo en entrevista con La Razón.

Luna Núñez, en el espacio de revisión de fotos.
Luna Núñez, en el espacio de revisión de fotos.

Villaseca detalló que Brugada le pidió replicar el modelo que implementó en la Fábrica de Artes y Oficios (FARO) de Oriente, donde ofreció un taller de fotografía durante 17 años y el cual se hizo mundialmente reconocido por su manera poco ortodoxa de enseñar: admitir a cualquier persona que se presentara en su puerta sin la necesidad de estar inscrito formalmente, la relación cercana y familiar que desarrolló con sus alumnos y por haber formado fotógrafos que hoy cuentan con reconocimiento internacional.

Pohualizcalli originalmente esperaba recibir a 400 alumnos; sin embargo, el fotógrafo señaló que el día de cierre de la convocatoria sumaron 720, “y eso que no hicimos una gran campaña”, añadió.

A causa de la pandemia de Covid-19, las clases se están impartiendo vía Zoom, pero se ofrecerán de manera presencial cuando el semáforo epidemiológico llegue a color verde. Además, Villaseca apuntó que, en una segunda etapa, se planea que se ofrezca educación certificada, “en la que podamos dar diplomados a seis meses con reconocimiento oficial”.

Pohualizcalli (la casa de las historias en náhuatl) está ubicada dentro de las instalaciones de la UTOPIAS Papalotl, en la calle Reforma Económica s/n, en la colonia Reforma Política, a unos metros de la avenida Ermita Iztapalapa. Ese lugar hasta 2007 fue conocido como “La Ford”: la meca de las autopartes robadas de la Ciudad de México. Contaba con 247 locales, en los que aproximadamente 500 personas “deshuesaban” la mercancía recién hurtada de la ciudad.

Jesús Villaseca me salvó la vida y me pidió que todo lo
que le aprendí lo pusiera en práctica aquí. Sé que no quiero darles nada más un aprendizaje técnico a los chavos, sino algo que sea significativo”
Luna Núñez<br>Profesora de Iluminación y Foto comercial

OTRA ALTERNATIVA. Entre los maestros de la escuela de cine se encuentran algunos, ahora profesionales, que fueron alumnos de Villaseca en el FARO Oriente, entre ellas Luna Nuñez, quien imparte el taller de Fotografía e Iluminación Comercial. Es originaria de Neza y entró a ese espacio también conocido como “Narcotúnel” cuando estudiaba la licenciatura en Pedagogía en la UNAM. Entonces era una “morra problema”: formaba parte del Consejo General de Huelga, había sido diagnosticada con trastorno de depresión mayor y bipolar y había tenido dos intentos de suicidio.

“Desde el primer día, él cambió mi mundo: me sentí muy identificada con Jesús Villaseca cuando nos contó su historia de que se drogaba. Chucho genera en sus chavos la confianza de que pueden hacer todo, lo cual, aunque suena muy tonto, a veces nadie te lo dice y es lo único que necesitas cuando estás morro. Con él encontré cómo empezar de nuevo”, destacó.

El director de la escuela destacó que los 26 profesores de Pohualizcalli tienen compromiso social y desean llevar la cultura a las poblaciones marginadas.

Jesús Villaseca sabe que es la prueba viva de que la cultura y la educación son capaces de alejar a la gente de las drogas, del crimen y de una vida de maldad. Por ello con Pohualizcalli desea que los chavos de Iztapalapa cambien los tiros de sus escuadras por los de cámaras y exporten sus historias al resto del mundo como lo han hecho cineastas como Alfonso Cuarón y Alejandro González Iñárritu.

Boletín Estadístico de la incidencia delictiva en la CDMX
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