El Penacho de Moctezuma, el cual México ha intentado varias veces que regrese al país ya sea por repatriación o préstamo, ha estado fuera de nuestro país desde hace aproximadamente 500 años.
Según algunas versiones, Moctezuma se lo regaló al conquistador Hernán Cortés en 1519 y desde esa fecha ha tenido una larga travesía hasta finalmente ser parte de la colección del Weltmuseum Wien (Museo del Mundo), de Viena, Austria.
Se supo de su existencia en 1596 en un inventario de la colección personal del archiduque Fernando II de Tirol, y desde entonces ha permanecido en Austria.
Años después fue llevado al entonces Museo Etnológico de Viena, ahora Museo del Mundo, donde se encuentra resguardado.
En 1991 el gobierno mexicano hizo una solicitud formal para la repatriación del Penacho de Moctezuma; pero no obtuvo ninguna respuesta.
Cinco años después, en 1996, el entonces presidente austriaco Thomas Klestil solicitó que la pieza fuera restituida al país, en agradecimiento a que fue la única nación que no reconoció la anexión de Austria por la Alemania nazi en 1938; pero, nunca se realizó.
Entre 2010 y 2012 la pieza fue restaurada por expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y del recinto austriaco, quienes determinaron que su frágil estado impide que sea trasladada a nuestro país hasta existir una tecnología que pueda impedir cualquier vibración.
“El tema de las vibraciones es delicado por varias razones, la primera es que los bordes de los elementos metálicos, especialmente los discos en oro, son filosos e irregulares, de tal forma que al estar en vibración y en contacto con las plumas las cortaría”, explicaba María Olvido Moreno, una de las expertas que participó en el proceso de restauración de la pieza.
AG