El concurso de las plañideras —mujeres a quienes se les pagaba por ir a llorar a un rito funerario—una de las tradiciones más arraigadas de San Juan del Río, Querétaro, no podrá llevarse a cabo de manera presencial debido a la pandemia de Covid-19. Sin embargo tendrá lugar en formato virtual y pueden participar personas de toda la república mexicana para ganar hasta tres mil 500 pesos.
De acuerdo con el Instituto de Cultura, Turismo y Juventud local, en el certamen podrán participar mujeres mayores de 18 años que se graben llorando y envíen un video para alzarse con el primer lugar, que consta de tres mil 500 pesos.
Las inscripciones están abiertas y se cerrarán el próximo 29 de octubre. Las concursantes deben enviar el video en el que representen a una plañidera por Wetransfer, Google Drive o similar al correo guillenrom@gmail.com.
El video debe tener una duración de máximo dos minutos y en el envío se debe incluir una fotografía de la concursante con su caracterización, que servirá para otorgar el premio especial en ese rubro.
También se deberá mandar una fotografía de la credencial del INE de la concursante (por ambos lados.
Recuerda que el jurado, designado por el Instituto de Cultura local calificará el llanto, la creatividad, el vestuario, la veracidad, la actuación y expresión corporal.
Se galardonará a los primeros tres lugares y se otorgará un premio especial (de 500 pesos) al mejor atuendo. El primer lugar es de tres mil 500 pesos, el segundo de dos mil 500 y el tercero de mil 500 pesos. El fallo será publicado el 31 de octubre de 2020, en la página de la institución.
La premiación será el próximo 2 de noviembre y se transmitirá en redes sociales en horario de definir. Las ganadoras serán notificadas para que puedan asistir; en caso de que residan en otra entidad o ciudad y no puedan acudir personalmente, se les realizará un depósito bancario.
Historia de las plañideras
Se sabe que este oficio surgió en el antiguo Egipto, donde existía un tabú que prohibía manifestar tristeza por la muerte de un difunto, por lo que se contrataban a mujeres a realizar esa labor.
Este oficio también formó parte de la cultura griega. En México era una tradición en distintas regiones y se empleaban para reforzar la reputación del difunto, pues entre más se llorara significaba que era más querido y apreciado.
AG