La Auditoría Superior de la Federación (ASF) indicó en los en los resultados de la Fiscalización de la Cuenta Pública 2019 que, debido al poco avance que la Secretaría de Cultura tuvo en 2019 en la de reconstrucción del patrimonio afectado por los sismos de 2017, dicha labor podría tardar 12 años y no los 5 previstos por el Gobierno federal.
La ASF indicó que la SC, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBAL) tuvieron avances limitados en la reconstrucción y diversas irregularidades, pues no implementaron protocolos adecuados, tuvieron inconsistencias en el inventario de daños y cometieron faltas en el control de los recursos ejercidos.
Se especificó que el avance de la SC fue apenas de 206 inmuebles de 1,137, el 18 por ciento de los bienes en espera de ser atendidos con recursos del Programa Nacional de Restauración (PNR).
"En 2019, la Secretaría de Cultura, en el marco del PNR, no contribuyó a garantizar la realización del derecho de acceso a la cultura y al disfrute de los bienes culturales afectados por los sismos de septiembre de 2017 y febrero de 2018, debido a que presentó una cobertura marginal, pues de los 1,137 bienes afectados únicamente con los apoyos del programa benefició 206", señaló.
La AFP apuntó que, de esos 206 inmuebles, a agosto de este año únicamente se han concluido los trabajos en 101, el 8.9 por ciento. “Lo anterior denota que deberán transcurrir 12 años para concluir la reconstrucción de la infraestructura cultural dañada, y no los 5 años señalados en la estructura programática del Presupuesto de Egresos”, explicó.
Y de esos 101, señaló que 21 no acreditaron contar con el expediente de obra completo y 42, aunque si tuvieron Acta de entrega, no contaron con todas las firmas autógrafas de los involucrados que evidenciara su correcta elaboración.
Además, 99 de esos 101 no documentaron el soporte de la información integrada en los formatos de seguimiento y comprobación de recursos.
La AFP apuntó que no se demostró que se haya realizado la supervisión, verificación y seguimiento ni de los 206 inmuebles reportados como atendidos, ni 101 que se dijo fueron terminados.
También se detalló que no se acreditó que todos los solicitantes de los beneficios del PNR cumplieran íntegramente con los requisitos, que no se contó con todos los expedientes de obras concluidas, que no se reportó adecuadamente en las reuniones de la Comisión de Control y Seguimiento y que el presupuesto no se ejerció en las fechas adecuadas.
Por ello se recomendó que Cultura replanteé sus controles de su operación, ya que, para 2019 “el 91.9 por ciento de las solicitudes de atención de bienes culturales no cubrieron los requisitos; acreditó la suscripción de 41 de los 42 convenios con los que otorgaría los subsidios, los cuales fueron formalizados seis meses después de lo establecido en la normativa que regula la operación de éstos".
En cuanto al INAH, la ASF señaló que la instancia reportó la erogación de 117.5 mdp para ejecutar 134 intervenciones en 2019; sin embargo, no se demostró evidencia documental de los trabajos ni de su supervisión, motivo por el cual se carecieron de elementos probatorios para evidenciar la reconstrucción de dichos inmuebles.
“Lo anterior, denotó debilidades y deficiencias del instituto para actuar de forma posterior a un desastre natural e incidir en la atención de los bienes culturales afectados, en el ámbito de su competencia, a fin de que la población vuelva a acceder a su disfrute”, se especificó.
El INBAL, por su parte, no evaluó los daños que los sismos de 2017 produjeron en los bienes artísticos y no efectuó un censo de afectaciones, por lo cual “no realizó los procedimientos para su atención conforme a los protocolos establecidos en la normativa aplicable a la Gestión Integral de Riesgos”.
Por este motivo, y a tres años del sismo, el INBAL no acreditó avances y a agosto de este año no gestionó la solicitud de recursos ante el Fonden en “detrimento de los monumentos afectados”.
“De no corregirse las deficiencias, se puede concretar el riesgo de no preservar las características y valores patrimoniales de los bienes artísticos siniestrados a causa de futuros desastres naturales”, agregó la ASF.
