La escritora argentina Camila Sosa Villada fue galardonada este lunes con el Premio Sor Juana 2020 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara por su novela “Las malas”, una obra “cargada de lirismo, rabia y redención”, señaló el jurado.
Integrado por Ana García Bergua y Ave Barrera, de México; y Daniel Centeno Maldonado, de Venezuela, el jurado resaltó “la gran destreza narrativa, la originalidad del ambiente y la fuerza de los personajes que retrata”, se informó, en un comunicado.
En “Las malas”, Sosa Villada relata la historia de un grupo de travestis que tras hallar a un bebé abandonado toma conciencia de la maternidad.
El jurado también destacó que el libro de la autora es “rudo y a la vez hermoso, este extraño equilibrio lo convierte en una obra sobresaliente”.
En esta novela, aseguró recientemente Sosa Villada, en entrevista con La Razón, “quise develar la furia que sentimos ante esa humillación. Tragamos toda esa ponzoña. Nos suicidamos y morimos jóvenes. Todavía estamos solas y a la intemperie, bajo el sol de una noche perdurable”.
Las travestis son asesinadas en México y en Argentina y en el resto de los países latinoamericanos. Somos rechazadas por la sociedad. Todo eso es una realidad que estimuló mi imaginaciónCamila Sosa Villada, escritora
También señaló que “Las malas” es “más que todo mi manifiesto y un itinerario que nace de la imaginación".
Sosa Villada se alzó entre 67 candidaturas de Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, España, Italia, México, Perú, Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela.
- Autor: Camila Sosa Villada
- Género: Novela
- Editorial: Tusquets, Planeta, 2019
El galardón lo recibirá el próximo 2 de diciembre, a las 17:00 horas, en una ceremonia virtual que será transmitida en la página y redes sociales de la FIL de Guadalajara.
El Premio de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz es un reconocimiento dotado con diez mil dólares estadounidenses para la autora de una novela publicada en español. Lo han ganado María Gainza (2019), Clara Usón (2018), Nona Fernández, (2017), Marina Perezagua (2016), Perla Suez (2015) e Inés Fernández Moreno (2014), entre otras.
FRAGMENTO DE "LAS MALAS"
Por Camila Sosa Villada
Es profunda la noche: hiela sobre el Parque. Árboles muy antiguos, que acaban de perder sus hojas, parecen suplicar al cielo algo indescifrable pero vital para la vegetación. Un grupo de travestis hace su ronda. Van amparadas por la arboleda. Parecen parte de un mismo organismo, células de un mismo animal. Se mueven así, como si fueran manada. Los clientes pasan en sus automóviles, disminuyen la velocidad al ver al grupo y, de entre todas las travestis, eligen a una que llaman con un gesto. La elegida acude al llamado. Así es noche tras noche.
El Parque Sarmiento se encuentra en el corazón de la ciudad. Un gran pulmón verde, con un zoológico y un Parque de diversiones. Por las noches se torna salvaje. Las travestis esperan bajo las ramas o delante de los automóviles, pasean su hechizo por la boca del lobo, frente a la estatua del Dante, la histórica estatua que da nombre a esa avenida. Las travestis trepan cada noche desde ese infierno del que nadie escribe, para devolver la primavera al mundo.
Con este grupo de travestis también está una embarazada, la única nacida mujer entre todas. Las demás, las travestis, se han transformado a sí mismas para serlo. En la comarca de travestis del Parque, ella es la diferente, esa mujer embarazada que repite desde siempre el mismo chiste: tomar por sorpresa la entrepierna de las travestis. Ahora mismo lo hace y todas ríen a carcajadas.
El frío no detiene la caravana de travestis. Una petaca de whisky va de mano en mano, papeles de cocaína visitan una a una todas las narices, algunas enormes y naturales, otras pequeñas y operadas. Lo que la naturaleza no te da, el infierno te lo presta. Ahí, en ese Parque contiguo al centro de la ciudad, el cuerpo de las travestis toma prestado del infierno la sustancia de su hechizo.
La Tía Encarna participa del aquelarre con un entusiasmo feroz. Está exultante después de la merca. Se sabe eterna, se sabe invulnerable como un antiguo ídolo de piedra. Pero algo que viene de la noche y del frío convoca su atención, la separa de sus amigas. Desde la espesura algo la llama. Entre las risas y el whisky que viene y que va de una boca pintada a otra, entre los bocinazos de los que pasan buscando un turno de felicidad con las travestis, La Tía Encarna distingue un sonido de otra procedencia, emitido por algo o alguien que no es como el resto de las personas que aquí vemos.
AG