La historia de la mujer y del feminismo tiene como uno de sus referentes a la filósofa y escritora francesa Simone de Beauvoir, quien hoy es símbolo del feminismo y cuya obra “El segundo sexo”, se ha convertido en un libro de cabecera para quienes se inician o forman parte de este movimiento.
Este martes se cumplen 34 años de la muerte de Simone de Beauvoir, quien con su libro “El segundo sexo” sacudió Francia, país que recién había permitido el voto femenino. Además, en la década de los 60 tuvo un segundo revuelo, pues el Movimiento Francés de Liberación de las Mujeres lo convirtió en una de sus banderas.
Cuando se publicó su célebre libro, donde hace un recuento del papel que había jugado la mujer a lo largo de la historia y en el que cuestiona los privilegios de los hombres, fue señalada de “insatisfecha y ninfómana”. Incluso el escritor François Mauriac la llamó “pornógrafa” y el Partido Comunista la tachó de “familiarista”.
“En Francia, se desató la maquinaria contra ella. Hubo muchos hombres que aborrecieron la obra. Hasta hombres que pensaba que eran de izquierdas, igualitarios, se han rebotado con este libro. Ridiculizaba al ‘hombre francés’”, declararía Beauvoir, en 1974 al periodista Jean-Louis Servan Schreiber.
“La calle pertenece a todo el mundo, pero en realidad una mujer joven, guapa o fea, eso no importa, puede muy difícilmente pasadas las ocho o las nueve de la tarde, pasearse sola deambulando por la calle. Incluso durante el día le causa un problema, porque la seguirán, la interpelarán de tal manera que a menudo preferirá volver a casa”Simone de Beauvoir
En “El segundo sexo”, la filósofa también aborda distintas etapas en la vida de la mujer y la evolución de las mujeres desde la prehistoria hacia ese momento. Pero también sitúa la reflexión en el cuerpo de la mujer y cómo a través de este se condiciona la existencia de lo femenino.
A partir de su obra comienzan a hacerse revisiones históricas de la mujer en distintos ámbitos, en la ciencia, la literatura y la sociedad, por ejemplo. Incluso todavía hasta nuestros días se sigue estudiando lo que han enfrentado las escritoras y las diferencias de oportunidades que tienen respecto a sus pares masculinos.
Simone de Beauvoir fue enemiga de la burguesía, pero creció en el seno de una familia acomodada y cristiana. Desde su adolescencia se rebeló contra la fe familia y se declaró atea.
Por sus ideas causó controversias en distintos círculos. En 1971 firmó el Manifiesto de las 343, en el que reconocía, junto con otras mujeres —Agnés Vardà y Jeanne Moreau, entre otras— haber abortado, una práctica que entonces se consideraba ilegal.
Beauvoir había decidido no tener hijos y tuvo un papel determinante en la legalización del aborto. Fundó el movimiento Choisir.
El primer libro que publicó fue “La invitada”, en 1943, en el que relata a través de personajes ficticios su relación con el filósofo Jean-Paul Sartre y Olga Kosakiewicz, quien había sido su alumna. Aunque fue un éxito en ventas, fue suspendida ya que fue denunciada por la madre de Nathalie Sorokine, una de sus alumnas, por incitación a la perversión de personas menores.
Con Sartre, Raymond Aron, Michel Leiris, Maurice Merleau-Ponty y Boris Vian fundó la revista “Les Temps Modernes”.
Sería necesario que los hombres tomasen parte del cuidado del hogar y de la educación de los hijos, exactamente de la misma forma que las mujeres. Tendría que compartir todas las tareas. Sería necesario también que el hombre renunciase a la autoridad que pretende ejercer sobre la mujerSimone de Beauvoir
En 1954 publicó “Los Mandarines”, novela con la cual fue galardonada con el Premio Goncourt. En este libro aborda la posguerra y expone, desde la ficción, su relación con Nelson Algren.
Diez años después lanzó “Una muerte muy dulce”, en el que relata el fallecimiento de su madre y en el que pone sobre la mesa temas como la eutanasia y el luto.
Tras el fallecimiento de Sartre, en 1980, publicó “La ceremonia del adiós”, en el que narra los últimos 10 años de la vida del filósofo, así como detalles médicos e íntimos de quien fuera su pareja.
Murió el 14 de abril de 1986 por una neumonía y sus restos descansan junto a Sartre en el cementerio parisino de Montparnasse con el anillo que Algren le regaló al poco tiempo de conocerla.