Una gota de agua solitaria se evapora con facilidad, pasa desapercibida, es difícil imaginarla como parte de una tormenta, verla fundida en esa fuerza que arrasa poblados, que destruye ciudades y que también devora historias y recuerdos.
El Foro Shakespeare recibe una marejada de emociones con La gota y el mar, puesta que vuelve a los escenarios para hablar sobre la soledad, la desaparición, la búsqueda y la necesidad del otro para dar sentido a la vida, de la imperiosa demanda de una persona que te vea, escuche y se preocupe por ti.
Autoría de Estefanía Norato, la obra presenta a Marisol, una joven quien a todo instante cuenta el tiempo, existe una obsesiva rutina, siempre pierde las cosas y no encuentra el remedio para ciertas situaciones de su vida.
Ganadora en 2017 del Segundo Premio de Dramaturgia Joven Vicente Leñero, La gota y el mar, ha tenido modificaciones, pero se mantiene similar a su origen. Norato se sube al escenario para actuar su texto con Abigail Pulido.
Dos plataformas cuadradas unidas en medio por una pecera se ubican en el centro del escenario, en el cual se desplazan las actrices para representar la historia. A las 2:59 p.m. inicia el relato, el golpe seco de un portazo despierta la curiosidad de una mujer que se asoma al balcón para ver el departamento de enfrente.
Su desconcierto se vuelve preocupación y busca al habitante de aquel espacio, recurre a hablar con su jefe y un amigo budista del desaparecido para encontrar pistas de un rompecabezas que la lleva hasta la playa de Villamar para preguntarse dónde está él y quién es ella.
El hombre con el que sólo cruzaba miradas en el balcón a las 3:02 p.m., toma nombre y complejidades: Marco Márquez, un archivista deprimido.
Ella confronta sus miedos e inseguridades para mostrar su interés por Marco con el objetivo de encontrarlo, de hacerle saber que alguien está preocupado por su desaparición, de que ella es una gota que forma parte de un inmenso mar. Ahora que lo siente más cercano se le pierde como casi todo en la vida.
La gota y el mar se lanza a la profundidad de las preguntas existenciales con resoluciones, en momentos quejumbrosas y apabullantes que toca al público asumir, ya que la puesta como esa foto-recuerdo que muestra una playa vacía, puede convertirse en el último recuerdo de un niño con su padre. El mar se constituye por esas gotas solitarias que deambulan a la orilla de la playa y que son arrastradas hasta el corazón de la ola para imprimir con mayor impacto su fuerza. Marisol y Marco son pequeñas partículas acuosas que se unen al vaivén de una realidad que se trastoca; el tiempo y el espacio se distorsionan. Las horas empiezan de nuevo.
- Cuándo: hasta el 13 de junio
- Horarios: de jueves a sábados a las 20:00 y domingos a las 18:00
- Dónde: Foro Shakespeare (Zamora 7, colonia Condesa)
- Costos: $300 de manera presencial y $100 vía streaming
- El dato: Ingrid Cebada dirige la obra. Fue galardonada con el Premio de Dramaturgia Emilio Carballido.