Desde hace seis años, Hiram del Valle comparte un poco de las historias y relatos de su ciudad natal con “Leyendas de la Catedral de Morelia”, un espectáculo teatral en el que una docena de actores ofrecen al público un tour por las calles más emblemáticas del Centro Histórico de la capital michoacana, considerado Patrimonio Cultural de la Humanidad, repleto de suspensos, sustos y risas.
“Leyendas de la Catedral de Morelia” ofrece funciones todos los viernes y sábados en punto de las 21:00 horas. Cada recorrido inicia en la puerta principal de la emblemática Catedral de la Transfiguración del Señor y recorre calles bellas e históricas de la urbe como la Benito Juárez y Nigromante, hasta llegar a un bello edificio colonial.
Actualmente se ofrecen tres tipos de recorridos: uno enfocado en las leyendas de los pueblos mágicos de Michoacán, el dedicado a los relatos de Morelia y uno, para los más osados, centrado únicamente en historias de terror. Estos son algunos de los que conforman su repertorio, en los cuales además el público puede participar:
Las llaves rojas de la catedral de Morelia
En lo alto de la torre poniente de la Catedral de la Transfiguración del Señor de Morelia yacen pintadas distintas llaves rojas junto a una ventana y una cruz irregular que rompen con la arquitectura del edificio.
Cuenta la leyenda que la ventana chueca fue colocada por los familiares de los trabajadores que murieron en las obras, y que ellos mismos ponían una llave pintada con sangre cada vez que se realizaba una misa negra; figuras rojas que además esconden un código que revelará la fecha del fin del mundo a quien lo descifre.
La mano en la reja
En una casa roja emblemática de Morelia vivió la joven Leonor, hija del militar Juan Núñez. Ella era odiada por su madrastra, Margarita de Estrada. Leonor se enamoró de Manrique de Serna, a quien el padre de la chica le dijo que únicamente podría casarse con ella si le entregaba una carta firmada por el mismísimo virrey.
Tras ello, en la ausencia de don Juan y Manrique, Margarita encerró en el sótano a Leonor y sembró el rumor de que estaba loca para que la gente no se le acercara cuando se asomara por la reja. Para no morir de hambre y sed, la chica sacaba la mano suplicando por comida y agua, pero nunca se apiadaron de ella, y cuando su amado regresó con la carta del virrey la encontró muerta.
Ahora, en punto de la medianoche, se dice que si uno camina solo por donde está la casa puede escuchar los desgarradores gritos de auxilio de Leonor.
La ventana del muerto
En el antiguo Convento del Carmen, que hoy es la sede de la Casa de Cultura de Morelia, hace años vivió el Fray Jacinto de San Ángel, un monje que era conocido por ser totalmente devoto y por hacerle bromas a sus colegas.
Un día Fray Elías murió a causa de una enfermedad y a Fray Jacinto le tocó cuidar una tarde el cadáver junto con Fray Juan. En un momento, este último salió del cuarto donde estaban para ir por chocolate y a Jacinto se le ocurrió espantarlo haciéndose pasar por el difunto. Para ello se metió al ataúd y cuando llegó su compañero lo espantó al grado de que salió corriendo.
En ese momento Jacinto corrió tras Juan, y el muerto revivió para perseguirlos: agarró un candelabro con un cirio encendido. Ambos frailes se dieron cuenta y saltaron por la ventana, y cuando encontraron el cadáver de Jacinto vieron que tenía una quemadura en la garganta.
Para hacer reservaciones con “Leyendas de la Catedral de Morelia” contáctalos a través de su página de Facebook, en el número 443-354-5406, o con Ecoturismo Morelia.