Publica “En el armario no hay lugar para dos monstruos”

Ricardo Arenas aborda el amor, la locura y el erotismo en nuevo poemario

Ricardo Arenas afirma a La Razón que trata de “explorar el inconsciente”; versos directos en imágenes extraordinarias

Ricardo Arenas, autor de “En el armario no hay lugar para dos monstruos”.
Ricardo Arenas, autor de “En el armario no hay lugar para dos monstruos”. Foto: Facebook Ricardo Arenas

Ricardo Arenas (Ciudad de México, 1994), toca la guitarra y escribe poesía. En noviembre del 2019 ganó el Premio Nacional de Poesía Rodulfo Figueroa —convocatoria del estado de Chiapas— por su libro “En el armario no hay lugar para dos monstruos” (Editorial De Otro Tipo, 2020): cuaderno que, desde una franqueza anímica, proyecta iconografías verbales arropadas por alegóricas y perspicaces miradas contrastantes. “Pocas veces participo de mi cara. / Todas las mañanas la miro / y me ocupo en maltratar a la adolescencia / que a veces frecuenta todavía”.

Sumario de figuraciones en que los insomnios dialogan con una lluvia nocturna de presagios. El universo familiar irrumpe y animales ensoñados corretean por la vereda del recelo. La luz gotea en el centro de la resaca: la alborada se contagia de designios imprevistos: las fechas son presentimientos de la saturación advertida. “Una decepción trae siempre días azules para otros. / Y se resignan las manos colmadas de distancias”.

El lector tiene en sus manos un vargueño de prebendas: señales que son dardos y acechos instalados en trochas de expectantes interpelaciones: voz columpiada en los resortes del relámpago, allí en los intersticios del desencuentro que acaricia con saña al olvido. El desamor envenena los prefacios de un cuerpo cansado que le confiesa a la amada: “todas las tardes / al pensarte, anochezco”.

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“En el libro trato de explorar el inconsciente, de ahí, una de las razones del título. Lo escribí por necesidad: necesidad de trascender mis circunstancias, necesidad por apelar a mi derecho a la belleza y a lo sublime. Temas universales como el paso del tiempo, erotismo, relaciones humanas, el amor en todas sus manifestaciones, la naturaleza, la locura y paranoia son abordados en estas estrofas desde lo cotidiano”, expresó a La Razón Ricardo Arenas.

¿Un entramado de introspecciones desde gestos comunes? Creo que en los hechos más comunes se anida la poesía: lavar los trastes, comer, viajar en transporte público, caminar, ir al cine, oír música, bailar. La poesía nos persigue, nos hace, nos moldea.

¿El poema como un reflejo que nos define? Me valgo de la imagen poética para inquirir en ciertos preceptos que determinan nuestros sentires. La originalidad conmueve al lector, eso he intentado en este cuaderno: anhelo que quienes entren a sus páginas encuentren un espejo para saber de las tajaduras de la vida y también un hombro para reposar.

¿Versos trazados para el lector común? El lector que tenía pensado al escribirlo es el que se levanta temprano, va a trabajar, regresa tarde todavía con sueño, hambre: padece, sobre todo, su realidad; la cuestiona y se pregunta acaso si hay algo más, además de la contingencia que muchas veces, lo supera.

¿Intención de cuestionar convenciones sociales que todavía persisten? No pretendo adoctrinar a nadie, esa no es la función de la poesía como tal; pero, el libro trata de debatir acerca de tabúes o conveniencias, que son ataduras sociales muy terribles. Hay emociones las cuales se viven por desgracia en determinados contextos cotidianos de la tradición conservadora. La poesía desde la belleza, puede ser un factor concluyente en los cambios y derogación de esos patrones.

¿La poesía, una propuesta de emancipación? Sí, la literatura estimula la capacidad de delirar, anhelar, soñar, tener intereses y propensiones que van más allá de las simulaciones arraigadas.

  • Autor: Ricardo Arenas
  • Género: Poesía
  • Editorial: De Otro Tipo, 2020
  • Premio Nacional de Poesía Rodulfo Figueroa, 2019

¿Algunos de los poemas rinden tributo a la madre? Admiro a mi madre y a todas las mujeres. En estos períodos tan espinosos, la mujer ha sido todo el tiempo agredida por la prelacía de los varones, la han conminado a la sumisión. Mi madre siempre ha sido una rebelde ha impuesto su amoroso matriarcado ante la ausencia de un padre.

¿Poetas cercanos que han sido importantes en su formación? Toda la tradición poética del Siglo de Oro Español. Mi maestro ha sido A. E. Quintero. Leo mucho a Francisco Hernández, Gonzalo Rojas, Lorca, Sabines, Nicanor Parra, Girondo, Vallejo, Eliseo Diego y Velarde, entre muchos más.

Usted estudió música y toca la guitarra. ¿Eso ha influido en su poesía? La música es mi guarida. La llevo siempre conmigo. El jazz me socorre en los momentos más adversos. El verso es esencialmente una sublimación de lo musical desde la palabra. Voy por ahí por las calles con mi guitarra; pero disfruto mucho impartir clases de música a niños y adolescentes.

Portada del libro.
Portada del libro. ı Foto: Especial

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