El creador de los Juegos Olímpicos modernos, el francés Pierre Coubertin, argumentaba: “La presencia de la mujer en un estadio resulta desagradable, poco atractiva y desatinada. Los Juegos Olímpicos son la solemne y periódica exaltación del deporte masculino, con el aplauso de las mujeres como recompensa. En lo tocante a competiciones deportivas públicas, la participación de la mujer debería estar absolutamente prohibida”.
Imposición del patriarcado en la fiesta deportiva universal desde el año 776 (antes de Cristo) en Grecia, por esos tiempos se excluía a la mujer de participar no sólo como deportista sino también como espectadora; podían presenciar las competiciones exclusivamente, jóvenes solteras.
El acceso de las mujeres al ámbito deportivo ha sido tardío y ha estado lleno de dificultades. Pierre de Coubertin se opuso hasta su fallecimiento a la intervención de féminas en los Juegos Olímpicos. El sector se ha visto obligado a romper murallas establecidas por tabúes sociales y culturales.
¿Cuándo participaron por primera vez mujeres en los Juegos Olímpicos?
Tras largos periodos de exclusión en el mundo deportivo, 22 mujeres hicieron historia en el año 1900: fueron las primeras en participar en los segundos Juegos Olímpicos de la modernidad, los cuales tuvieron lugar en París entre el 14 de mayo y el 28 de octubre.
Intervención extraoficial, inicio del periplo para que, 121 años después, esté plenamente normalizada la práctica deportiva y el derecho de competición en espacios que eran exclusivos de los varones.
Las crónicas de las Olimpiadas modernas asientan que las deportistas no pudieron participar en la primera edición celebrada en Atenas, año 1896, ante la férrea oposición del restaurador de los Juegos, Pierre de Coubertin y sus seguidores, quienes cuestionaban la presencia en faenas deportivas de las mujeres.
¿Quién fue la primera mujer campeona olímpica?
No obstante, a la desaprobación de los organizadores, las féminas irrumpieron en los Juegos Olímpicos de 1900 en las categorías de las competencias de tenis, golf y croquet. La tenista Charlotte Cooper —ganadora de tres certámenes femeninos de Wimbledon (1895, 1896 y 1898)— pasó a la historia como la primera campeona olímpica. Después de París ganó otros Wimbledon: 1901 y el último en 1908, a la edad de treinta y siete años.
Reafirmación de la presencia femenina en los Juegos Olímpicos
De manera formal, hasta el año 1928, en Amsterdam, definitivamente tuvieron lugar las iniciaciones atléticas de las mujeres: cerca de 300 competidoras —10% del total— asistieron a la lidia deportiva de ese año. Algo trascendental, pudieron participar en el deporte rey: el atletismo.
Se registró un crecimiento en la asistencia de las mujeres en 1976 con 20% del total; 1988 25%; y 35% en los Juegos Olímpicos de Atlanta en que se fue sistematizando la presencia de deportistas hembras. Los juegos de Sídney del año 2000 marcaron un gran paso hacia la igualdad entre las mujeres y los hombres en las plazas del deporte de alto rendimiento.
En el año 2004 en Atenas —cuna de los Juegos Olímpicos—, 4 mil 329 mujeres —40,7% de la totalidad de atletas— pugnaron por medallas: récord de participación femenina en las Olimpiadas.
Históricamente la corrida deportiva ha sido faena de varones. Después de mucho tiempo las propensiones dicen lo contrario: las deportistas siguen participando, con mejor preparación cada día, en cada evento olímpico. En conclusión, la mujer ha ido consiguiendo su importante papel en los Juegos Olímpicos, brindando excepcionales espectáculos y logrando la admiración y expectación del mundo.
La gimnasta rusa Larisa Latynina, se alzó con dieciocho medallas olímpicas entre 1956 y 1964 (Juegos Olímpicos de Melbourne 1956; Roma 1960; y Tokio 1964): la deportista más recompensada de la historia olímpica ha confirmado lo extraviado que estaba Pierre de Coubertin.
AG