“El vaso del Sajal”, una vasija milenaria estilo Chocholá, fue hallada durante las obras del Tren Maya, en Yucatán. La pieza está grabada con texto jeroglífico, informó este domingo el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
“La pieza, hallada durante los trabajos del Proyecto de Salvamento Arqueológico del Tren Maya, bajo la dirección del arqueólogo Manuel Eduardo Pérez Rivas, fue recuperada por la arqueóloga Susana Echeverría Castillo, el 28 de junio pasado, como parte de una ofrenda registrada en el Tramo 3, que corre de Calkiní, Campeche, a Izamal, Yucatán, cerca de la población de Maxcanú, en este segundo estado”, se detalló en el comunicado.
El INAH aseguró que este tipo de vasija tiene amplia presencia en el norte de Yucatán, pero la mayoría que se encuentra registrada procede de colecciones privadas “como producto del saqueo y el comercio ilícito, sin que se conozca el contexto cultural arqueológico de procedencia, de ahí la relevancia de esta pieza recuperada como parte de una investigación”.
Las vasijas Chocholá, se explicó, se caracterizan por presentar texto jeroglífico, aunque pueden o no presentar escenas iconográficas. Por lo general, la escritura en aquellas que sí lo llevan trata de una Secuencia Primaria Estándar o frase dedicatoria, la cual describe al objeto, menciona al propietario (en algunas ocasiones son colocados los títulos que ostentaba), y el posible contenido.
El arqueólogo Ricardo Abraham Mateo Canul, miembro del equipo de salvamento arqueológico del Proyecto Tren Maya, quien lleva a cabo el análisis epigráfico de la vasija, indicó que de acuerdo con los especialistas que han estudiado la región, son pocas las vasijas con estas características que se han recuperado en su contexto original, como parte de los ajuares mortuorios.
Cabe señalar, añadió, que este tipo de piezas también se ha encontrado como parte de basureros en sitios de mayor jerarquía, así como en los rellenos constructivos, incluso, de sitios de menor rango, “lo que propicia una discusión más amplia sobre su significado y la relación que guardaban con la élite gobernante, aunado a la distinción de rango a la que hacen referencia, lo que no descarta la idea que probablemente fueran obsequios del gobernante hacia sus colaboradores más cercanos, como lo propuso el epigrafista ya fallecido, Alfonso Lacadena, en un texto publicado en 2008”.
A semejanza de otras piezas reportadas de este tipo, “El vaso del Sajal” menciona en el texto el posible contenido, que en este caso es el tsihil kakaw, el cual puede ser traducido como “cacao nuevo o fresco”, cuya bebida igualmente ha sido identificada en textos de algunas vasijas estilo Chocholá, abunda el arqueólogo.
“La pieza es relevante dado que se descubrió en el contexto cultural arqueológico de procedencia, por lo que su hallazgo revelará datos sobre este aspecto, contribuyendo a completar la información arqueológica, además de lo que la pieza pueda aportar en sí misma”, finalizó la especialista.
AG