Mediante distintos recursos las secretarías de Relaciones Exteriores y de Cultura, así como el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), buscan nuevamente detener, ahora en Alemania, una subasta de piezas prehispánicas que forman parte del patrimonio nacional.
La Sociedad Gerhard Hirsch Nachfolger, ubicada en Múnich, Alemania, tiene programada para el 21 de septiembre una puja que incluye 74 piezas arqueológicas pertenecientes a las culturas olmeca, maya, tlatilco, chontal, teotihuacana y azteca, así como de zonas del actual territorio de Michoacán, Veracruz, Colima y Jalisco.
Por este motivo se interpuso una denuncia ante la Fiscalía General de la República (FGR), informaron en un comunicado de prensa la Secretaría de Cultura y el INAH. Además se solicitó asistencia diplomática a la Consultoría Jurídica de la SRE.
Otras de las medidas que se tomaron fue el envío de una carta, firmada por la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, y dirigida a la Sociedad Gerhard Hirsch Nachfolger, en la que se informa que de acuerdo con el dictamen en materia de arqueología realizado por el INAH se identificaron 74 piezas propiedad de la nación mexicana, de conformidad con la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticos e Históricos.
Tras el peritaje, el INAH determinó que 61 por ciento del total del precio de salida del mercado de la puja es de “piezas de reciente manufactura”.
Detalló que la venta de estas piezas constituye un delito de acuerdo al derecho mexicano y que fomenta y contribuye además al tráfico y a la delincuencia transnacional organizada. Por ello, la titular de la política cultural mexicana solicitó que se tomen las medidas y acciones necesarias para detener la venta de dichas piezas para su eventual recuperación.
Ello, de conformidad con las disposiciones de la Convención sobre las medidas que deben adoptarse para prohibir e impedir la importación, la exportación y la transferencia de propiedad ilícitas de bienes culturales de 1970, así como la Ley de 1934, que prevé desde entonces, la prohibición de exportación de este tipo de piezas, ley que, en 1940, fue reformada con la creación del INAH.
Por su parte, el embajador de México en Alemania, Francisco Quiroga, mandó una carta a Francisca Bernheim, propietaria de la Sociedad Gerhard Hirsch Nachfolger, en la que le reiteró que “con este tipo de acciones de comercialización, el patrimonio histórico y cultural de México es sacado de contexto, anula el valor de la cosmogonía de las civilizaciones que las elaboraron e impide la socialización del conocimiento histórico que ellas aportan”.
En la misiva con fecha de 9 de septiembre, el embajador señaló que las piezas que suelen comercializarse “pueden provenir de actos ilícitos e involucran redes de mercado negro, que posibilitan su presentación a potenciales clientes”.
En la carta señala que desde 1934 la legislación mexicana prohíbe la salida de bienes arqueológicos nacionales. “Cuando una pieza en el extranjero no cuenta con certificados de exportación se entiende que se trata de un objeto robado y sustraído ilegalmente de México”, agregó.
Ésta no es la primera vez que México intenta detener subastas en el extranjero, ha solicitado retirar piezas que ofertan casas como Sotheby’s y Christie’s.
AG