El artista realizó la obra en su vejez, la Piedad Bandini, o Piedad de Florencia, como es conocida para distinguirla de las otras dos de Miguel Ángel, es llamada su “obra más personal” ya que además de que quería ser enterrado bajo ella, también tenía una “relación atormentada con el mármol”, según Timothy Verdon, el director del Museo de la Ópera del Duomo de Florencia, Italia. La obra inconclusa y regalada a su discípulo Antonio Da Casteldurante, permaneció expuesta 220 años junto al altar mayor de la catedral de Florencia, donde la superficie se deterioró por el paso del tiempo, el humo de las velas y de la cera proveniente del goteo de éstas desde el altar que causaron numerosas manchas en la escultura y los restos de elevadas cantidades de yeso que quedaron tras la realización de un molde de la obra en 1882, que nunca fueron removidos. Luego de haber sido sometida a una restauración que ha permitido eliminar las imperfecciones superficiales que bloqueaban la correcta visualización de la escultura, ésta reluce desde ahora en Florencia y puede ser apreciada en su total esplendor. Ésta es la primera restauración completa del grupo escultórico iniciado por Miguel Ángel en 1547 con la intención de que formara parte de su sepulcro en la iglesia de Santa María la Mayor de Roma.
Gráficos: Ismael F. Mira y Luisa Ortega.