En la cola de la pandemia en México, país que entró a la recta final de vacunación con casi 110 millones de personas inmunizadas con su primera o segunda dosis, la Feria Internacional del Libro del Zócalo se convirtió en uno de los pocos encuentros en su tipo en volver de manera presencial a nivel nacional y en el primero en la metrópoli. Durante los 11 días que duró se vio desfilar a autores, artistas y público que asistió ya sea para adquirir algún ejemplar o para disfrutar de alguno de los eventos que se ofrecían.
Ayer concluyó demostrando que los eventos masivos culturales son posibles en la Ciudad de México. Desde sus primeros dos días tuvo una nutrida asistencia — nueve mil 485 personas en los tres foros instalados— de aquellos que ansiaban el regreso de la FIL Zócalo, ya que el año pasado no se pudo realizar por la crisis sanitaria del Covid-19.
Durante el tiempo que duró el encuentro en la plancha del Zócalo se volvió a ver el gozo: familias, grupos de amigos, parejas y personas en solitario recorriendo distintos stands —donde se ofertaron 120 mil títulos de 900 sellos editoriales—, tomando libros, hojeándolos y decidiendo cuál o cuáles llevar a casa; público en los foros participando en debates y presentaciones, gente disfrutando de actividades culturales de música o cuentacuentos y hasta reencuentros de conocidos en los pasillos.
Ha sido un reto, en mes y medio tuvimos que programar la feria, no hubiera sido posible sin el equipo de la Secretaría de Cultura (local)Paloma Saiz<br>Directora de la FIL Zócalo<br>
Los autores se volvieron a reunir con sus lectores para reflexionar; por ejemplo, ¿por qué las librerías se mantuvieron cerradas en la pandemia?, ¿qué pasa con las desapariciones en México?, y ¿cómo enfrentaron el confinamiento por el coronavirus?, entre otros temas.
Para algunos escritores como el filósofo Óscar de la Borbolla, quien participó en la charla Los libros prohibidos, fue la inauguración de participaciones presenciales en pandemia: “Por fin me animaré a salir de mi guarida virtual y presentarme, luego de casi dos años, en público”, dijo en su cuenta de Facebook días antes del evento, el cual consideró como su “primera salida al mundo real”.
Ayer el entusiasmo continuó, la FIL Zócalo cerró en el foro Antonio Helguera repleto de gente, donde se obsequiaron libros de la colección 21 para el 21, que fueron repartidos por Paloma Saiz, directora de la feria, y Paco Ignacio Taibo II, titular del Fondo de Cultura Económica (FCE). Algunas personas se acercaron al escenario para obtener sus ejemplares y otras esperaron pacientemente en su lugar a que se los entregaran.
“No creo que tengamos libros para todos; habrá otros 50 lugares donde estaremos regalando libros, es la tercera vez que se reparten, el que ya tenga que le deje a los que no tienen”, dijo Taibo II antes de repartirlos.
Por su parte, Saiz reiteró la importancia de la FIL Zócalo y que se haya logrado organizar este año. “Ha sido un reto, en mes y medio tuvimos que programar la feria”, expresó.
Sin dar a conocer las cifras de asistencia presencial, Saiz celebró que en las redes sociales de la Secretaría de Cultura local se registraron 500 mil visitas; en la página de la feria, 50 mil y en la Brigada para Leer en Libertad, 720 mil.
En 2019, cuando tuvo lugar la última edición de la feria previo a la pandemia, se logró convocar a un millón 335 mil asistentes.