¿Cuál es su origen?

Día de Muertos: ¿cuál es la leyenda del hombre que no quiso poner ofrenda?

Existen diversas leyendas sobre el Día de Muertos, una de ellas es la de Xantolo o también conocida como la del hombre que no quiso poner ofrenda

La leyenda del hombre que no quiso poner ofrenda es parte de las tradiciones del Día de Muertos. Cuartoscuro

El Día de Muertos es una de las tradiciones más arraigadas en México, alrededor de ésta existen diversas leyendas, una de ellas es la de Xantolo o El señor que no quiso poner ofrenda, un hombre que no creía en que nuestros seres queridos regresan a casa entre el 31 de octubre y 2 de noviembre, lo cual le acarreó una tragedia.

¿De qué trata la leyenda del hombre que no quiso poner ofrenda?

Cuenta la leyenda que había un hombre llamado Felipe, que no creía en el Día de Muertos y mucho menos en la tradición de poner altares para recibir a los seres queridos que fallecieron.

Eran los días previos a la festividad del Día de Muertos, en Tlaxcala la gente comenzaba a preparar mole y diversos platillos para poner su ofrenda.

Sin embargo, Felipe no quiso poner ningún altar, pese a las súplicas de su esposa Hortensia, quien le pidió dinero para comprar los alimentos para la ofrenda. Aunque ella por su cuenta trató de conseguir recursos, sólo pudo comprar unas veladoras.

El 31 de octubre Felipe se encontraba tomando pulque con sus amigos, quienes comenzaron a hablar de sus muertos y de los altares que habían puesto en sus hogares para recibirlos.

Sin embargo, el incrédulo Felipe se burló de sus amigos y tuvieron una discusión respecto a los altares para los muertos. Finalmente, el hombre que no creía en la tradición decidió tomar sus cosas y salió de la pulquería

Como ya iba muy borracho se quedó junto a un ocote, en la madrugada vio a mucha gente que se dirigía rumbo al pueblo, entre ésta reconoció a sus padres, quienes ya habían fallecido.

El señor se desmayó del susto y al día siguiente despertó. Fue cuando vio que las personas regresaban contentas con sus itacates de comida y bebidas que les gustaban en vida, pero sus papás sólo traían un ocote quemado.

Felipe se acercó a sus padres quienes le reclamaron que sólo les haya dejado un pedazo de ocote, así que el hombre corrió a su casa para que sus seres queridos regresaran con comida.

Llegó a su casa y su esposa le preparó un itacate con frijoles y guisado, pero fue muy tarde: al siguiente día lo encontraron muerto y con la comida que había llevado al lado.

Desde entonces se cree que quienes no ponen altar a sus muertos, pierden la protección de éstos.

AG

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