HISTORIAS DE UN NO FUE

HISTORIAS DE UN NO FUE
HISTORIAS DE UN NO FUE Foto: larazondemexico

La taza de espresso permanecía en la mesa enfriándose cada vez más, era la segunda, la primera había terminado discretamente vaciada en la maceta. Llevaba más de 2 horas esperando, a estas alturas todos los signos indicaban que no llegaría, era algo que todos me habían dicho que sucedería y no obstante, una parte de mí quiso darle una oportunidad, una más, como si el saber de la infidelidad, de la traición, la complicidad de sus amigas, la burla de sus amigos y el desamor, no fueran suficientes para poder determinar que no era confiable.

El amor es ciego, eso me quedó claro la primera vez que no ves, que todo está frente a ti y no quieres ver, que te lo apuntan, extienden el dedo y te lo señalan, te agarran de la cara y te la voltean para dirigir tu mirada hacia donde ellos quieren que veas, que lo veas y no, no lo ves, no hay otra cosa que ella y lo que sientes es como un túnel donde la salida siempre son sus ojos, su boca, su piel y no hay nada más y lo peor de todo es que en ese momento, no necesitas nada más.

El café era el pretexto, tal vez no de arreglar las cosas pues eso estaba más allá del bien y del mal, ya había cruzado la línea que mi ego había trazado, una línea imaginaria pintada con un trozo carbonizado de mi autoestima incendiada, esa línea que si cruzaba de vuelta dejaría de ser hombre y sólo sería un payaso más, uno de los qué dicen ser y sólo son cerdos, animales de engorda que son despreciados para después ser consumidos, los que sirven de tapadera O de simple entretenimiento para las noches lluviosas de un martes de fin de quincena.

el café era un pretexto, sólo quería verla una vez más, lo sé, soy un maldito masoquista, uno de esos a los que les gusta rascarse la costa hasta hacerla sangrar nuevamente, un ****** más que camina suelto en una ciudad llena de ellos. No importaba que fuera pretexto, ya me había quedado claro que no aparecería Y quizá fue lo mejor no sé cómo hubiera reaccionado ante una sonrisa de “perdón, no eres tú, soy yo, te mereces ser feliz pero, yo no soy tu felicidad” o quizá hubiera utilizado el cinismo cuando me dijera que todo estaba bien, que no hiciera caso, que siempre habían hablado de ella, pero que teníamos algo fuerte y estaba contento. Mejor que no viniera, no por miedo hacerle algo sino por el miedo de no hacer nada, de dejar que pasara creyendo que uno puede amar por 2 y eso es suficiente.

Pedí la cuenta, ya no tenía nada que hacer en el café, quizá debí traer un libro y verme menos patético haciendo como que leía o tal vez ponerme unos audífonos para tener el pretexto del aislamiento.

Siempre tuve la teoría de que las madres pasan por el cordón umbilical información acerca de la vida y las relaciones sólo que los niños no lo entienden mientras que las niñas, lo hacen suyo y lo perfeccionan, en otras palabras ellos tienen el resultado del partido antes de hacer la apuesta y nosotros nada más hacemos como que jugamos.

ya en la calle me sentí un poco mejor, no porque lo estuviera pero, caminar hacia que mi cerebro dejará de estarle dando vueltas a lo mismo, como una vaca rumiando su comida, regurgitándola para comérsela otra vez Pero bueno, ya quedaron claras mis tendencias masoquistas. Ahora bien, caminar distraía pero, en una ciudad costera, pequeña como ésta, había estado en la mayoría de los lugares con ella, o para ser más simples, cada maldita cosa que veía me la recordaba.

Cada vez que hay una ruptura aparecen 3 personajes, el amigo que se la va a rifar contigo, que incluso la va a odiar más que tú, la amiga que nunca quiso ser tu amiga, que siempre quiso ser algo más y que ahorita dolido te dejaras consolar y por último, el crossover, el tibio o tibia, que no toma partido y sale con la soberana sandes de que es amig@ de ambos y se dedica a llevar chismes de uno a otro lado pero que, como ya dejé de manifiesto antes, siendo masoquista, es quien más te sirve pues te habla del único tema que quieres, sin querer hablar.

El caso es que todo el mundo te dice, que las cosas pasan por algo aunque, tú no sepas por qué están pasándote a ti, justamente a ti en lugar de alguien a quien quieran que le pase. El punto es que cambias, de una manera sutil al inicio, obvia para todos los demás porque estás en un mar de llanto y en un aporreo de pecho y embrocado en un vaso de agua Pero eso no es tu cambio como tal, es mucho más profunda aunque como ya dije, sutil. Y no, no diré cuáles fueron mis cambios, no tiene caso, todos somos diferentes pero de que cambiamos… cambiamos.

Quizá te preguntas a qué se debe este galimatías, a nada particular. Es tal vez, el inicio de una historia, el prólogo de un cuento o la cosa más aburrida que hayas leído pero, es una historia que no voy a narrar yo, lo harás tú, hay 5 puestos que puedes elegir al que le rompieron el corazón, a quién rompió el corazón, a quién consolará, a quién estará en las buenas en las malas y en las peores, o al que estará sin estar y te dirá que sí pero sin decirte cuándo o te dirá que no aunque sea un sí. estoy seguro y que has estado en alguno de esos lugares, todos lo hemos hecho, y si bien mi historia es común, lo es, justamente porque a todos nos pasó.

Ni finales felices, ni perdices, ni colorín Colorado… Sólo un día más en estos intentos de encontrarle sentido a un universo de caos y no hay cosa más caótica que amar sin ser amado o lo que es lo mismo ser amado sin amar ni una pizca, digamos que… por compromiso “na´más”.

Así que no te quedes ahí, ves al tipo que tienes a lado, cuéntale de cuando fuiste victimario o víctima o personaje secundario de esa triste historia de algo que no fue Y que nunca habías contado… hasta hoy.

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