Axel Ivy Hernández estudiaba los últimos semestres en la Escuela Nacional de Arte Teatral (ENAT) cuando inició el confinamiento por la pandemia, las clases comenzaron a ser en línea y no pudo ni siquiera pisar un escenario como última evaluación de la carrera de Actuación teatral. Al egresar era impensable trabajar en una compañía cuando éstas no tenían certeza del regreso a las actividades presenciales, así que tomó sus ahorros y junto con otros tres compañeros fundó 4 Búhos Teatro, una agrupación independiente con la cual decidieron hacerle frente a la contingencia sanitaria y crear su propia fuente de empleo.
“Fue un gran duelo de un año, en el cuarto año de la carrera, que empezó en septiembre de 2020 y terminó en 2021, iniciamos con la ilusión de que íbamos a regresar a las clases presenciales. Las clases en línea eran tortuosas, era chistoso pensar que una carrera corporal en la que todo el tiempo necesitas de la presencialidad, la estábamos haciendo online, era un poco frustrante. Esperamos algo que nunca llegó, pero la parte final fue de aceptación y sacar la casta”, compartió en entrevista con La Razón.
En otro extremo está una egresada de la Academia de la Danza Mexicana, quien pidió el anonimato, a medio año de haber egresado de la licenciatura de Danza, opción multidisciplinar, no ha encontrado trabajo y lamenta que su máxima aspiración en este momento sea ser beneficiaria del programa Jóvenes Construyendo el Futuro, que apoya personas de 18 a 29 años que no estudian ni trabajan y quieren insertarse en el campo laboral.
“Como egresada en pandemia sí siento mucha inquietud, de hecho me inscribí en el programa de Jóvenes Construyendo el Futuro, todavía no me dicen cuando iniciamos, no sé qué va a pasar, pero era una oportunidad para mí muy grande, no es una paga tan buena porque es una beca, pero es algo y la experiencia va a quedar a ahí. Tristemente a lo máximo que estoy aspirando laboralmente es eso, espero que cuando termine mis procesos de titulación pueda pelear por mejores condiciones laborales”, comentó la joven.
Éstas son algunas de las situaciones que enfrentan los egresados de escuelas de teatro y danza para quienes la pandemia los puso en una situación aún más vulnerable y los ha obligado, ya sea a crear proyectos autogestivos, a dedicarse a otra labor no relacionada con su profesión o a esperar a que vengan tiempos mejores para ejercer la carrera que estudiaron.
“Nuestro proyecto, 4 Búhos Teatro surgió a principios de 2021 en una situación de caos mundial por la contingencia sanitaria que estamos viviendo y ante la incertidumbre de qué iba a pasar con nosotros. Estábamos a nada de egresar, de por sí antes ya era difícil salir de la carrera de Actuación, nos surgieron muchos miedos, inseguridad ante el paso a este mundo profesional, pero también un deseo de no esperar a que los demás vengan y te den trabajo, tuvimos una clase de producción que nos cambió mucho la mentalidad”, compartió Hernández, quien junto con Jazmín Tirzo, Fer Aguiar y Juan David Castaño conforma la agrupación. Todos son egresados de la generación 2017-2021 de la ENAT.
La pandemia sí fue un gran factor para que cambiara el chip. Antes de la contingencia creía: van a ver tu trabajo en la escuela y te van a comenzar a llamar, pero te enfrentas a una realidad que no es así, para mí fue un tiempo de redefinición porque pensaba ‘egresar en pandemia, qué desastre, qué difícilAxel Ivy Hernández<br>Egresado de la ENAT
Hasta el momento 4 Búhos Teatro ha montado con sus propios recursos dos obras, Una familia ideal y Demetrius o la caducidad. La primera el año pasado, incorporando al equipo a otros egresados de la ENAT y la segunda, la estrenaron el pasado 28 de enero en Un Teatro, en la Ciudad de México. Aunque su proyecto toma su curso, van sorteando diversas dificultades.
“Lo económico fue la principal dificultad, pero ha sido increíblemente bello, soy de Aguascalientes y la mayoría somos de otros estados, presentar algo de nosotros, independiente de la escuela, en un escenario de la Ciudad de México, fue muy satisfactorio, nos dotó de un deseo muy grande de querer hacer teatro, no esperar nada de nadie y hacer nuestro propio camino, fue un salto muy grande”, dice orgulloso Hernández.
Otra egresada que ha sido afortunada al incorporarse a un proyecto es Silvia Abril, de la ADM, generación 2017-2021, quien tras concluir sus estudios decidió volver a su natal Tijuana, donde comenzó una residencia con la compañía Péndulo Cero Danza Contemporánea y participa en proyectos del foro independiente Ricardo Peralta.
“Me ha ido bastante bien, el foro empezamos a activarlo en pandemia para generar eventos, yo estoy colaborando en la organización de uno que se llama Noche de solos, comencé en marzo de 2021, ahorita vamos en la quinta emisión, lo que hacemos es convocar a artistas a que presenten sus trabajos como solistas, ha funcionado bastante bien.
“Ahorita voy a empezar a dar clases en una casa de cultura, de iniciación a la danza y de danza contemporánea, en una escuela de ballet en la que estudié hace muchos años también me ofrecieron clases, me he mantenido activa, pero en enero la situación ha sido fatal por el Ómicron, esperemos que en febrero comience a agarrar ritmo”, compartió.
En mi caso lo que dificulta más es la cuestión anímica, se dice que lo importante son las cosas esenciales, me cayó como balde de agua fría ver que la danza no era considerada esencial, hasta yo misma me ponía a pensar en lo que hacía, que el panorama era más difícilAlex<br>Egresada de la ADM
Egresadas de la Academia de la Danza Mexicana ven en la autogestión una mejor alternativa ante la precariedad que existe en el ámbito laboral: sueldos bajos, sin prestaciones de seguridad social o becas gubernamentales en las que consideran se explota su trabajo.
Denni Itsai es una de ellas, desde que egresó ha hecho de todo para subsistir, desde formar parte en 2020 del programa Colectivos Culturales Comunitarios de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, hasta dar clases de danza, incursionar en la formación de libros electrónicos e integrar una agrupación de teatro independiente.
“Me gradué el año que inició la pandemia. Estoy dando clases de danza en una preparatoria, es de lo más estable relacionado con mi carrera. También trabajo en una editorial, no es lo que estudié, pero me pagan muy bien, me permite hacer otras cosas, entonces prefiero laborar en eso que meterme a un programa como Pilares u otro de la Secretaría de Cultura de la ciudad donde me van a explotar, en Colectivos Culturales Comunitarios los talleristas nos llevamos un pago mínimo”, aseguró.
Por ese motivo Denni planea seguir creciendo en el ámbito editorial y continuar con proyectos independientes.
La salud mental, otro reto que enfrentan
Además de ver la precariedad laboral hay egresadas como Alex, quien también ha padecido la situación de la pandemia a nivel emocional, motivo por el cual ha decidido esperar para retomar su tesis y enfocarse en incorporarse a un trabajo.
Desde siempre he creído que estar en una compañía es difícil, desde antes de la pandemia había renunciado a esa idea; sin embargo, sí me gusta ser intérprete, apuesto por el trabajo autogestivo, estoy en un espacio donde estoy poniendo en práctica lo que aprendí, en la medida de lo posible ha sido remuneradoDenni<br>Egresada de la ADM<br>
“Para mí el egreso fue muy difícil anímicamente, mi último año de clases en línea fue muy malo, entiendo que para los maestros fue complicado, pero no sentía empatía por parte de ellos, había momentos en que me ponía a llorar, no le veía sentido a las clases así, no estaba aprendiendo ni haciendo las cosas bien, fue muy duro, fue triste para mí perderme de la función de graduación”, señaló.
Al egresar Alex considera que su estado anímico sigue siendo un factor que la mantiene desmotivada. Ha hecho algunas audiciones, pero siente que está a la “deriva”.
“En mi caso siento que lo que dificulta más es la cuestión anímica, se dice que lo importante son las cosas esenciales, me cayó como balde de agua fría ver que la danza no era considerada esencial, hasta yo misma me ponía a pensar en lo que hacía, que el panorama era más difícil”, señaló.
Por ese motivo quiere postergar su proceso de titulación. “No me quiero apresurar porque siento que todo está detenido, la dinámica en línea y a distancia me ha sido muy difícil, lo que tenía pensado para mi tesis era 100 por ciento presencial, para no tener que estar sufriendo por eso, decidí dejarlo pasar. La vida dio un giro, me voy adaptando día a día con lo que hay, por eso no he querido empezar a mover papeles o buscar cosas”, comentó.
De esta manera los egresados de teatro y danza están abriéndose camino en un panorama en el que de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), las artes escénicas tuvieron una caída de 43.1 por ciento en 2020 por la crisis sanitaria.