Este 5 de febrero de 2022, los vecinos de la colonia Portales Sur celebran el 26 aniversario del mítico centro Cultural-Gastronómico El Convite, un sitio que es punto de encuentro de artistas y músicos quienes, además de asistir a degustar los platillos, son protagonistas de conciertos, conversatorios, exposiciones, puestas de obras teatrales, recorridos musicales y muestrario de audiciones de discos vinilos , entre otros eventos que los hermanos Aguilar, fundadores del lugar organizan semana tras semana desde hace 26 años.
“Comer en familia siempre fue una de las experiencias más importantes en nuestra casa. Es tal cual un ritual y, a veces, no se da uno cuenta de la importancia que tiene. Siempre se ha dicho que la familia es la base de la sociedad, de ahí la importancia de este protocolo: la comida representa el momento de compartir el pan, de ponerse al día con los integrantes de la familia, fortalece los lazos de unión y por lo tanto crea comunidad. Creo que compartir eso con los amigos y los vecinos del barrio, fue el punto de partida de abrir el restaurante El Convite, hace 26 años”, explicó en entrevista con La Razón, Celina Aguilar gerente de Relaciones Públicas y cofundadora de El Convite.
¿El proyecto inicia como un pequeño negocio familiar? Cuando decidimos iniciar esto para sostenernos económicamente y ser independientes, (obviamente no sabíamos a lo que nos estábamos enfrentando), sólo sabíamos que tenía que ser algo en donde estuvieran dos elementos importantes que nos mantuvieran unidos, estos eran: la música y la comida. En ese entonces, llevábamos viviendo ya un año sabático en el cual sólo estudiábamos y dormíamos (como buenos chicos universitarios), aunque en verdad veníamos de una crisis familiar, una depresión emocional y económica; y quizá una urgencia de escapar de la realidad en la nos encontrábamos como familia.
Pero, ¿cuál fue la motivación principal de fundar El Convite? Veníamos de un rompimiento con los viejos esquemas sociales; teníamos una nueva visión del mundo y estábamos listos para enfrentar el porvenir con nuevas armas. Quizá pudimos elegir otro futuro, pero había algo que nos seguía inspirando: la comida, porque en la comida estaba el secreto de la unión, de transformar nuestras tristezas en alegrías y soñar que podíamos seguir soñando.
¿Tenían experiencia en la actividad culinaria? De adolescentes, mi madre nos puso a cocinar una semana a cada uno de los hermanos, claro que no todos funcionamos para eso y en ocasiones decidíamos intercambiar semanas o incluso a evitar a determinado hermano en la cocina, pero fue un buen experimento que incluía varios elementos: explorar con nuevos sabores, investigación, economía y sobre todo la imaginación. Eso ayudó para que años más tarde descubriéramos que podíamos sobrevivir de la comida.
De los hermanos, ¿quién estipuló la idea del restaurante? Fue Edgardo, quien, tuvo una epifanía y nos dijo: “hay que montar una fonda”, la idea era no trabajar tanto y así poder seguir con nuestros sueños de artistas. Alberto, el actual chef, estaba estudiando Diseño Gráfico; Edgardo, Artes visuales; y yo, Arte Dramático en la UNAM. Miguel y Carlos, los hermanos mayores, estaban más aterrizados en la realidad: nos fueron guiando en el proyecto; uno era contador; y el otro, arquitecto.
¿Por qué el 5 de febrero, Día de la Constitución Mexicana? Se llegó el 5 de febrero, día en que sin pensar la fecha abrimos cortina y cortamos un mecate (sustituyendo al listón tradicional de las inauguraciones). Todos andábamos en la edad de los intranquilos 20 años.
¿Toda la familia le entró a las cazuelas? Los abuelos estuvieron en las primeras semanas lavando trastes, corrigiendo recetas y checando que no nos sintiéramos solos ya que en las primeras semanas no venía nadie; meses después, se incorporó nuestra madre: caímos en crisis existencial y debía haber un capitán del barco para darnos fortaleza.
¿Reacción de los vecinos del barrio? La gente del barrio nos tomaba como extranjeros, la comida no era la típica de fonda, la música no encajaba con lo que los vecinos escuchaban; poco a poco por curiosidad se fue haciendo una clientela. Comenzaron a llegar personas que estaban dispuestas a experimentar cosas nuevas para su paladar e invitamos a nuestros amigos para hacer un pequeño desfile y anunciar que estábamos ahí, fue un desfile de disfraces y con música, mejor dicho, sonidos que emitíamos con nuestros escasos instrumentos: saxofón, tarola, percusiones y otros.
¿Cómo da inicio la programación cultural? ¡Por fin comenzó a llegar la gente que esperaba consumir no solamente comida!, sino también esperaba saciar el alma. Así, apremiados por pagar la renta y divertirnos, nos dio por hacer teatro, exposiciones efímeras, muestra de pinturas, cerámica..., además de contar historias sobre los platillos que ofrecíamos. Y lo más importante quizá, la presentación del género de música que más nos inspiraba, el jazz.
¿Preámbulo de los Conciertos Jazz Gourmet? Así es, comenzamos a programar conciertos de jazz todos los fines de semana: los famosos conciertos Jazz Gourmet, los cuales tenían un buen maridaje con los platillos de Alberto, quien se metió a estudiar gastronomía al igual que yo.
¿Cocina, jazz y charlas en complicidad con los clientes? El tipo de cocina, la música, las charlas que se iban entramando de mesa en mesa con personas que finalmente buscan lo mismo que nosotros: sentirse en familia y compartir el pan. Nuestra oferta gastronómica siempre ha sido la reinvención de las recetas heredadas de mamá y de la abuela, ambas originarias de Oaxaca.
¿Cómo llega el exitoso Jazzbook? Tiempo después creamos el JazzBook, el cual se ideó como un festival itinerante ligado con la literatura, otro de nuestros intereses. Por fin en 2010 se materializó y cobijado por la Feria Internacional del Libro del Zócalo hicimos las primeras ediciones, pasando por el Antiguo Palacio del Ex-arzobispado y la Cineteca Nacional; este pasado 2021 en plena pandemia de la Covid-19, se logró realizar la sexta edición con la colaboración del Fondo de Cultura Económica en sus diferentes sedes y librerías EDUCAL, al que se sumaron Canal22, Horizonte Jazz del IMER y KB Producciones.
¿Músicos que han tocado en El Convite? Por nuestro pequeño escenario han pasado músicos nacionales e internacionales importantes del género: Iraida Noriega, Enrique Neri, Héctor Infanzón, Alex Mercado, Mike Stern, Steve Rothery, Janek Gwizdala, Eli Degibri, Osmany Paredes, el recién fallecido Mark Levine, entre muchos más, la lista es bastante larga.
¿El Convite una referencia ineludible del jazz en México? Así poco a poco, El Convite se ha ido convirtiendo en una plataforma para la escena del jazz, algo que sólo teníamos en nuestra cabecita soñadora. La idea que inició como una fonda en donde pudiéramos llevar a cabo nuestros planes artísticos, finalmente si se ha ido realizando a pesar de todas las crisis y baches a los que nos hemos tenido que enfrentar.
¿Cómo ha enfrentado El Convite la pandemia? En estos años de pandemia nos dio por crear mesas de discusión con personalidades del medio artístico, literario, filosófico, de la nueva manera virtual, las cuales giraron en torno a este problema que aún nos aqueja y no sabíamos cómo interactuar pues el problema es la cercanía social, el contacto físico. En fin, realizamos conciertos sobre ruedas con diferentes rutas en nuestra colonia Portales.
¿Cómo arriban a estos 26 años? En este 2022 cumplimos 26 años de abrir la cortina de este tan generoso club; si, en realidad es un club que comenzó como Tertulia y continuó como Convite, dice mi hermano Alberto, quien desde el inicio se convirtió en el chef, que festejaremos en realidad, 25 + 1 debido a la pandemia.
¿Quiénes conforman la tripulación de esta nave que se llama El Convite? Laura Cortés, la madre, capitana general del barco; Alberto Aguilar, chef ejecutivo y socio fundador; Edgardo Aguilar, programador-curador de música y socio fundador; Celina Aguilar, socia fundadora.
¿Programa para el sábado 5 de febrero? Festejaremos estos 26 años con un pequeño concierto a la hora de la comida a cargo de Alain Derbez y los Gallos Vengadores, brindaremos con vino espumoso y festejaremos la vida, que de eso se trata finalmente todo el show. La cita es a las 3:00 p.m en Ajusco 79 Bis, col. Portales Sur.
AG