Publica novela

Brenda Navarro expone el racismo en España y la fobia a la pobreza

En <i>Ceniza en la boca</i> narra la historia de una joven mexicana que se enfrenta a la xenofobia y clasismo al migrar en contra de su voluntad; la escritora también explora el desarraigo

La autora, al finalizar la entrevista con La Razón. Foto: Cortesía: Raúl Campos / Paraíso MX

En Ceniza en la boca, su nueva novela, Brenda Navarro toma como punto de partida el suicidio de Diego, el hermano adolescente de la protagonista de la historia, para exponer de manera cruda el racismo y xenofobia que viven los migrantes en España, el clasismo y fobia a la pobreza que permea en aquel país y en México, y el desarraigo que cada vez se hace más fuerte en Occidente.

La autora mexicana señaló a La Razón que considera su texto como una novela “coming of age negra”, pues a través de sus páginas la protagonista, quien se muda a España en contra de su voluntad, se ve obligada a crecer y a madurar ante la decisión de su hermano de acabar con su existencia. Refleja la explotación de su vida como trabajadora doméstica y repartidora en Barcelona y el rencor que le tiene a su madre, a quien no le perdona que los abandonó a ella y a su hermano en México para irse a la península ibérica.

“La protagonista tiene un camino de ida y vuelta en el que se da cuenta que tiene que crecer, y que además su hermano tuvo la voluntad de decidir qué quería para su futuro, mientras que ella todavía no, aunque tiene la capacidad de madurar y aceptar que el mundo es como es y que tiene que aprender a lidiar con ello”, comentó.

Haces del periplo migrante y el desarraigo que genera uno de los temas de la novela. Me parece importante por las circunstancias que estamos viviendo actualmente: los controles migratorios son el gran problema del siglo XXI. Considero que la mejor forma que tiene la literatura para exponer el problema es llevarlo a la parte humana, personal. Actualmente en Occidente sentimos que no pertenecemos a ningún lado, ni a las épocas e ideologías, y eso se acentúa más cuando sales de tu país, porque afuera etiquetan por algún rasgo y eso se vuelve en tu nueva identidad.

El desarraigo va en el sentido de no querer ser eso que te están diciendo, pero tampoco ser lo que fuiste; es por ello que estamos viviendo en una especie de adolescencia perpetua en la que tratamos de llegar a ese paso de la adultez y ver hacia dónde queremos ir como sociedad.

¿Hasta qué punto la experiencia de la protagonista de tu historia la tomas de hechos de la realidad?

Con quienes conversé fueron con las personas que han contratado a trabajadoras domésticas allá en España; la manera en la que se expresan de ellas, la normalización de que deben ser mal pagadas y el pensamiento de que al ser migrantes tienen una ciudadanía de segunda, me bastó para construir al personaje.

¿Cuál es la importancia de exponer el complejo del “mesías blanco”? No sé por qué tenemos esta necesidad de querer ser buenos y “ayudar” a las personas desde nuestra visión, sin antes escucharlas. Quieren cambiar al mundo, pero en realidad, creo que el mundo no quiere ser salvado, porque eso significa que desde sus perspectivas tratarán de encontrar la solución. Por ejemplo, en Latinoamérica existen una gran cantidad de movimientos sociales que realmente están defendiendo algo, pero de pronto los feminismos blancos y europeos vienen a querer decirles cómo hacer las cosas para ser como ellos.

Afortunadamente, acá ya no quieren ser como Europa, y necesitaba poner esto en evidencia con el personaje de Tom-Tomás, porque eso pasa mucho en España…, además ahí tienen mucho que aprender de América Latina.

Leí una nota de que un niño se lanzó de un quinto piso en Madrid y no se me salía de la cabeza. Me pareció una gran historia, en tanto me conmovió como que estamos viviendo en una época de mucho dolor, pandemia… estamos totalmente desamparados

La protagonista se avergüenza de su vida, al grado de que a su pareja le inventa una identidad… En México tenemos que fingir todo el tiempo que somos un poco distintos al estereotipo de pobreza que se gestó en la TV. Hay una denigración hacia la pobreza sistemática, al igual que en España, y es lo perverso de quienes tienen el poder: te quieren hacer sentir vergüenza de que no tienes recursos, para que quieras ser como ellos, así saben que vas a terminar traicionando tus orígenes. No está mal ser pobre, lo que sí es que los que gobiernan permitan que esto incremente.

El personaje siente una nostalgia idealizada de su infancia... hasta que se le rompe. Es muy peligroso que nos quieran vender que el pasado es mejor, porque eso hace que existan discursos de odio, como los de la ultraderecha de Europa. Estamos en un momento de crisis en el que no sabemos a dónde ir porque todos los sueños de prosperidad que nos vendieron se desmoronaron y que quienes los viven es gracias a la opresión. Para que exista un “mundo IKEA”, limpio y bonito, hay gente explotada.

La protagonista de la historia odia a su madre por abandonarlos, pero al final la comprende. No me gusta que parezca que las madres son sólo sufrimiento y este personaje me gusta porque tiene muy definida su maternidad, sabe que ésta es soltera, que tiene que llevar el sustento a casa y quiso sacar a sus hijos de un mundo que a ella le parece violento. Es una madre que sabe lo que quiere, aunque la critiquen. Con el avance de la historia, si bien la hija no genera esta conexión emocional con ella, sí entiende sus motivos y la deja de culpar.

Portada de Ceniza en la boca ı Foto: Especial

Ceniza en la boca

  • Autora: Brenda Navarro
  • Género: Novela
  • Año: 2022
  • Editorial: Sexto Piso