La escritora Elena Poniatowska a sus 90 años conserva un espíritu de niña: ayer al finalizar el homenaje nacional en su honor, en el Palacio de Bellas Artes, bailó sonriente cuando la Orquesta Escuela Carlos Chávez tocó Las mañanitas, como si tuviera una batuta movía las manos de un lado a otro y al ver el pastel que le llevaron, su rostro risueño se mantuvo y feliz partió su pastel, como una traviesa infante saboreó el merengue que había quedado en sus manos mientras le gritaban: “¡Viva Elena!”.
“Verlos a ustedes, ver todas sus caras, su cariño, el cariño de los músicos y todos los que han participado... Gracias es una palabra muy bella y se las digo desde el fondo del corazón”, expresó.
Verlos a ustedes, ver todas sus caras, su cariño, el cariño de los músicos y todos los que han participado. Le agradezco muchísimo a Alejandra (Frausto) que haya organizado estoElena Poniatoska, Escritora
Estaba emocionada porque celebraba su cumpleaños número 90 en el magno recinto al ser considerada la escritora “más querida y leída de México”. Siempre preocupada por la lucha de las mujeres y las causas sociales, al terminar de firmar libros y tomarse fotos con sus seguidores en el vestíbulo del palacio externó su preocupación por los feminicidios y las desapariciones en México.
“Lo que yo sí espero de mi gobierno es la protección de las mujeres, sobre todo que ya no desaparezca la gente”, expresó. También dijo que el Estado “no se ha visto que apoye o que se preocupe”.
El tributo reunió a asiduos lectores de todas las edades, amigas entrañables como Marta Lamas y María Teresa Pliego, además de personalidades cercanas a la 4T como el actor Jesús Ochoa y el flautista Horacio Franco. También se dieron cita funcionarios como la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum; el secretario de Gobernación, Adán Augusto López; y el canciller Marcelo Ebrard.
En representación del Presidente Andrés Manuel López Obrador, acudió Jenaro Villamil, titular del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano. Por la mañana el mandatario dijo que no podría asistir al homenaje y proyectó una imagen donde aparecían juntos: “Elenita, un abrazo cariñoso, la queremos mucho. Es un ángel, es una gran escritora, de primer orden, una extraordinaria escritora, pero además con dimensión social”, señaló.
Elena, es inevitable que hablemos de ti, aunque no lo quieras. Te queremos demasiado, porque no te rindes; pero no sólo eso, le has dado voz sin titubeos a muchos y muchas protagonistas de las luchas sociales que han forjado nuestra patria”
Claudia Sheinbaum
Jefa de Gobierno de la CDMX
Aunque el homenaje estaba programado a las 12:00 horas, desde antes de las 11:00, invitados y seguidores de la autora Hasta no verte Jesús mío hacían una larga fila para ingresar.
Al mediodía Poniatowska entró vestida de blanco sonriendo y flanqueada por sus nietas Carmen, Luna e Inés. El público y amistades le dieron una cálida bienvenida con aplausos y los gritos “¡Amiga Elena!” y “¡Viva Elena!”
En el escenario, al fondo había una pantalla con el rostro de la también periodista con la leyenda “Elenísima 90 años”. La Orquesta Escuela Carlos Chávez también se encontraba ahí lista para el festejo.
La primera en dedicar unas palabras a Elenita, como le dicen sus cercanos, fue la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto.
“Gracias Elena querida, princesa que decidió caminar la tierra y ser periodista. Gracias por dejarnos celebrar tu vida, tus causas, tus luminosos trazos hechos letra que han pintado a todo México; nos has dado tanto, Elena, que hoy sólo te toca dar y recibir. Feliz cumpleaños”, dijo.
En su intervención, la Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, destacó cómo la escritora ha estado cerca de las luchas sociales: “Es inevitable que hablemos de ti... Te queremos demasiado, porque no te rindes; pero no sólo eso, le has dado voz sin titubeos a muchos y muchas protagonistas de las luchas sociales que han forjado nuestra patria y que nos han llevado al lugar en donde estamos y donde seguimos luchando con esperanza”.
Elena también sube las escaleras corriendo como una niña, los niños son imanes de amor como tu apellido y es por eso que has hecho que nos reunamos aquí hoy; aquí hay voces, talentos y miradas de artistas de todas las generaciones consolidados y en ciernes, que se han sumado para homenajearte”
Alejandra Frausto
Secretaria de Cultura
Resaltó que con La noche de Tlatelolco, Poniatowska mostró a un régimen represivo y se convirtió en un símbolo.
El tributo a la escritora incluyó la lectura de algunos de sus libros en voz de personalidades como el científico Antonio Lazcano, Ignacia La Nacha Rodríguez, emblema del movimiento estudiantil del 68 y su gran amiga, la periodista Blanche Petrich.
En el escenario, la actriz Laura Padilla hizo una lectura dramatizada de fragmentos del libro El amante polaco. Niños de Semilleros Creativos del programa Cultura Comunitaria, vestidos de blanco protagonizaron algunos números. La activista y senadora Jesusa Rodríguez cantó el tema “Es Elena Poniatowska”.
Elena es mucha pieza, como la de Troya es nuestra antorcha, nos ilumina con la perseverancia de la congruencia y la valentía que no se disfraza ni utiliza poses”
Jenaro Villamil
Presidente del SPR
Una de sus amigas más cercanas, Marta Lamas, resaltó la manera en que Poniatowska es una figura entrañable al desembarazarse de la altivez para estar cerca de los desprotegidos, desde ferrocarrileros hasta familiares de desaparecidos.
“Su literatura se acerca a un feminismo que se aleja del mujerismo. No idealiza a la mujer, muestra que hay distintas maneras de ser mujer”, apuntó.
Otra de sus amigas, María Teresa Pliego, dijo: “Si ya era feminista, me hiciste peor”.
En entrevista con La Razón sus nietas compartieron que la escritora estaba muy feliz. “Me decía que estaba muy emocionada, que pasar sus 90 años así era una manera de celebrarlos, estaba muy feliz”, dijo Luna.
Al finalizar el homenaje, Poniatowska salió al vestíbulo para convivir con sus lectores, entre ellos el campesino Isidro Aragón, quien vino de Morelos; la joven Naomi Canto, quien la admira porque “dice la verdad, lo que muchos piensan, pero nadie se atreve”, y Santiago Vázquez, de 15 años, a quien le conmovió verla a los 90 años “tan activa, carismática y alegre”.
Con información de Carlos Mora