Lo sabemos: su entraña Buenos Aires, su pasión los arrabales su leitmotiv las letras, su genialidad en su obra, su tragedia la ceguera, su injusticia el nobel ausente… Sí, hablamos de Jorge Luis Borges a 36 años de su partida.
Veneración de por vida
Decía Borges que su padre “le descubrió el poder de la poesía, de las palabras, no sólo como forma cotidiana de comunicación, sino como llaves que iluminan el misterio; como símbolos de lo eterno, como signos musicales cargados de secretos”.
“La lluvia” es un poema que Borges dedica a su progenitor:
“Bruscamente la tarde se ha aclarado. / Cae o cayó. La lluvia es una cosa. / Que sin duda sucede en el pasado.
Quien la oye caer ha recobrado / El tiempo en que la suerte venturosa / Le reveló una flor llamada rosa, y el curioso color del colorado. /
Esta lluvia que ciega los cristales/ Alegrará en perdidos arrabales/ Las negras uvas de una parra en cierto. /
Patio que ya no existe. La mojada/ tarde me trae la voz deseada. / De mi padre que vuelve y que no ha muerto.”
Sí veneró a su padre Jorge Guillermo Borges, abogado, escritor y profesor de psicología, él quedó parcialmente ciego antes de los 40. Diversas operaciones sólo lograron que abandonara más rápido su amor por la lectura. Dejó escritos, traducciones y la novela El caudillo (1921) y como herencia a su hijo Jorge Luis una biblioteca y su pasión por la lectura. Su predilección, sí, por la lectura inglesa. Transmitiéndole además, entre otras disciplinas la filosofía idealista. Se casó con Leonor Acevedo Suárez y fue padre del escritor argentino Jorge Luis Borges y de Leonor Fanny B. Su padre sufría además de hemiplejía, tenía todo un lado de su cuerpo hinchado.
Como el niño precoz que fue Jorge Luis Borges, la historia atesora su primer texto Tigre León Papá Leopardo escrito a los 4 años. Su familia, de cultura y preparación contribuyó a la independencia del país… y en la casa de Jorge su abuela inglesa Fanny Anne Haslam le enseñó a hablar inglés.
Borges ingresó al colegio hasta los nueve años y pronto fue retirado de él. Después diría lo que George Bernard Shaw: “Debí suspender mi educación para entrar a la escuela”.
“Un lento crepúsculo…” y parte de sus escritos en revistas
Se presume que Jorge padeció varias enfermedades pero que esencialmente fue la miopía degenerativa, la etiología más probable de la ceguera de Borges… La progresión de esta enfermedad hizo que a la edad de 55 se quedara casi completamente ciego, esto, se convirtió en uno de los temas centrales de su escritura en ”un lento crepúsculo que duró más de medio siglo…”
Quien adoraba el café y odiaba el futbol pasó su adolescencia en Ginebra; al concluir su bachillerato se fue a Mallorca donde pulió su latín; poco después se instaló en Madrid.
Hacia 1920 en Buenos Aires formó revistas algunas que él llamó “secretas” por los pocos ejemplares que podía imprimir. La revista Prisma, mural con ilustraciones de su hermana Norah, de la cual sólo aparecieron 2 números uno en 1921 y otra en 1922 y Proa otra revista literaria fundada por Borges también en 1922.
El mismo año que murió su padre, 1938, Borges sufrió un grave accidente, tuvo un golpe en la cabeza, que lo hizo verse entre la vida y la muerte. Sobre esto, tiene un cuento titulado El sur, ahí Juan, el protagonista, escapa de la realidad y descubre que está al borde de la muerte en un hospital por lo que prefiere una vez que se recupera ir al sur y decide que prefiere morir en una pelea… ¿Acaso se trata de un sueño?
Inspector de aves y conejos
Pero ¿Cómo empieza a escribir? Borges le contesta a Osvaldo Ferrari: Empiezo “por una suerte de revelación. Pero uso esa palabra de un modo modesto, no ambicioso. Es decir, de pronto sé que va a ocurrir puede ser, en el caso de un cuento, el principio y el fin. En el caso de un poema, no: es una idea más general, y a veces ha sido la primera línea. Es decir, algo me es dado, y luego ya intervengo yo, y quizá se echa todo a perder (ríe).”
Considerado el integrante más destacado Borges surgió de un grupo de escritores que fue conocido como el Grupo Florida se reunían en una confitería llamada Richmond donde participaban escritores como Victoria Ocampo, Leopoldo Marechal, y entre otros Oliverio Girondo Por esas fechas escribió también Pierre Menard y su Quijote.
Borges nunca escribió una novela, prefería lo compacto, sin embargo escribió guiones de cine y una considerable cantidad de crítica literaria así como prólogos “editó numerosas antologías y fue un prominente traductor de inglés, francés y alemán (también tradujo obras del anglosajón y del escandinavo antiguo)”.
Un tema recurrente es lo fantasmal de la vida, la autobiografía, la teología, la filosofía y como integración de estas… entre muchos otros temas más. Su lenguaje fue objeto de una renovación, en el camino encontró grandes maestros como Alfonso Reyes a quien calificó como el mejor estilista de este siglo y a Thomas Quincey con quien compartía la predilección por ciertos temas como la seducción de la muerte violenta, permitiéndose utilizar la parodia e ironía.
Escribió de diversos temas, como, laberintos, espejos, duelos, bibliotecas etc.
En 1946 subió al poder Perón. “ Borges que siempre había sido de ideas democráticas y liberales –escribe Myrta Sessarego, no desperdició ocasión para tachar al dictador de demagogo, y fascista y firmaba cuanto manifiesto antiperonista caía en sus manos. Si al comienzo Perón prestó poca atención a los intelectuales que se le oponían, luego los redujo al silencio, encarcelando y torturando a unos, exiliando a otros; a Borges lo humilló nombrándolo “inspector de aves y conejos” en el mercado municipal. Este presentó inmediatamente la renuncia.
El otro
El otro es el primero de los cuentos que forman el Libro de Arena que Borges publicó en 1975. Aquí cuenta un extraño acontecimiento que pudo ser real, pero que se asoma a lo ficticio.
Sucedió cuando uno estaba sentado en una banca frente al Río Charles en 1969 cuando de repente descubre a otro en la misma banca quien dice estar a orillas del Ródano, en Ginebra en 1918…
¿Qué paso? ¿Un viaje en el tiempo? Porque por cierta plática e indagando un poco desde el inicio del cuento nos dice que se trata del mismo aunque el otro reaccione perplejo.
¿Física cuántica? ¿Hoyos negros? ¿Otra dimensión? Tal vez un sueño, porque en un sueño sí se puede hablar con uno mismo de sus propios secretos. Pero… ¿Se trata de la misma persona, aunque estén separados por medio siglo de vida? Descúbralo usted mismo empezando por leer o releer el cuento en apenas unos cuantos minutos.
O asómese a filósofos como Heráclito quien al referirse al tiempo dice que todo es mutable e inestable. “Todo fluye nada permanece” entrando aquí la presencia del o los ríos.
Jorge Luis Borges (Buenos Aires, Argentina 1899, Ginebra Suiza 1986) nos invita a permanecer junto a él, en un encuentro que bien podría calificarse de fortuito o espeluznante y que otras artes han tomado la idea como el cine o la pintura…
Borges defiende su verdad, aunque ¿realmente lo es? En la vida real los Borges llegaron a Suiza en 1914 y se quedaron hasta 1919 para atender a su padre quien murió el 24 de febrero de 1938. Esto concuerda -dice Costa, exactamente con la fecha en que está narrando la historia, por tanto se trata de una historia de ficción y que está estrechamente ligada a su vida y a su pensamiento.
Pero algo que no es ficción son los libros que dice tener en el cuento como los 3 volúmenes de Las mil y una noches, de Lane, o el intercambio de opiniones de autores como Dostoievski o la paradoja u extraña opinión que el cuento encierra.
Plasma a El otro como un espejo? Recordemos lo que dice Borges en Arte poética “A veces en las tardes una cara/ Nos mira desde el fondo de un espejo. / El arte debe ser como ese espejo/ que nos revela nuestra propia cara”
AG