En Quisiera tener un Wookie y otros poemas de la Galaxia, libro publicado en México por Editorial Planeta, no cabe obsesionarse con determinar lo que es o no es canon dentro de la trama Skywalker, señalar si es congruente con las líneas argumentales de los distintos episodios de la franquicia, o generar teorías alrededor de ellas. Eso pasa a segundo término ante lo que podría denominarse como una manifestación del efecto de la Fuerza más allá de las pantallas, y que no es otra cosa que despertar la capacidad para sorprenderse.
Con este puñado de escritos de Ian Doescher —acompañados por el encanto de los trazos concebidos por Tim Budgen—, de lo que se trata es de hacer estallar esa fascinación por la aventuras espaciales, los mundos fantásticos, la criaturas insólitas y los vehículos imposibles, que al conectar con la naturaleza para reimaginar y vivir la ficción propia de los niños, se entremezcla con lo cotidiano volviéndolo extraordinario.
La estética de la poesía se alimenta de la inquietud y nostalgia que define el concepto creado por George Lucas, para ofrecer pasajes que hacen de una simple habitación infantil, de los pasillos y salones escolares, o las calles alrededor de la casa familiar, los escenarios de ensueño para que el eterno compañero de travesía de Han Solo sea también un guardián que detendrá las pesadillas, mientras se cuentan Jawas “ladrones de tareas” para poder dormir, lo mismo que un AT AT se convierte en la mascota más inesperada, una bicicleta es suficiente para competir con los más veloces podracers, e incluso una niña al unirse a sus amigos y compañeros de juego y negarse a tener que ocupar el rol de la Princesa Lea sólo por el simple hecho de ser mujer, rompa con los modelos de género que suelen reforzarse desde esas etapas de la vida.
Quisiera tener un Wookie y otros poemas de la Galaxia es un llamado para que el adulto recuerde la maravillosa sensación que le causó el descubrir a temprana edad el universo Star Wars, así como la búsqueda inconsciente de identidad que representaba el darse la oportunidad de creer ser alguien más —así sea un droide Intergaláctico—, poniendo en sus manos a Ewoks y personajes similares para que le sirvan como herramientas de ensueño con el fin de hablarle a los niños de temas como la diversidad de estructuras familiares, y a través de la lectura establecer vínculos creativos con ellos, para quienes esto resultará una delicia venida desde una “Galaxia muy, muy lejana”.
Ag