El Museo José Luis Cuevas cumple hoy 30 años y sobrevive con lo mínimo, apenas “con signos vitales”, aseguró a La Razón Salvador Vázquez Araujo, apoderado de la Fundación José Luis Cuevas. Enumeró que entre las grandes necesidades están un mantenimiento mayor en el Antiguo Convento de Santa Inés, que incluya el cambio del sistema eléctrico e impermeabilización, También más personal, porque de las 35 personas que requieren, sólo cuentan con 10 empleados actualmente.
“Las necesidades son todas, pero las que deben atenderse ahorita son las de mantenimiento mayor, son instalaciones que están trabajando ininterrumpidamente por 30 años, habría que arreglar los techos, todo el sistema eléctrico, revisar los sanitarios; bajar los cañones de las salas, ya urge”, apuntó Vázquez Araujo.
Según cálculo que hicieron hace años, las labores supondrían una inversión de 15 a 20 millones de pesos, aunque “habría que actualizar”, aseveró.
Señaló que en 2022 están operando con lo que recibe la fundación de donativos y actividades artísticas que se realizan, sin precisar cifras, ya que hasta el momento no se les han otorgado recursos por parte del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), responsable del acervo de mil 859 piezas donadas por el artista José Luis Cuevas, y de la Secretaría de la Ciudad de México. Por ley, la fundación debe también generar recursos para realizar sus actividades.
“Lo que da Bellas Artes y la ciudad, es el 30, 35 por ciento, y el resto es lo que se ingresa directamente por el museo, ahora con la pandemia eso se redujo a cero, porque no se podían hacer eventos, nada más estamos esperando los donativos de las instituciones mientras vuelve a echarse a andar todo”, aseveró.
Con eso de los recortes que están sufriendo, tampoco ellos tienen la capacidad. Se está invirtiendo mucho en Chapultepec, ahí el ramo cultural se va como el aguaSalvador Vázquez Araujo, Apoderado de la fundación
El Museo José Luis Cuevas ha atravesado diversas crisis. En 2021 se tuvieron que organizar dos subastas de obras de arte que donaron creadores, porque según dijo, Vázquez Araujo, “no teníamos para pagar la luz y el teléfono, hacíamos lo que podíamos”. Agregó que el recinto anualmente requiere de entre seis y siete millones para operar, “ no óptimamente, sino moderadamente”.
Recientemente estuvo en la polémica cuando el diario Excélsior documentó que el inmueble no contaba con control de clima en salas de exhibición y que hay manchas de humedad en alfombras, por goteras. Ante ello, se limitó a responder: “Tampoco es cierto, somos pobres pero limpios”, afirmó y reconoció que hay goteras, pero es “normal”, en un edificio que no ha recibido impermeabilización.
Por la situación que enfrenta el museo actualmente, Vázquez Araujo habló de la necesidad de que tanto el INBAL como la Secretaría de Cultura de la CDMX, definan los pasos a seguir para garantizar la permanencia del recinto.
“Nosotros sólo estamos temporalmente a cargo del museo, ya se necesita un cambio, que las instituciones decidieran qué quieren hacer con esto, ellos son los dueños, no nosotros”, se deslindó.
Acerca del Centro de Documentación e Investigación Octavio Paz, dentro del museo, dijo que está a la espera de que vuelvan trabajadores del INBAL. “Está cerrado hasta que Bellas Artes vuelva a mandar a personal para la reclasificación, ahí está, totalmente seguro, desde la pandemia no han enviado; estamos preguntando y dicen que en cuanto se regularice todo, los que están lentos son ellos”, aseguró.
Para festejar las tres décadas del museo, en el recinto se inaugura hoy una muestra que recupera lo más significativo de su acervo, tanto de obras de Cuevas, como de artistas como Rafael Cauduro, Gabriel Macotela, Alberto Gironella, Guillermo Ceniceros, Gilberto Aceves Navarro y Mathias Goeritz. Son más de 100 piezas.