Ayer, la última función

Elisa apasiona con Bolero

La primera bailarina del ballet estatal de Berlín cautiva en el cierre del festival Danzatlán con pieza de Maurice Béjart

La artista, al centro, durante el estreno de Bolero, en la Gala Elisa y Amigos. Foto: Cuartoscuro

La primera bailarina del Ballet Estatal de Berlín, Elisa Carrillo, presentó un apasionado Bolero de Maurice Béjart, cautivando a los asistentes del Teatro Morelos, en Toluca, que durante 16 minutos quedaron hipnotizados observando a la artista sobre una mesa circular y rodeada de 40 bailarines, mientras se escuchaba la composición de Maurice Ravel.

Las luces en el teatro se apagaron y se escuchó un absoluto silencio cuando se abrió el telón y sobre la estructura se encontraba la bailarina mexiquense Elisa Carrillo moviendo sus pies al compás de la música mientras movía su brazo, elemento que fue iluminado en escena. Cuarenta bailarines, en su mayoría latinoamericanos, otra proeza, permanecían sentados a su alrededor.

La música, cuyo patrón rítmico de dos compases y una melodía de 32 compases que se repiten una y otra vez, se fusionaba con la coreografía y la artista, quien parecía bailar poseída por la composición de Ravel, derrochando sensualidad con movimientos pélvicos y una mirada que desprendía “fuego”, pero también mostrando su habilidad técnica.

Dos bailarines fueron los primeros en levantarse de sus asientos para acompañarla en esta especie de trance dancístico, y así, fueron incorporándose el resto de los ejecutantes, quienes tenían el dorso y torso descubiertos, para enfatizar aún más las flexiones de muñecas y codos y el movimiento de la pelvis y el esternón.

La artista, al centro, durante el estreno de Bolero, en la Gala Elisa y Amigos.

Elisa Carrillo, quien se convirtió en la primera mexicana en protagonizar esta pieza, tenía un gran reto encima, ya que una de las grandes referencias de esta coreografía es el argentino Jorge Donn, quien fue alabado por su interpretación llena de “sensualidad” y ser “dinamita” sobre el escenario, según una reseña del diario El País.

La mexicana, quien desde pequeña soñó con bailar esta coreografía, incorporó su propia esencia. Llamaba la atención su profunda mirada, el movimiento de su cabello cuando ejecutaba algunos de los pasos, la línea de sus pies y de sus manos; sus saltos y energía sobre la tarima.

Casi al final de la pieza, todos los intérpretes alzaron los brazos y Elisa Carrillo remató la intensa coreografía agachándose y golpeando sus manos contra la mesa, al tiempo que paró la música. Enseguida los aplausos resonaron en el recinto, algunas personas del público se levantaron para ovacionarla y otras más gritaban “¡Bravo, Elisa!”.

La bailarina se mostraba feliz de haber hecho realidad este sueño en el que se estuvo preparando arduamente para ofrecer una interpretación inolvidable.

La artista, al centro, durante el estreno de Bolero, en la Gala Elisa y Amigos.

Bolero cerró la Gala Elisa y Amigos, que formó parte de la quinta edición del Festival Danzatlán, un espectáculo que ofreció desde lo más clásico del ballet con fragmentos de Don Quijote, el pas de deux de El cisne negro y La muerte del cisne, hasta danza contemporánea con All long dem day, con música de Nina Simone y coreografía de Marco Goecke.

La gala empezó con Sonata, interpretada por Elisa Carrillo y Alejandro Virelles, quienes conmovieron al público con este dueto de Uwe Scholz; después continuó Faun (e), con Marcelo Gomes y Alejandro Martínez. En esta coreografía primero apareció un bailarín moviéndose sin música después ésta comenzó a sonar y se incorporó un segundo ejecutante.

Entre los números más aplaudidos estuvieron Snow storm, de Yuri Possokhov, con Lucía Lacarra y Matthew Golding, pareja que conmocionó con esta coreografía sobre el amor entre un soldado y una joven a quienes una tormenta de nieve les impide desposarse; All long dem day, con la que intérpretes de la Compañía Nacional de Danza parecían dar vida con su cuerpo a la voz de Nina Simone; y el pas de deux de Don Quijote, en el que Ekaterina Pervushina sorprendió con sus ágiles piruettes consecutivas y Kimin Kim con su carisma y altos saltos.

Otras piezas destacadas fueron La muerte del cisne con Skylar Brandt, del American Ballet Theater, quien personificó el último aliento de esta ave; y These Arms, de Nicholas Palmquist, con Marcelo Gomes y Alejandro Martínez.