La reconocida artista visual Betsabeé Romero cada vez se encuentra más interesada por llevar su obra al espacio público, pues considera que es donde más puede incidir. Las exploraciones en este ámbito es parte de lo que incorpora en su nuevo libro Cuando el tiempo se rompió, que incluye instalaciones como la que hizo en el camellón cerca de su casa durante la pandemia o los altares de muertos que ha llevado a México y a otros países.
“Durante la pandemia a todos se nos movió el piso, me sentí con el compromiso, con la responsabilidad de devolver algo de lo que estaba entendiendo. Me parecía que el compromiso en el espacio público era más grande, los músicos nos estaban dando un ejemplo desde los balcones tocando en todos los países, los escritores leyendo poesía, yo pensaba, qué hacemos los artistas”, comentó en entrevista con La Razón.
A raíz de esa reflexión, en el camellón al lado de su casa colocó unos vochos, una iniciativa que se estaba desarrollando en otras partes del mundo y que consistía en hacer intervenciones clandestinas en las calles de grandes ciudades.
“Esta búsqueda de nuevos públicos para el arte contemporáneo se volvió una tarea; te mueven de tu espacio de confort para incursionar en nuevas tecnologías, diferentes maneras de llegar a públicos más jóvenes que están acostumbrados a preguntar otras cosas, a no conformarse con la poca información que a veces se da en los espacios de arte contemporáneo, eso me interesa mucho, porque siempre me ha interesado el público y abrir espacio y diálogo hacia otros que no sean los típicos del arte contemporáneo”, apuntó Romero, quien ha participado en más de 20 bienales.
Había núcleos temáticos que no se habían tocado en los libros que había hecho, en esta ocasión están las instalaciones de espacio público, de altares de muertos que he hecho en otros países y aquí también. El libro se convirtió en la única lucecita prendida que había para atravesar el túnel, porque en la pandemia todo se fue cancelando, era lo único que me levantaba con el alicienteBetsabeé Romero, Artista visual
En el libro, que presenta el jueves 11 de agosto en el Museo de la Ciudad de México, a las 18:00 horas, se incorpora un tema que ha sido central en la obra de Romero, las ofrendas de Día de Muertos que ha hecho desde 1997 y ha llevado ha espacios como el Zócalo (Canto al agua), conformada por 113 trajineras-ofrendas; y las que presentó en el British Museum y en el Museo Kaluz.
“Hablo también de esta ofrenda que hice en línea con todas las embajadas para que todo el mundo pudiera hacer un altar en cualquier lugar del mundo con tan solo papel bond y tinta negra para hacer papel picado, calaveritas móviles; me reenviaban las que instalaron desde la India o Estados Unidos”, explicó.
Otro tema presente es el relacionado con la desaparición de mujeres. En 2019 en el Museo Frida Kahlo Caza Azul montó la Por ellas: una vela, una flor y un pan.
El libro cuenta con la participación de curadores, escritores o directores de instituciones, a quienes considera sus cómplices y mentores.
“Con la Universidad de Texas hice una instalación que atravesó clandestinamente la frontera, entonces invité a Kerry Doyle (directora del Rubin Center for Visual Arts de la Universidad de Texas); a José Manuel Valenzuela, quien fue mi mentor desde que hice el primer carro en Tijuana, en la Bienal In Site; a Diana Wechsler, crítica, curadora de la Bienal Sur”, detalló.
También se encuentran la escritora Mónica Lavín, el curador Philip Monk y la curadora Emelie Chhangur, por mencionar otros.
Adelantó que el 20 de agosto a las 12:00 horas en Arte Obrera, en Avenida 20 de Noviembre 445, presenta una nueva muestra.
“Vamos a hacer un carro que nunca he presentado en México, un grafiti en la calle de al lado, a colgar unos papalotes en los cables; va a haber obra en los dos pisos del centro cultural, mucha obra gráfica”, finalizó Romero.
- Cuándo: 11 de agosto
- Dónde: Museo de la Ciudad de México
- Horario: 18:00 horas.