La banda toca alegre “El zopilote mojado” aunque Dionisio Pinzón, el protagonista, sea uno de los hombres más pobres de San Miguel El Milagro y su pregón se confunda “con el ladrido de los perros en el pueblo dormido” nos cuenta Juan Rulfo en El Gallo de oro como dormido o muerto está también uno de sus brazos.
Dionisio Pinzón le pidió a un gallero que le regalara su gallo antes de que le torcieran el cuello. Riéndose de él aquel gallero se lo aventó. Dionisio entonces, al llegar a su casa –escribe Rulfo “hizo un agujero debajo del tejaván y auxiliado por su madre, enterró allí al gallo, dejándole sólo la cabeza de fuera”.
Pinzón conocía bien la miseria, el dolor, el hambre, el frío y sin embargo aún tenía esperanzas, sí, en aquel gallo que se estaba muriendo a semejanza él.
“Pero el animal no reaccionaba, no tenía hambre ni sed —escribió Rulfo, parecía tener solamente ganas de morirse” Aunque su dueño vivía únicamente preocupado por su gallo, a tal grado de cuidarlo que poco a poco fue descuidando a su propia madre…
Esto es lo que nos cuenta el autor de Pedro Páramo y El llano en llamas, Juan Rulfo en sus primeras páginas de El Gallo de oro.
“¡Cierren las puertas!”
Grita el pregonero del palenque y se cierra la fiesta a un mundo rústico con aires de campo, compacto pero no pequeño, donde retrata especialmente nuestra realidad territorial ubicada con este gallo al centro del país y algunos otros lugares, en la época de López Mateos dentro del discurso vigente de la Reforma Agraria.
Las apuestas pueden ser muy grandes y se les ponen espolones o navajas para herir o matar al contrincante…
Pero… ¿Pa dónde va este autor? Pá onde usté gusté pos la narración tiene sentido y es muy sencilla de leer y el gran escritor exhala su oficio y aquí lo trabaja en forma ascendente, logrando una novela corta pero redonda, de lectura rápida, que envuelve a su lector en un ambiente trágico y festivo, trazando personajes de forma familiar. Las faldas de su dulcinea, Bernarda Cutiño, eran de percal estampado “de colores chillantes y llenas de pliegues, lo que completaba con un rebozo de seda y unas flores en las trenzas, —escribe el autor. A diferencia de Pedro Páramo donde el lenguaje se traduce desde la tumba y Juan Preciado busca a su padre en el fantasmal pueblo de Comala.
“Ay, fiesta bonita…” dice otra canción y es que hay también infinidad de distracciones además de los gallos, por supuesto; como los juegos de cartas, y los cancioneros. Pero ¿Es más optimista o pesimista el autor? ¿Por lo menos en esta novela? Sin duda es recomendable leerla, es toda una aventura y es bueno preguntarnos sobre algunos de los antecedentes de Rulfo.
El precursor del realismo mágico, siendo apenas un niño vivió la Guerra Cristera, “A su padre, su abuelo y a un tío, los mataron los soldados del presidente Plutarco Elías Calles —escribe Raúl Espinoza—. Aquellas imágenes de crueldad y de la sangre derramada se conservaron imborrables en su memoria… Su madre murió cuando él contaba con doce años y, después de un permanente vagar, por diversas casas de sus parientes, fue internado en un orfanatorio. Ese sentimiento de orfandad se extiende por toda la obra de Rulfo.
Matices de época: El Gallo para el cine
Adorador de las imágenes y la fotografía, Antonio G. Spíndola, nos dice que de acuerdo con el libro Juan Rulfo y el cine son 37 películas que ..hasta los años 90— estarían vinculadas al mítico escritor. Como Talpa, adaptación de un relato de Juan Rulfo, Paloma herida, co-guionista junto a Emilio Fernández; Diles que no me maten basado en un cuento de Juan Rulfo; La herencia de Matilde Arcángel adaptación de su cuento; entre muchos, muchos más.
Mírenlo bien, que este gallo se propuso crecer y crecer… Por supuesto El Gallo de oro se llevó al cine en un par de ocasiones; la primera fue dirigida por Roberto Gavaldón quien también adaptó junto a Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez. Esta obra se estrenó el 18 de diciembre de 1964 en el cine Alameda bajo la producción de Manuel Barbachano y con las actuaciones de Ignacio López Tarso, Lucha Villa y Narciso Busquets. La película ganó una Diosa de plata y su versión fue controvertida porque decían que el escrito literario mostraba personajes más sencillos Posteriormente El gallo de oro sería base de la cinta El imperio de la fortuna en 1986 bajo la dirección de Arturo Ripstein.
Rulfo le apostó al azar y a las peleas de gallos
“…Entonces el apostador, al darle los pocos pesos que le habían correspondido explica el autor de Guadalajara, Jalisco le dijo que su gallo era demasiado gallo para enfrentarlo con aquellas gallinas…”
Juan Rulfo apostó al cómo se llevaban a cabo las peleas de gallos en los palenques de verdad de aquella época en que escribió la novela.
Sí, los primeros gallos de combate se originaron hace más de cinco mil años. Las peleas de gallos se realizaban en la India, tres mil años A.C; así lo explican Luis Oswaldo Murillo y Jeremmy Enríquez; naturalmente antes que capturarlos y traerlos desde los bosques al cautiverio cuando eran polluelos
Pero gallero y criador no es lo mismo. ¿Sabrá esto Dionisio?
Seguramente el primer criador de gallos de combate, se daría cuenta de la actitud bélica conflictiva en los pollones quienes al crecer demostrarían sus primeras actitudes de luchadores, matándose unos a otros. Esto forzaría a los criadores a separarlos en pequeñas jaulas rústicas. Luego hicieron la primera selección de los mejores ejemplares, según las actitudes de lucha, fuerza, velocidad y agilidad entre otras.
Lo óptimo para un gallo de pelea es haberse vacunado, entrenado, alimentado, sin faltar el descreste y tusado. Lo fatal es el poco cuidado o un mal lugar de crianza o el no saber seleccionar los huevos…
Lo fatal es también darle a tragar municiones antes de la pelea y lo óptimo es aplicar siempre un reglamento no en vano se le ha declarado a la fiesta patrimonio de la humanidad.
“La festividad consiste en un recorrido por las calles –dicen, de la comunidad, donde la gente se hace acompañar por músicos, coheteros y claro, por el objeto lúdico de la fiesta: El gallo”.
Y sobre El Gallo de oro infinidad de temas: pobreza, miedo, soledad, ambición, esperanza, el azar, la suerte, el pesimismo… la orfandad.
Pero mejor lea la obra, véala y cante canciones del protagonista del palenque.
Dice una canción de la original banda El limón: La feria de San Marcos “Cierren las puertas señores. Ya va a empezar la pelea. A la feria de San Marcos del merito Aguascalientes han llegado los valientes con su gallo copetón y lo traen bajo del brazo, pa´, rifarse hasta la vida con la fe de un espolón.
Linda la pelea de gallos, con su público bravero y sus chorros de dinero y los gritos del gritón, celebrando con su gusto no se sienten ni las horas con tequila y cantadoras que son puro corazón…”
AG