Un recital de fiesta, gozo y celebración fue lo que la Orquesta Sinfónica de Minería, bajo la dirección de Carlos Miguel Prieto, y el trompetista, considerado uno de los mejores del mundo, Pacho Flores, ofrecieron este fin de semana.
Un concierto en el que estrenaron una pieza de Daniel Freiberg, pero en el que también dieron paso a la improvisación y la creatividad, dejando al público emocionado por tan memorable presentación, que algunos ya han considerado "uno de los mejores en la historia de la Sinfónica de Minería".
El recital, en la Sala Nezahualcóyotl de Ciudad Universitaria de la UNAM, que se presentó los días 19, 20 y 21 de agosto, comenzó con una pieza “potente”, Fanfarria para la mujer poco común, de la compositora Jean Tower, quien con esta obra quiso rendir homenaje a las mujeres que corren riesgos y que son temerarias.
Una obra de tan sólo dos minutos y medio, pero que está llena de emoción y vigor que logra estremecer al público desde inicio: el redoble de tambor y trompeta que anuncian la fanfarría.
El programa ocho de la Temporada de Verano de la Orquesta Sinfónica de Minería, el cual, Carlos Miguel Prieto, definió, como el “más ecléctico” de todos, después siguió con Sinfonía núm. 10, de Dmitri Shostakóvich, una pieza autobiográfica que simboliza la libertad conseguida tras el fallecimiento de Stalin.
La obra en cada uno de los movimientos –moderato, allegro, allegretto y andante—tiene diversos matices, a veces de una calma, pero en otras de una “ferocidad”.
Tras un intermedio, tuvo lugar el estreno de Historia de flores y tangos, del compositor argentino Daniel Freiberg, quien se encontraba entre el público.
Rompiendo los protocolos, como ya antes lo había hecho el director de la OSN, Pacho Flores dijo estar emocionado por la presentación del disco Estirpe y el estreno de la pieza de Freiberg.
Acto seguido tomó una de las cuatro trompetas que estaban en el escenario y comenzó a tocar Historia de flores y tangos, una especie de “divertimento” musical que muestra las posibilidades que puede tener el instrumento en el que Pacho Flores ha destacado.
De acuerdo con reseñas, la pieza de dos movimientos se inspira en los barrios de Buenos Aires, fusiona distintos estilos musicales, desde el jazz hasta las tendencias más destacadas del siglo XX.
El público quedó cautivado por la obra y se volcó en aplausos. Después subió al escenario el co-solista Leo Rondón con su Cuatro Venezolano para dar paso a la interpretación de Cantos y Revueltas, compuesta por Pacho Flores, quien antes de comenzar a tocar, compartió que era una obra inspirada en su infancia.
Carlos Miguel Prieto, advirtió al público que estaba por presenciar algo inusual y así fue, Leo Rondón y Pacho Flores sorprendieron con la ejecución de su instrumento.
Tras la ejecución de la pieza que también fue muy aplaudida entre los presentes vino el momento de la improvisación, hicieron subir a Freiberg para que tocara el piano, al cual se acercaron Pacho Flores y Leo Rondón. Prieto dejó de ser batuta y movía cables o les acercaba el micrófono para que los músicos hicieran gala de su capacidad creativa. Todo era una fiesta, el público aplaudía, se emocionaba con las improvisaciones a cargo de esos genios y el resto de la orquesta también disfrutaba observándolos.
El público les aplaudió de pie y agradeció que se rompieran los protocolos para dar paso al gozo que es escuchar música en vivo.
Ag
