Si algo distinguió a este 2022 fue el regreso presencial, de manera total, de grandes encuentros y ferias del libro, lo cual hizo que volviera la vida cultural en el país con aforos al cien por ciento. El Festival Internacional Cervantino, uno de los más importantes en Latinoamérica, celebró sus 50 años de existencia con una programación que incluyó a grandes artistas como María Katzarava, Gustavo Dudamel, Wynton Marsalis con la Jazz at Lincoln Center Orchestra y la presencia del coreógrafo Dimitris Papaioannou.
El encuentro, durante los 19 días que duró, demostró que la reactivación cultural en México cada vez más se acerca a los números del 2019, antes de la pandemia de Covid-19. En esta edición registró una asistencia de 440 mil personas, superando las cifras prepandémicas, de 411 mil visitantes. Durante los fines de semana Guanajuato se convirtió en una fiesta en la que era habitual ver a jóvenes en antros, bares o bebiendo en las calles.
La derrama económica fue de 339 millones de pesos, cifra sí lejana a la del 2019 cuando se registraron más de 615 millones de pesos.
En la edición de oro del Cervantino Corea del Sur y la Ciudad de México fueron los invitados de honor, por lo que llevaron al FIC tanto expresiones populares como grupos de k-pop y una reproducción del Salón Los Ángeles, como funciones de teatro y ópera. Una programación que algunos aplaudieron y otros criticaron.
Otro de los festivales esperados del año y que retomó sus actividades al 100 por ciento fue el Eurojazz en el Centro Nacional de las Artes, que del 6 al 20 de noviembre convocó a 43 mil personas que disfrutaron de 10 conciertos de agrupaciones de Austria, Italia, Rumania, Polonia, España, Alemania y México.
En la celebración de su 25 aniversario, el encuentro aún estuvo lejos de la asistencia que logró en 2019, cuando acudieron más de 95 mil personas.
Dos eventos en la Ciudad de México, también muy esperados y que volviero, fueron el Gran Remate de Libros, el cual regresó enfocado en la venta de ejemplares a bajo precio y sin actividades culturales y artísticas como se acostumbraba en ediciones pasadas, como la de 2019 que contó con más de 250 eventos.
Por su parte, la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (FILIJ) tuvo un regreso acotado, pues se organizó en cuatro meses y con un raquítico presupuesto de 14 millones de pesos, cuando en 2018, por ejemplo, se destinaron 42 millones. El encuentro tuvo una nueva sede, el Bosque de Chapultepec, y contó con 100 actividades, 900 menos que la edición de hace tres años.
Mientras que la Feria Internacional del Libro del Zócalo, que en 2021 volvió de manera presencial, este año tuvo una edición exitosa ya que casi alcanzó la asistencia de hace tres años. En 2022 registró un millón 100 mil personas sólo 225 mil menos que en 2019.
El encuentro no estuvo exento de críticas ya que la programación estuvo cargada hacia autores y funcionarios cercanos a la 4T, como el vocero de la Presidencia, Jesús Ramírez Cuevas; el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell; el presidente del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano, Jenaro Villamil, el historiador Pedro Salmerón y el político Gerardo Fernández Noroña.
El retorno de la Guelaguetza fue otra de las grandes sorpresas del año. El encuentro oaxaqueño celebró su 90 aniversario y en su apertura 12 mil espectadores acudieron.
Este 2022 también se caracterizó por la vuelta de montajes en gran formato como el clásico decembrino, El cascanueces, en el Auditorio Nacional, con 170 artistas en escena y la participación de la Orquesta del Palacio de Bellas Artes. Además se volvió a montar en el Coloso de Reforma el espectáculo Carmina Burana, con más de 250 artistas en el escenario.
La Ópera de Bellas Artes también volvió a las producciones de gran formato con La carrera de un libertino, de Stravinsky, que se estrenó en el Festival Internacional Cervantino, tanto en Guanajuato como en el Palacio de Bellas Artes. Fue la primera vez en dos años que la Orquesta del Teatro de Bellas Artes regresó al foso.
De esta manera, con unos regresos afortunados y otros no tanto, la vida cultural de manera presencial retornó al país esperando que en 2023 haya una mayor recuperación y reactivación.
FIL Guadalajara, entre protestas y fiesta
La Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL Guadalajara) tuvo un primer fin de semana marcado por protestas en la que un grupo que apoya el gobernador del estado de Jalisco, Enrique Alfaro, pidió la salida del presidente del encuentro, Raúl Padilla.
La manifestación se dio luego de que tanto estudiantes de la Universidad Autónoma de Guadalajara, a cargo de la fiesta del libro, y organizadores de la FIL Guadalajara se pronunciaran contra un recorte al presupuesto.
Pese a ese inicio y a las críticas habituales del Presidente Andrés Manuel López Obrador, que llamó a la FIL Guadalajara, “foro del conservadurismo”, ésta salió avante y registró cifras cercanas a las de 2019. De acuerdo con los organizadores, acudieron 806 mil 805 personas en esta edición que tuvo como invitado de honor a Sharjah, mientras que hace tres años la asistencia fue de 828 mil 266.
Del 26 de noviembre al 4 de diciembre la FIL reunió a más de 14 mil profesionales del libro y más de dos mil sellos editoriales. Destacó la presencia de autoras como Alma Delia Murillo, Irene Vallejo y Rosa Montero. Además de la participación del poeta Mircea Cărtărescu, quien fue galardonado con el Premio FIL de Literatura.