Festejó en grande

Ignacio López Tarso: Una trayectoria de más de 70 años que lo convirtió en leyenda | Biografía

Ignacio López Tarso celebró el 15 de enero su cumpleaños número 98; en La Razón te presentamos un perfil del primer actor

En la imagen, el primer actor Ignacio López Tarso.
En la imagen, el primer actor Ignacio López Tarso. Foto: ilustrativa: Cuartoscuro

El primer actor Ignacio López Tarso celebró este 15 de enero su cumpleaños número 98. En La Razón te contamos parte de su historia de vida y destacada trayectoria en el mundo del teatro y del cine.

Su padre. Alfonso López Bermúdez, era del ramo de justicia militar y, aunque no pertenecía al ejército, él estaba bajo las órdenes del general Escobar, quien fue el último que se levantó en armas contra el gobierno de la República Mexicana y al que a los 15 días atraparon y fusilaron en Veracruz.

El padre de don Ignacio, se salvó porque un amigo lo disfrazó de fogonero. Sí, salvó la vida pero perdió sus antecedentes y derechos en el ejército. Trabajó después en el Servicio Postal. Viajó alrededor de la República y se casó con doña Ignacia López Herrera con quien tuvo 3 hijos: Alfonso, Marta y el mayor Ignacio López Tarso.

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Don Ignacio López Tarso cuenta que cuando era chico quedó fascinado con un espectáculo de carpa —teatro ambulante— por su humorismo y rústicos elementos como las luces, al que sus papás lo habían llevado. En su tierna infancia también le recitó a sus papás un poema de Juan de Dios Peza en el colegio Jalisco en Guadalajara del que comenta: "y hasta me gané un premio". Ya desde pequeño empezaba a ejercitar la memoria, y a sentirse bien cuando era notable.

Cuando cumplió los 13 años, por problemas económicos que no le permitían seguir estudiando ingresó a un seminario, donde un seminarista le comentó: “Sin vocación no serás cura, sólo ven a aprender”. Eso ocurrió en el pueblo de Temascalcingo, Guadalajara.

En el seminario hizo una de sus primeras actuaciones: Macbeth, en la versión poética de León Felipe. “Es una versión –le dijo a Susana López Aranda, su hija, en la que Macbeth no sólo mata a Duncan, “sino al sueño, el sueño se vuelve una obsesión, porque nadie vuelve a dormir”.

Si bien Ignacio dormía bien después de trabajar, vendiendo telas y en una fábrica de ropa para obreros, un día deseó “el sueño americano”. Entonces él se fue con un par de amigos a California, Estados Unidos, a la cosecha de naranjas. Y en una ocasión subió tan alto a un árbol, que se cayó y se fracturó la columna vertebral por lo que regresó a México, fue operado y permaneció en cama más de un año.

Durante su convalecencia se reencontró con la música, la lectura y conoció la poesía de Xavier Villaurrutia, a quien posteriormente buscó en el INBA (Instituto Nacional de Bellas Artes) y con él se quedó a estudiar como alumno definitivo en 1949.

Poco después trabajó con su tío José en el Departamento Agrario, y “desde el primer día” empezó a salir con Clara, una joven que resultó ser su prima lejana y con quien se casó.

Nace un actor

En el INBAL se encontró con la generación que venía del Teatro Ulises, (teatro experimental, vanguardista) aquel teatro que nació en los años 20 y que influyó tanto en México. Creado por Antonieta Rivas Mercado, dirigido por el mismo Villaurrutia y Salvador Novo.

Ahí brillaban también otros nombres: Manuel Felguerez, Celestino Gorostiza, Gilberto Owen, Julio Jiménez Rueda, Bernardo Ortiz de Montellano, Isabela Corona, Clementina Otero, Celestino Gorostiza y Wagner entre otros.

Con ellos se formó y aprendió: entonces adiós al apuntador, bienvenida la memoria, la escenografía, la utilería, la caracterización —el vestuario, el maquillaje, la peluquería…

Siguió creciendo más, más y más de forma intelectual y por esos años también alcanzó 1.88 metros de estatura, lo que lo ayudó también en su carrera. En 1951 lo llamaron para el montaje de Nacida ayer. Este montaje fue profesional y por esa oportunidad él se afilió al Sindicato de la ANDA (Asociación Nacional de Actores).

Posteriormente logró ser Presidente del Consejo Directivo, amén de que en su carrera política llegaría a ser diputado.

El primer actor nacido en la Ciudad de México, ha actuado en más de cien obras teatrales, subrayemos un par de ellas: El rey se muere, que él considera fundamental en su carrera y Edipo rey, la obra más conocida del teatro griego.

El rey se muere, todos lo saben, se va a morir, pero él no quiere creerlo. En la obra de Eugene Ionesco, Ignacio López Tarso tuvo que manejar sentimientos antagónicos: de la rebeldía a la aceptación, de la inquietud a la impotencia… Se trata de Teatro del Absurdo y así se hizo el montaje, al que invitaron a dirigir a Jodorowsky, y a la artista plástica Leonora Carrington quien gustosa hizo la escenografía para que en conjunto se lograra una profunda reflexión sobre la muerte.

En medio de la supuesta peste, interpretó a Edipo rey. Sí se sacó los ojos porque lo rebasó el destino: mató a su padre y engendró hijos con su madre, quien después se ahorcó: A su decir ya lo había visto todo…

Continuó creciendo, entonces, en la pantalla grande.

Más que un actor, un personaje: Una reencarnación

Bien dijo el director y escritor, Ignacio Retes: “Hablar del cine de Ignacio López Tarso, no es cosa fácil, lo ha hecho todo. Sus personajes marcaron una transición dentro del cine mexicano, que dejó de ser bello y mentiroso, para convertirse en realista y combativo, porque él es un hombre que se adapta a la época.

Al hablar de sus películas, lo importante es recalcar el momento de transición que marcó, de la época de oro del cine mexicano, en la que apareció la invención de Gabriel Figueroa, quien recorrió el mundo con figuras verdaderamente hermosas”.

Ha trabajado al lado de las más importantes figuras de cine nacional y bajo la dirección de los mejores directores como Roberto Gavaldón, Luis Buñuel, Ismael Rodríguez, Julio Bracho, Juan Antonio Bardem, Luis Alcoriza, Alejandro Galindo y Juan Ibáñez entre otros.

Retomemos por lo menos cinco películas ya clásicas del cine nacional:

A cinco años de debutar en el cine con Chilam Balam (La virgen azul) filmó Macario, el ahijado de la muerte. Firmada por B. Traven se basa en un cuento de los hermanos Grimm. La acción sucede un día de muertos. Macario, el protagonista, es un indio muy pobre, dedicado a cortar leña en un cerro para venderla y cuyo sueño de su vida es comerse él solo un guajolote, sin compartirlo con nadie: ni con sus hijos o esposa, quienes también tienen mucha hambre. En el camino de aquel día tendrá visiones y se le aparecerá la muerte…

Esta película es la primera cinta mexicana que compite para el Oscar, en Hollywood y la primera que tiene un premio en Cannes y muchos más por otras partes. Con ella López Tarso salió al extranjero y lo invitaron a festivales de todo el mundo es con la que hizo “su primer viaje a Moscú, a la India, a Israel…”

Juana Gallo es otra película emblemática. Escrita y dirigida por Miguel Zacarías. Ignacio López Tarso encabeza el reparto junto a María Félix, y cuenta la mítica historia de “Juana Gallo” que nació a partir de la vida de una mujer que se ganaba la vida vendiendo gorditas y tacos, llamada Angela Ramos quien se coló en la historia revolucionaria nacional, por sus modales hombrunos entre otras peculiaridades. La película recorrió el mundo entero que en su mayoría dio por verdadero el mito.

El profeta Mimí, con 16 premios Ariel y dirigida por José Estrada. Está protagonizada por Ignacio López Tarso y Ana Martín. El guion está escrito por Eduardo Luján y José Estrada. Se filmó en el hoy Centro Histórico de la ciudad de México, con locaciones en Santo Domingo y la Col. Guerrero.

La trama cuenta que la madre de Mimí, un psicópata, se culpa del asesinato de su esposo y una prostituta, a los que realmente mató su hijo quien recorrerá además las calles de noche matando prostitutas en pos de redimirlas…

El hombre de papel- Guión de Ismael Rodríguez y Ricardo Garibay, historia de Luis Spota. Con Ignacio López Tarso, Guillermo Orea, Luis Aguilar. En ella se ve cómo un pepenador mudo que se encuentra un billete de lotería despierta codicia entre los demás: Esta película –como bien lo dice Ángel Pozo, exhibe un México en plena etapa de crecimiento y la pobreza extrema de algunos seres humanos.

Cuenta don Ignacio que el director le propuso seguir a los pepenadores y que así lo hizo. “Algunos incluso me recibían muy bien y me hice cuate de un par de ellos. Les llevaba tequila, cerveza y me subía con ellos a los montones de basura a escarbar”.

La sombra del caudillo. Esta película tiene como antecedente la novela de Martín Luis Guzmán. Dirigida por Julio Bracho. El filme fue censurado por el ejército mexicano por más de 30 años. La trama refiere el asesinato del general Francisco Serrano, exsecretario de guerra y exgobernador del entonces DF, que dio a conocer su postura en contra de la reelección de Álvaro Obregón, que interpreta López Tarso.

Corridos, la inspiración de sus padres

A su decir, procede de una familia de El Bajío donde se canta mucho el corrido, por lo que nació y creció oyendo corridos. “Mi padre fue un gran admirador del corrido, cantaba bien, nunca como profesional, pero con mi madre hacía un dúo muy bueno”.

"¿Qué cómo me involucré? Un buen día descubrí un libro muy interesante de Vicente T. Mendoza, que hasta ese momento fue el investigador del género más acucioso y profundo. Este libro me entusiasmó más todavía y empecé a concebir la idea de cómo participar en él. Así que pensé que explicar el corrido hablando del romance y en la copla y en la jácara y en todo esto… sería estupendo.

Naty Mistral se ocupaba del Romance y yo del corrido; por compromisos se fue Naty y seguí con Massiel y posteriormente con una cantante peruana, Betty Misiego. Y duró mucho tiempo en España. En México lo hizo también dos o tres temporadas, con Naty Mistral y luego, con Raquel Olmedo", relata.

Versátil se adaptó al streaming

El 20 de agosto del 2020 don Ignacio López Tarso debutó vía streaming, es decir hizo teatro virtual con la obra Leonardo da Vinci y la máquina de volar junto a su hijo Juan Ignacio Aranda. Siguieron por lo menos otras cinco: Fray Servando Teresa de Mier; Macario; El canto del cisne y Melville en Mazatlán y El de la triste figura. Con estas obras ha seguido volando…

Juan Ignacio Aranda: ¿Has dicho de volar?

Ignacio López Tarso: Sí, si, de volar. Volar como las golondrinas, como las águilas, cómo los buitres...

cehr

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