Ópera de Georges Bizet

Los pescadores de perlas regresa con éxito al Palacio de Bellas Artes

La ópera “Los pescadores de perlas” regresó al Palacio de Bellas Artes después de 21 años y de manera exitosa, en su primera función, la noche del jueves, se llevó los aplausos del público y las ovaciones

Momento del espectáculo.
Momento del espectáculo. Foto: INBAL

La ópera “Los pescadores de perlas” regresó al Palacio de Bellas Artes después de 21 años y de manera exitosa, en su primera función, la noche del jueves, se llevó los aplausos del público y las ovaciones por la escenografía, las interpretaciones del elenco y los papeles principales, además de la impecable ejecución orquestal bajo la dirección concertadora de Iván López Reynoso.

La Ópera de Bellas Artes supo captar durante todo momento la atención del público para seguir la historia de Zurga (Tomás Castellanos) y Nadir (Jesús León), dos amigos que se reencuentran en un pueblo de pescadores y se prometen renunciar al amor de una misma mujer que hace tiempo los separó.

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Los hombres se juran lealtad, pero la llegada de una misteriosa sacerdotisa llamada Leïla (Leonor Bonilla), quien con sus rezos se espera que garantice que el mar esté en calma y haya abundancia de pesca, traerá una serie de conflictos para estos dos amigos.

La ópera de Georges Bizet, en este montaje con la dirección escénica de Juliana Vanscoit y el italiano Fabiano Pietrosanti, desde el inicio impresiona la vista del espectador. El telón se abre y lo primero que ve es la recreación del pueblo de pescadores: unas escalinatas en tonos azul y en el fondo una especie de pared con una grieta que se abrirá o se cerrará, pues ahí estarán saliendo y entrando los intérpretes.

La escena es una fiesta, los pescadores eligen a Zurga como nuevo líder y es en ese momento que vuelve Nadir, recuerdan cuando el amor de una mujer los separó, pero prometen que jamás volverán a enemistarse. Sin embargo, Nourabad, el Gran Sacerdote de Brahma (Ricardo Ceballos), trae al poblado a una sacerdotisa, que inmediatamente Nadir reconoce como su amada Leïla, quien ha hecho un voto de castidad.

En este primer acto el tenor Jesús León nos regala una de las más emotivas interpretaciones del montaje, la romanza “Je crois entendre encore”; y también junto con el barítono Tomás Castellanos canta de manera majestuosa “Au Fond du Temple Saint…”.

En el escenario hay todo un despliegue escénico, orquesta y coro (dirigido por Alfredo Domínguez), actores y bailarines invitados, quienes van envolviendo al público en la historia, como lo logran en el final del segundo acto, en el que Nadir y Leïla son descubiertos, por lo que la muerte como castigo los espera.

La música y el canto de los solistas brindan un momento verdaderamente emocionante y desgarrador, tan es así que los espectadores inmediatamente les aplaudieron antes de que bajara el telón.

Para el tercer acto, “Los pescadores de perlas” nos sigue ofreciendo un deleite visual con escenas que podrían bien ser parte de una pintura, la música nos sigue envolviendo en un mar de emociones y las voces de los intérpretes nos cautivan. Castellanos interpreta su agonía “L'orage s'est calmé”.

Cuando termina la escenificación, el público se desborda en aplausos para todos los que representaron esta producción basada en la versión original de Bizet, rescatada en 2002. Uno de los espectadores sin dejar de aplaudir le dice a su acompañante: “Todo estuvo espectacular, la escenografía, los solistas, la dirección orquestal…”, y sí, así lo vivimos todos.

“Los pescadores de perlas” todavía tiene más funciones en el Palacio de Bellas Artes, el domingo 28, a las 17:00 horas; el martes 30 de mayo y jueves 1 de junio, a las 20:00 horas.

FGR

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