Una de las imágenesque más tiene presente la población mexicana es la identidad de los Juegos Olímpicos del 68. Uno de los artífices de ese proyecto fue el pintor y arquitecto Eduardo Terrazas (Jalisco, 1936), quien junto con Pedro Ramírez Vázquez y un equipo de diseñadores crearon ese isologo que conjugó la tradición del país con la modernidad.
Este trabajo es el que da la bienvenida a la muestra retrospectiva Eduardo Terrazas. Equilibrio múltiple. Obras y proyectos (1968-2023), que el Palacio de Bellas Artes dedica al artista. Al entrar a la sala lo primero que ve el público son las letras México 68 en el piso y al lado fotos de los proyectos que se derivaron de éste. Además de un globo gigante transparente que fue un prototipo del que se puso en el Zócalo capitalino en aquella época e inspirado en ese juguete que recibía el creador cada domingo cuando era niño, contó ayer en una conferencia de prensa previa al recorrido por la exhibición.
También se encuentran dos instalaciones: una sobre la pared con las icónicas letras, donde el espectador puede verse reflejado, “la persona viendo a México”, explicó; y otra con figuras cuadradas planas colgando sobre el techo. Incorporan la tradición mexicana y el pop art.
“La identidad de los Juegos Olímpicos fue una interpretación que se hizo de las tablas huicholas, a partir de poner una hebra y otra, en líneas paralelas que siguen el contorno de lo que uno quiere formar, ya sea un venadito, que es lo que hacen los huicholes, o una figura geométrica, que es lo que hago yo.
“Pudimos establecer toda una identidad tratando de usar las tradiciones mexicanas e introducirlas a la identidad olímpica moderna de 1968. Los colores de los Juegos Olímpicos eran de la tradición de Metepec, pero simbolizando unas cosas modernas, los deportes”, detalló Terrazas sobre dicho proyecto.
En esa sala también se encuentran las obras que concibió a partir de objetos cotidianos y que formaron parte del Museo de lo cotidiano (1987): una escultura creada a partir de escobetillas, otra con coladores de metal o una pieza con pinzas de madera para colgar ropa.
“Las escobetillas las considero una escultura, es la manera como veo las cosas”, dijo el artista sobre su pieza. Como siempre es un gran observador y con una creatividad constante, ayer durante la conferencia de prensa compartió que el piso de Bellas Artes que veía lo pensaba como una obra geométrica.
La muestra, que se inauguró ayer y estará hasta el 8 de octubre, sigue con piezas que evocan a Tablas, la primera muestra de Terrazas en Bellas Artes en 1972. Aquí los espectadores serán testigos de las exploraciones que hizo con la técnica de hebra de lana adherida a la superficie de madera con cera de Campeche, en colaboración con el artista wixárica Santos Motoapohua de la Torre de Santiago, quien estuvo presente en el recorrido. Además de Deconstrucción de una imagen, un mural en el que reflexiona sobre la inestablidad total al poder reconfigurarse y exhibirse de múltiples maneras.
Posteriormente, se puede admirar la serie Posibilidades de la estructura, de la que se derivan cinco subseries: Nueve círculos, Retícula, Diagonales, Código de barras y Cosmos, que ha trabajado durante sus 50 años de trayectoria.
Por último, se presentan los proyectos en los que involucró el campo de la economía y la estadística, como De la serie 3: Crecimiento exponencial, de 1975, un muro de 16 paneles que van del blanco hasta el negro y que representan las consecuencias de la industrialización sin tomar en cuenta a la sociedad; y De la Serie 4: Crecimiento Orgánico, igual de 16 paneles, pero que van del blanco a un mosaico multicolor, en el que imagina un mundo en el que hay un desarrollo que incluye a todos.
La experiencia se complementa con 10 obras que Terrazas creó especialmente para la muestra curada por Daniel Garza Usabiaga; y una videoinstalación a partir de espejos.
- Cuándo: hasta el 8 de octubre
- Dónde: Palacio de Bellas Artes
- Horarios: martes a domingo de 10:00 a 18:00 horas