En el libro Treinta me habla de amor (Vergara y Riba Editoras, 2022), la poeta Alessandra Narváez Varela se libera a través de un personaje adolescente para regresar a los años 90 y abordar los feminicidios que azotaron a Ciudad Juárez, al tiempo que hace una carta de amor a este municipio fronterizo que la vio crecer.
La novela escrita en verso cuenta la historia de Ana María, una chica de 13 años, quien un día recibe la visita inesperada de Treinta, su yo del futuro, que le habla de amor y jóvenes que deben ser salvadas. Esta adolescente tiene un gran temor: “Llegar a ser una encontrada”, es decir, una mujer hallada muerta. Su amiga desaparece y además ella está enfrentando los cambios propios de su edad.
“Antes los feminicidios se conectaban con Ciudad Juárez y hoy son realmente una epidemia nacional”, lamentó en entrevista con La Razón Narváez Varela, quien recientemente participó en la Feria del Libro de la Frontera.
Para la poeta escribir Treinta me habla de amor, implicó rememorar su infancia y adolescencia, una experiencia agridulce.
“El acto de recordar fue bello y un privilegio, poder sentarse, escribir, tejer una historia e incluir vivencias mías, inventar otras, pensar en mi adolescencia, en mis amigas, en referencias pop, hablé de Fey, Ricky Martin. Sin embargo, lo agrio viene de recordar la pérdida de una inocencia, saber de nuestras muertas”, compartió.
Con esta obra, la autora también quiso mostrar todo lo que es una ciudad como Juárez, que está entre la frontera de México y Estados Unidos y, por lo tanto, es bicultural, confusa y víctima del progreso de la urbe vecina, El Paso.
Me había tardado bastante en escribir de Ciudad Juárez y de los feminicidios, al hacerlo a través de un personaje adolescente fue liberador, este filtro que tenemos de adultos de decir las cosas, lo pierdes porque aquí. En uno de los poemas, ‘Madre bestia’, que habla de Ciudad Juárez, ella misma está enojada con toda la ciudad, es mucha rabiaAlessandra Narváez Varela, Poeta
“En el libro hay poemas relacionados con Ciudad Juárez, algunos son de mucho orgullo, amor por Juárez, y a veces de pura rabia a causa de lo que está sucediendo con los feminicidios. Siendo una protagonista adolescente era una montaña rusa de emociones, a esa edad está uno con las hormonas por todos lados, es lo que me gustó, lo que intenté hacer, presentar una imagen más holística, completa de Ciudad Juárez”, señaló.
Quiso mostrar que Ciudad Juárez es más de lo que se muestra en los encabezados de la prensa donde son recurrentes las palabras: feminicidio y narcoviolencia.
“Alguna vez en Dallas un conductor de Uber me preguntó de dónde era, le respondí que de Ciudad Juárez y me dijo: ‘Allá matan’”, ese tipo de frase clave realmente asesina el carácter de la urbe, uno de los poemas habla de eso, porque se representa de una manera que no es justa, si pudiera escoger un encabezado o ciertas palabras serían: Ciudad Juárez es fuerza, fortaleza, es resiliencia y chambeadora.
“Tenemos mucha fe en el mañana, aunque el mañana no se tenga garantizado; a pesar de todo lo que ha pasado con Ciudad Juárez, los ciudadanos seguimos. Tenemos que tener ese tipo de conversaciones aquí en la frontera, pero también tratar de dejar mensajes que aporten una imagen más completa de este lugar”, externó.
En la novela, Narváez Varela se detiene a hablar de la amistad y la salud mental, ésta última pensando en un inicio en sus alumnos de preparatoria que tiene en El Paso y ahora en cualquier lector que lea Treinta me habla de amor.
“En 1999 cuando sucede esta historia no teníamos el vocabulario para hablar de esto, en mi caso nada más era, esta niña tiene mal carácter, a veces se pone tristona. Acepto que hubo un intento de suicidio cuando tenía 17 años, me pongo a pensar qué hubiera significado pedir ayuda a los 17 años o a los 13, pienso que hubiese sido una diferencia grandísima, ése es mi deseo, que el lector juvenil o adulto pida esa ayuda”, dijo.
Sobre el carácter binacional que tiene su obra, puesto que en Estados Unidos se inició como escritora, por eso primero se publicó en inglés bajo el nombre Thirty Talks Weird Love y luego se tradujo al español, Narváez Varela expresó: “Vivir en la frontera es una experiencia muy bella, pero también muy confusa, me considero juarense y paseña, es mi corazón siendo mexicano, pero mis manos siendo estadounidenses, solamente porque allá me encontré como escritora”.
“Yo no la buscaba”
Ella me encontró. Golpeó
el lateral del baño del Multicinema,
donde yo me sentaba, con
la vista fija en la mancha
color fresa de mi ropa interior.
¡Toma!, me dice ahora, y me da una
toalla con envoltorio verde lima.
Susurro “gracias” porque me
dijeron que se puede aceptar
una toalla de una desconocida.
Además, el cine es un lugar
público más o menos seguro.
Encuéntrame en el puesto de comida.
Podrás ver Buscando a Eva
al menos cinco veces, dice con
demasiado entusiasmo. Se me pone
la piel de gallina: ¡me está siguiendo!
No es una exageración: en mi hogar,
Ciudad Juárez, y en mi época, 1999,
desaparecen chicas como
agua por el desagüe. Una cita con
cualquiera no será mi final.
Tengo trece, no soy tonta.
Cuando el alma me vuelve a los huesos
tiro de la cadena, no me lavo las manos
y doy un portazo al salir.
Por Alessandra Narváez Varela
- Autora: Alessandra Narváez Varela
- Editorial: Vergara y Riba Editoras
- Año: 2022