En San Miguel de Allende, Guanajuato
La primera actriz Arcelia Ramírez y la productora Tita Lombardo tienen dos cosas en común: ser parte de un movimiento de mujeres que irrumpió en el cine mexicano en los años 90 y atestiguar ahora los frutos de aquella semilla que fue germinando y sigue creciendo a pasos agigantados.
Arcelia Ramírez ve esta evolución como algo natural, porque si algo caracterizó al nuevo cine mexicano fueron las historias con protagonistas mujeres que salían de los estereotipos del pasado. Ella misma lo vivió en filmes como La mujer de Benjamín, Cilantro y Perejil y Como agua para chocolate.
“Desde que empecé a hacer cine, en eso que se llamó nuevo cine mexicano irrumpieron las mujeres con su mirada, su perspectiva, su punto de vista, con sus historias y creo que desde ahí empezaron a surgir personajes femeninos que rompían con los estereotipos de los que hablaba el cine mexicano, que eran o mujeres fatales o sumisas, o perdidas. Se ofrecía al público un crisol mucho más amplio, más profundo, como humano”, destacó en entrevista con La Razón la también actriz de teatro y televisión.
Creo que todavía nos faltan cosas que ajustar, en relación a los protocolos de respeto y de no al acoso, se está empezando a establecer un código que espero se llegue a quedar para siempreArcelia Ramírez, Actriz
Ramírez, quien en La civil (2021) dio vida a una madre que busca a su hija desaparecida, considera que las historias que las directoras mexicanas están llevando en este momento a las pantallas son parte de ese cambio que comenzó a darse en la década de los 90, pero atravesado por la realidad del México actual, donde se calcula que cada día desaparecen 10 mujeres.
“La ficción se alimenta de la realidad, en este país tenemos una cifra muy feroz de mujeres que tienen a sus hijos desaparecidos y que los buscan, no en balde hay tantas historias que gritan esta herida, como Sin señas particulares, Ruido, La civil, Las tres muertes de Marisela Escobedo y Tempestad.
“Hablamos de lo que nos duele en la pantalla, de lo que no entendemos, de lo que nos cuesta, de lo que quisiéramos entender también, creo que estas historias están ahí para hacernos reflexionar, nos exploten en la mente, en el corazón, y que seamos a partir de ahí más humanos”, resaltó.
Ramírez espera que los logros que han conquistado las mujeres en el cine, pero también en rubros como la política, las artes y las ciencias, permanezcan y haya más avances como ahora que en los Ariel de las cinco nominaciones a Mejor Dirección, cuatro son realizadoras.
“Es un panorama que nos entusiasma muchísimo, porque tenemos que ir hacia el camino de la paridad, la igualdad, la colaboración a la par. No tenía que ser un espacio el cine exclusivo para los hombres, ¿quién había dicho eso?, nos falta mucho camino, pero que no se nos ocurra ir para atrás”, expresó.
Para Tita Lombardo, productora que ha trabajado en proyectos como Amores perros y Once Upon a Time, también la presencia de las mujeres en la industria ha crecido a pasos agigantados.
“Es muy padre, incluso no sólo de productoras, sino de fotógrafas, que cuando empecé a hacer cine ni pensar que una mujer pudiera ser fotógrafa, porque tenías que ser asistente de cámara y cargar todo, después el cine dio el giro hacia el video, las cámaras eran más portátiles y las mujeres empezaron a fotografiar, pero era desde ganarte la confianza, ya una vez que demuestras que puedes hacer el trabajo bien, abres el camino, pero lo difícil es ese primer paso, ganarte la confianza de que sí vas a poder”, dijo Lombardo en entrevista con este diario.
Siempre ha sido mi problema, no sé qué quiero ser de grande —dice entre risas— a veces me pregunto qué sigue cuando no esté aquí en esto y no séTita Lombardo, Productora
Y agregó: “Siempre han estado las mujeres presentes, pero no en estas cantidades y condiciones”.
Un apapacho entre todas
Arcelia Ramírez y Tita Lombardo fueron galardonadas ayer en San Miguel de Allende con el Premio MUSA, por la Asociación de Mujeres en el Cine y la Televisión, y la Cruz de Plata, que otorga el Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF), por su destacada trayectoria y aportaciones para abrir brecha a generaciones de mujeres que las han sucedido y a las que han inspirado.
“Sí me conmueve mucho este reconocimiento, este apapacho, este reconocimiento de esta asociación que se creó para abrazarnos todas, para unirnos, para saber que si nos retroalimentábamos, éramos solidarias y nos apoyábamos, íbamos a hacer más fuertes, porque se trataba de visibilizar el trabajo, el proceso de cada una, las dificultades”, dijo Ramírez.
Mientras que Lombardo expresó sentirse sorprendida con la distinción. “Sigo aquí, sigo vigente, sigo en pie, me sigue apasionando lo que hago, me siguen contemplando para proyectos y eso es gratificante, ahora que me ofrecieron este homenaje, la producción que no es algo que consideren dentro de los homenajes o premios, por eso me sorprendió”, comentó visiblemente feliz la productora.
El reconocimiento lo recibieron de manos de Sarah Hoch, directora del GIFF y Mitzuko Villanueva, presidenta de la asociación.