Celebra 40 años de trayectoria

Ramón Vargas: la ópera es una confrontación con nosotros mismos

El tenor comparte a La Razón desde cómo se inició en este arte hasta los roles más emblemáticos de su carrera; alista gala de aniversario en el Palacio de Bellas Artes

El artista, en una fotografía de archivo.
El artista, en una fotografía de archivo. Foto: Adolfo Pérez Butrón

Cuando el tenor Ramón Vargas era niño le gustaba escuchar en la radio a Pedro Infante, Javier Solís, Jorge Negrete, Joselito y Raphael, intérpretes a los que imitaba. Sabía que el rumbo de su vida era el canto como sus ídolos; sin embargo, a los 18 años conoció la ópera y quedó cautivado, desde ese momento hasta ahora, su vida quedó prendada a este arte que considera “es la confrontación con nosotros mismos”.

Con una trayectoria de 40 años recorrida, el tenor mexicano se dice bendecido por tener la fortuna de dedicarse a lo que siempre soñó desde su infancia: cantar.

“Es una vida de cantar, estoy muy agradecido con la vida de que me haya dado la posibilidad de hacer este trabajo, de poder ser cantante, es la profesión más hermosa del mundo. Hay un autor alemán que dice que las personas más felices en esta vida son aquellas que logran realizar sus sueños infantiles, definitivamente me siento bendecido, porque lo he hecho, he realizado el sueño de cantar que tuve desde niño, no soñaba con cantar ópera pero sí sabía que quería cantar, soy inmensamente feliz”, expresó a La Razón.

En el mundo operístico, Vargas ha tenido la oportunidad de dar vida a casi 70 roles, entre éstos Rodolfo, en La Boheme, de Puccini; el Conde de Almaviva, en El barbero de Sevilla, y Don Ramiro, en La Cenicienta, de Rossini; pero, tres han sido sus favoritos:

“El que más amo, que más me gusta es Edgardo, de la ópera Lucia de Lammermoor, de Donizetti, por cómo es, por su gran fuerza: es un hombre noble, consecuente, que ama con verdad, es un gran personaje; además me consiguió mi primer contrato internacional, me abrió las puertas del MET de Nueva York por 25 años en más de 230 funciones; es un gran rol que me ha seguido toda mi vida.

Estoy seguro que uno de los caminos infalibles es darle a la gente arte, porque cuando recibe ópera, música, teatro, se vuelve más sensible; a un niño le puedes cambiar la vida y abrir un mundo que no conoce, más allá de las violencias, de la música agresiva que se escucha, de los narcocorridos, del reguetón, que es música en la mayoría de las veces vulgar y sexista
Ramón Vargas, Tenor

“Después otro rol que me ha dado mucho es Nemorino, de El elixir de amor, un personaje bueno como Edgardo, pero más frágil e inocente; y por último, un papel que me gusta mucho es Ricardo, de Un baile de máscaras, es un hombre que se equivoca y corrige, con valentía toma decisiones importantes en su vida”, compartió el tenor, quien ha pisado las casas de ópera más importantes del mundo, como las de Viena, Madrid, Berlín, París, Zúrich, San Francisco y Buenos Aires.

A lo largo de cuatro décadas de carrera, Vargas ha sido testigo de los cambios que se han dado en la ópera, algunos los considera buenos y otros no tan positivos, como el hecho de ver montajes desde la sala de un cine, pues considera que la esencia de este arte es verlo en vivo.

“Ha habido cambios buenos y otros no tan buenos, esta idea moderna de cambiar las historias, alterarlas al límite de que se vuelven algo ilógico, esto puede ser un problema. También hay más confusión, porque el arte de cantar se hace en el teatro, no como sucede ahora en un cine, porque es un arte que se hace en vivo, como el teatro, como ir al futbol, no soy aficionado al deporte, pero ir al estadio no es la misma sensación que estar en tu casa frente al televisor”, aseguró.

Entre los aspectos positivos que ve es a más gente que se acerca a la ópera gracias a las redes sociales, pero considera que para que haya más interesados es necesaria una labor más amplia.

“Para llegar ahí no es decir hay que hacer más ópera, para llegar ahí hay que hacer un trabajo anterior, cultural en toda la sociedad, es un trabajo que nos tiene que costar a todos, tenemos que ser partícipes en nuestras comunidades para que esto suceda, porque si estamos esperando que lo hagan los gobiernos, muchas veces no son las prioridades, tenemos que movernos nosotros”, aseveró.

Dijo que uno de los caminos del desarrollo de un país es acercar a las personas al arte. “Cuando recibe ópera, música o teatro la gente se vuelve más sensible, a un niño le puedes cambiar la vida y abrir un mundo que no conoce, más allá de las violencias, de la música agresiva que se escucha, de los narcocorridos, del reguetón, que en la mayoría de las veces vulgar y sexista; le das la oportunidad de escuchar otras cosas, de tal manera que la buena música se vuelve parte de su vida”, manifestó Vargas, quien el próximo 10 de septiembre celebrará sus 40 años de trayectoria en el Palacio de Bellas Artes.

En el recital de aniversario, estará acompañado por la soprano María Katzarava y los integrantes del Estudio de la Ópera de Bellas Artes, proyecto de formación artística fundado por el maestro Vargas. Además, contará con la participación del Coro y la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, la dirección Coral de Luis Manuel Sánchez y orquestadora de Iván López Reynoso.

“Vamos a hacer un recorrido interesante, voy a cantar desde Mozart hasta Puccini; los chicos van a cantar Donizetti, Verdi, va a haber mucha música, va a ser muy bonito para todos”, adelantó el tenor.

  • Cuándo: domingo 10 de septiembre
  • Dónde: Palacio de Bellas Artes
  • Horario: 17:00 horas