Poniatowska recibe el Premio Carlos Fuentes

"Mi vida ha sido un inmenso signo de interrogación"

La escritora afirma que sigue preguntándose “qué va a pasar con México”; expresa que galardón es como un boleto para reencontrarse con su amigo, el autor de Aura

De izq. a der. Alejandra Frausto, Silvia Lemus, Rosa Beltrán, Elena Poniatowska, Luisa María Alcalde y Javier Garciadiego, ayer. Foto: Cuartoscuro

La escritora Elena Poniatowska resume que su vida “ha sido un inmenso signo de interrogación” que la hace seguirse preguntando qué hacer o qué va a pasar con México, así lo expresó la tarde de ayer después de recibir el Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria en el Idioma Español en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, donde lució el elegante huipil en colores rojo y amarillo que también vistió cuando se le entregó el Cervantes y la Medalla Belisario Domínguez.

“A lo largo de 70 años, nunca abandoné el por qué, dónde, cuándo y cómo, las primeras preguntas del periodismo… Ahora sigo preguntándome qué va a pasar con México, cuál va a ser el destino de mis 10 nietos y el de todos los niños de nuestro país”, dijo en el acto en el que estuvieron ausentes el rector de la UNAM, Enrique Graue, y el Presidente Andrés Manuel López Obrador.

Dijo que el galardón también era un reconocimiento “a los personajes que he abrazado a lo largo de setenta años”.

Consideró que la distinción era como un guiño de Carlos Fuentes, a quien imaginó diciéndole: “Ahí te va poni —me decía así por enana—, te lo tenía guardado”. También lo ve como un boleto para reencontrarse con el autor de Aura, con quien subiría a las Alas del Ángel de la Independencia para cantar como hace 70 años: “Para subir al cielo se necesita una poca de gracia, una poca de gracia y otra poquita”.

Recibir un premio que lleva el nombre de Carlos Fuentes equivale a levantar la vista sorprendida por un estallido de luces que gira en el cielo como la Rueda de la Fortuna gira sobre la tierra
Elena Poniatowska, Escritora y periodista

En su discurso, la periodista rememoró los andares con su amigo Carlos Fuentes —“éramos buenos para el mambo y el chachachá”— dijo y resaltó la importancia del escritor de La región más transparente, a quien describió como “un volcán humano” y “maquinista de nuestra literatura”, dueño de un “estallido creativo” que a “todos nos alcanzó”. Aseguró que para la generación de los cincuenta, el autor mexicano fue “el surgimiento de un viento de libertad”.

“Su talento lo lanzó a la gran literatura de nuestro planeta. Fuentes cruzó fronteras y océanos y su presencia fue requerida en universidades de cinco continentes. Su escritura abrió una puerta a un conocimiento inédito de México y de su literatura”, agregó.

Después de destacar la apremiante aportación del escritor a la literatura, Poniatowska dijo que esperaba que quienes salieran de Bellas Artes tuvieran la certeza de que “ser amiga y recordar a Carlos Fuentes es un regalo tan valioso como lo fue el propio Fuentes, un mexicano que le trajo muy buena suerte a México y seguirá trayéndosela a creadores que hoy por hoy todavía son adolescentes”.

Por su parte, la periodista Silvia Lemus, viuda de Carlos Fuentes, compartió algunos comentarios que el autor de La muerte de Artemio Cruz había hecho sobre la galardonada. Recordó que para el escritor, Poniatowska es “una new journalism en sí misma, aunque también una nueva biógrafa y una nueva novelista”.

Fuentes pensaba que leer a Poniatowska es “estar en el mundo. Entonces se devuelven las rigideces formales y regresamos al origen moderno, cervantino, de la narración: ética y picaresca, bucólica y urbana narración dentro de la narración, ensayo y poema, noticia crítica”.

Mientras que el historiado Javier Garciadiego, miembro del jurado del premio, aseveró que la escritora es poseedora de una “obra monumental”. Y expresó que la entrega del importante galardón “es un acto de justicia”.

“Fuentes y Elena Poniatowska son los máximos muralistas de la literatura mexicana, en sus obras están dibujados el mayor número de nuestros compatriotas, sobre todo mujeres en el caso de Elena. No hay tema relevante que no les haya interesado, no hay asunto significativo que hayan pasado de largo. Ambos se preocuparon por las heridas del país… Ambos pueden presumir que crearon lectores”, apuntó Garciadiego y celebró que hoy los mexicanos estemos “elenizados”.

En la ceremonia también estuvieron presentes Alejandra Frausto, secretaria de Cultura federal; Luisa María Alcalde, titular de Gobernación, en representación del Presidente López Obrador; Rosa Beltrán, coordinadora de Cultura UNAM, representando a Graue y Marina Núñez Bespalova, subsecretaria de Desarrollo Cultural.