Documental de Enrique M. Rizo

Muestran la unión de Philip Glass con la música wixárika

los sonidos de sus instrumentos fueron la vía de comunicación entre el compositor y Daniel; “son extremadamente curiosos”, dice el realizador

Philip Glass, Erasmo y Daniel Medina, en 2018. Foto Cortesía: Pimienta Films

El aclamado compositor estadounidense Philip Glass se encuentra ensayando en el piano junto con el músico wixárika Daniel Medina, quien está cantando o a veces toca el raweri (violín wixárika). No hablan el mismo idioma, pero pueden entenderse cada vez que trabajan juntos porque aprendieron a hablar el lenguaje de la música, cada uno desde una mirada curiosa. Esto es parte de lo que se retrata en el documental Un lugar llamado música, en el que el director Enrique M. Rizo muestra momentos cruciales de la colaboración que el autor de Einstein on the Beach hizo con el intérprete tradicional y Erasmo Medina.

El filme fue rodado en la comunidad de Santa Catarina, de Jalisco, donde trabajaron la mayor parte del tiempo los músicos; la Ciudad de México, urbe en la que ofrecieron un concierto en Bellas Artes, y también Nueva York. Es en estos paisajes donde se aprecia la perspectiva de cada uno sobre la música y se tiene un acercamiento profundo sobre cómo viven este arte.

“Hay como una conexión muy interesante, exploramos el concepto de la música como si fuera un lugar, Philip ha estado preguntándose sobre el significado de la música, y en años recientes empieza a desarrollar la idea de la música como un sitio, lo cual conecta con la música wixárika, porque la música tradicional que tocan Daniel y Erasmo se utiliza en celebraciones, peregrinaje, no es de escenario. Daniel insiste que es portavoz de su música, que traduce lo que le dicen las deidades, la música de él es un lugar y ese sitio es la sierra wixárika, la tierra madre”, compartió Rizo en entrevista con La Razón.

Imagen de la presentación de Philip Glass, Erasmo y Daniel Medina, en 2018.

En Un lugar llamado música, los espectadores pueden apreciar algunos momentos de convivencia de Philip Glass con los músicos, cómo se prepararon para la presentación de Bellas Artes, donde estrenaron la pieza Sinfonía número 7, Tolteca.

“Philip quedó encantado porque no hicimos un retrato académico, desde el punto de un antropólogo y con la comunidad wixárika como objeto de estudio, fue de los principales objetivos, no caer en eso. Al traducir su música nos damos cuenta de su cosmogonía, entonces ésta funciona bien para presentar la tradición de la cultura wixárika, le encantó entender la música de la comunidad, nunca la había comprendido, fue una grata sorpresa”, contó.

Dijo que quisieron reflejar a un Philip Glass distinto al que conocen las personas. “Ya había tenido otros retratos de partes de su vida, con sus hijos o vida cotidiana, no tenemos mucho de eso, pero sí tratamos de retratar una retrospección más mística”, señaló el realizador a quien le llevó cinco años terminar el documental.

En el largometraje, Rizo quiso mostrar a todos los músicos en el aspecto más humano, sin endiosarlos, por eso incluyó también entrevistas en las que cada uno dice cuál es su manera de ver la música.

“Hubo mucho trabajo de retratarlos con los pies en la tierra, porque sino creo que hubiera sido un trabajo muy deshonesto endiosarlos, cuando no es la dirección que ellos toman en su carrera y vida personal, son hombres extremadamente curiosos, en una de nuestras entrevistas Philip Glass dice que la curiosidad es como el remedio para la ignorancia; veo al compositor con una sed de explorar y aprender, y digo , es una meta de vida para mí”, comentó el director.

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Y es que justo lo que originó el documental fue una simple pregunta que luego se transformó: ¿Qué ve Philip Glass en Erasmo y Daniel?

“Vimos lo importante que era para Philip su colaboración con dos músicos wixárikas, los conocimos en persona, nos encantó el carisma, lo que representan, la relación que llevaban con el compositor, nos empezamos a preguntar qué es lo que él ve en Daniel y Erasmo, nos agarramos de esa pregunta, y vimos que había una historia, decidimos desarrollarla para cine, y con el paso del tiempo nos empezamos a preguntar qué es lo que ven Erasmo y Daniel en Philip Glass”.

Un lugar llamado música ya se encuentra en la cartelera mexicana en foros independientes de la Ciudad de México, Guadalajara, Durango, Monterrey, Estado de México, Mérida, Tepic, San Luis Potosí y Playa del Carmen. En la capital del país las sedes son la recién abierta Cineteca Nacional de las Artes, La Casa del Cine, Le Cinemá IFAL y Cine Tonalá.