Se prevé que en los próximos días se desmonté totalmente la techumbre antigua de la Etapa II, que incluye las construcciones de los años 1376-1427 d.C. en la zona arqueológica del Templo Mayor, para que se instale la cubierta definitiva, cuya superficie será de 475 metros cuadrados, informó ayer el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
“Se decidió emplear el mismo sistema de tridilosa que se usó para la Casa de las Águilas y los dos Templos Rojos, con el fin de guardar una armonía estética y tecnológica, y también porque dicho sistema ha probado ser el más apto para las condiciones únicas del Templo Mayor”, detalló la arqueóloga y directora del Museo del Templo Mayor, Patricia Ledesma Bouchan.
Las labores del retiro de la techumbre comenzaron hace unos días, dio a conocer el pasado 22 de diciembre el arqueólogo Leonardo López Luján. Para llegar a esta etapa, explicó el INAH, hubo un “proceso de planeación, análisis geotécnico, de ingeniería y de protección de vestigios prehispánicos” y se ha requerido “de una minuciosa preparación debido a la complejidad y fragilidad de este bien patrimonial, a lo cual también se suman las condiciones únicas del subsuelo del Centro Histórico de la Ciudad de México”.
Entre la techumbre antigua y la Etapa II, se colocó una estructura, a fin de evitar que durante los procesos de trabajo hubiera caída de material hacia los vestigios, además de que brindó un resguardo para los mismos ante lluvias y otros fenómenos climáticos durante el retiro de la cubierta.