La escritora y periodista Elena Poniatowska baja las escaleras para charlar en la sala de su casa con La Razón sobre los reconocimientos que recibió este 2023 —la Medalla Belisario Domínguez y el Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria—, su amor por la escritura, cómo la esperanza ha sido esencial en su vida y cómo vislumbra el panorama en México rumbo a las elecciones del 2024.
Viste un conjunto de pants en color rosa, sonríe, saluda y se sienta en el sillón que suele ocupar cuando recibe a periodistas que la entrevistan. Detrás de ella hay orquídeas, le gustan las flores, en especial las del campo, sencillas.
Antes de iniciar advierte que está un poco agripada, pero eso no es ningún impedimento para que la charla ocurra e incluso se prolongue más de lo esperado, pues la autora de Leonora y El amante polaco también suelta algunas preguntas para el fotógrafo y la reportera que acuden esa tarde a su hogar: ¿Están contentos en su trabajo?, ¿cómo le hacen para entrevistar a actrices?, ¿están contentos de que Claudia Sheinbaum pueda ser la presidenta?, ¿cómo ven a Xóchitl Gálvez?, son algunas dudas que quiere despejar mientras la fotografían, al tiempo que confiesa que no sabe posar: “No soy actriz, soy simplemente una periodista”.
La entrevista formal ya terminó, pero le interesa conversar sobre política y describe como “un horror” si Donald Trump gana de nuevo la presidencia en Estados Unidos; pero también en el encuentro suelta algunas lecciones de periodismo: “Una de las reglas del periodismo es no figurar” y “el periodismo sí es adictivo”. Además de enseñanzas para la vida: “La vanidad a los 91 años no tiene sentido, no sirve de gran cosa, sirve trabajar como lo hago, leer, ver amigos, entrevistarse con amigos, eso es un gusto muy grande”.
Este año Elena Poniatowska se convirtió en la novena mujer en ser galardonada con la medalla Belisario Domínguez, por “ser una mujer de su tiempo y libre pensadora, que expresa en sus letras y en sus opiniones firmes convicciones por ser parte de un México cada vez más libre, justo, igualitario y democrático”.
Fue reconocida además con el Premio Carlos Fuentes, porque sus “textos han narrado, mediante testimonios y ficción, momentos capitales de la historia reciente de México”, de acuerdo con el jurado.
Este año recibió la medalla Belisario, el Premio Carlos Fuentes, ¿qué satisfacciones le dejaron estos reconocimientos? No hay presea más impresionante que la Belisario Domínguez, considero que es el máximo honor que puede recibir un mexicano. También las preseas que he recibido de literatura me dan una enorme alegría y aliento para salir adelante, pero la Belisario Domínguez es la estrella en lo más alto del árbol de Navidad, porque es a mi amor por México y mi patriotismo, por eso la atesoro.
Algo que me llamó la atención cuando recibió ambas distinciones es que usó el mismo huipil con el que la vimos cuando fue galardonada con el Premio Cervantes, ¿tiene un significado especial ese atuendo? Sí, ese traje rojo y amarillo me lo regalaron las mujeres de Juchitán, lo bordaron y me dijeron “este vestido te lo vas a poner siempre que te saques un premio”, como es un vestido bellísimo les prometí que jamás dejaría de usarlo en el momento en que me sacara un galardón, así ha sido siempre hasta la fecha, ya me lo he puesto por lo menos en seis ocasiones. Aunque ya no he tenido contacto para mandarles la foto del premio, sí se que ellas saben que cumplí con mi palabra y la cumplo. Es un gran orgullo usar este vestido que ellas hicieron para mí con mucho amor. Fue en tiempos del pintor Francisco Toledo.
No hay presea más impresionante que la Belisario Domínguez, considero que es el máximo honor que puede recibir un mexicano. También las preseas que he recibido de literatura me dan un enorme aliento
Escribir ha sido parte fundamental de su vida… Amo la escritura, la practico a través del periodismo y la literatura, es el amor a la escritura, al hecho de escribir. Me siento afortunada de escribir, de trabajar y de tener 91 años.
¿Cómo escribe sus historias de ficción? En general las historias las tomo de la vida real, de algún encuentro, a lo mejor podría salir una historia de la conversación que estamos teniendo usted y yo, o de la amistad del señor fotógrafo con la gata que se llama Váis, la mitad de Monsiváis, las historias en general salen de distintas situaciones.
Su carrera en el periodismo abarca varias décadas, ¿qué cree que motiva a quienes se dedican a esta profesión a continuar pese a todo? Creo que mucha gente sí lo deja, pero había un dicho que decía “cuando esta víbora pica no hay remedio en la botica”, es decir, el periodismo sí es adictivo. Además, tengo esta casa, estas flores que usted ve —en su mayoría orquídeas, aunque le gustan más las flores del campo—, esta Virgen de Guadalupe en un cuadrito de latón, gracias al periodismo. Gracias al periodismo pude hacerme de amigos, seguidores, gente con quien he trabajado, fotógrafos, con quienes formo una comunidad o formo parte de su vida como ellos forman parte de mi vida.
Como periodista ha documentado hechos complejos, los sismos, la matanza estudiantil del 68… ¿En algún momento la llenaron de desesperanza o siempre ha mantenido la esperanza de un país mejor? Siempre he vivido en la esperanza, sino no sería periodista, si fuera una mujer desesperanzada no habría llegado a la edad que tengo ahora.
Siempre he vivido en la esperanza, sino no sería periodista, si fuera una mujer desesperanzada no habría llegado a la edad que tengo ahoraElena Poniatowska, Escritora
La esperanza como un ingrediente para la vida… Claro, he escrito mucho sobre la esperanza, tengo muchísimos títulos de libros que llevan dentro la palabra esperanza.
Se ha vuelto a hablar de que es el tiempo de las mujeres, tanto en la literatura como en la política. ¿Qué opina? Siempre se ha dicho, he oído esa frase repetida cada 10 años.
¿Se había imaginado la posibilidad de que haya una mujer presidenta en México? Había pensado que podría ser una muy buena presidenta Claudia Sheinbaum, la conozco desde hace años, desde la universidad. Me parece un ser humano preparado para ser presidente, tiene la misma preparación que la pudiera tener otro candidato. Va a ser la presidenta Claudia Sheinbaum, más realidad no hay, la verdad absoluta es que la presidenta va a ser ella, lo dicen los votantes y lo dirán las elecciones —ejercicio político que ve “como una comedia” en la cual todos somos partícipes—.
¿Qué opina de Xóchitl Gálvez? Es una mujer que la he visto en algunas ocasiones, es una persona muy ruiseña y de muy buen humor siempre.
¿Qué cree que traerá al país que haya una mujer presidenta por primera vez? Creo que va a ser muy importante, hay que recordar que en América Latina estuvo Eva Perón, ha habido en Latinoamérica varias mujeres que han llegado a la presidencia de su país.
¿Quién le gustaría que fuera la o el próximo secretario de Cultura federal? Quiero que sea joven, siempre le apuesto a los jóvenes, hombre o mujer.
Volviendo a usted, ¿cómo se percibe ahora? No me dedico a percibirme a mí misma, no me dedico a analizarme, creo que yo escribo.
Entonces siempre ha estado viendo hacia fuera de usted… Sí, es una buena consideración, he estado viendo hacia fuera, es una bonita frase: He visto fuera de mí misma. Ojalá lo haya logrado.