Homenaje póstumo en Bellas Artes

Rememoran a Ignacio Solares: “el novelista de lo invisible”

Amigos como Pepe Gordon y Georgina García Gutiérrez destacan diversas etapas en la vida y obra del narrador; “sus textos resultan naturalmente teatrales”, destaca Crestani

El narrador, en febrero del 2016 en la Ciudad de México.
El narrador, en febrero del 2016 en la Ciudad de México. Foto: Cuartoscuro

Como un autor que “rompe las barreras entre autor y lector”, un narrador que legó “textos que resultan naturalmente teatrales” y un escritor que con sus “minucias profundas e inteligentes ayudó a sobrellevar la pandemia” fue recordado ayer en un homenaje póstumo en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, el narrador, dramaturgo y periodista cultural Ignacio Solares, quien falleció el 24 de agosto del año pasado.

“La literatura de Ignacio Solares rompe los límites que están más allá de la muerte, rompe las barreras entre autor y lector, muchas gracias, querido Nacho, por tu literatura que se atreve a registrar y compartir lo invisible”, expresó el divulgador científico José Gordon, quien junto con el homenajeado publicó el libro Novelista de lo invisible (Grijalbo 2023) en el que condensaron 40 años de amistad y complicidades.

José Gordon compartió que durante las conversaciones que tuvo por más de cuatro décadas con Ignacio Solares tuvo la “oportunidad de penetrar en las obsesiones más profundas” del narrador.

Por su parte, el dramaturgo Francisco Prieto resaltó que los temas que siempre estuvieron presentes en la obra del también editor fueron “la búsqueda del padre, el sentimiento de la orfandad y la carencia de una confianza básica desde un orden protector”. Destacó obras como El árbol del deseo, Serafín, El juramento, Anónimo, No hay tal lugar yDelirium tremens, de esta última dijo que es un reportaje que se lee como novela.

Mientras tanto, el actor y director de escena Antonio Crestani, habló de la amistad que entabló con Solares, a quien consideró un hermano mayor.

“Es uno de los escritores más destacados y reconocidos de su generación; es ya un autor clásico, su amplísima obra se caracteriza por una búsqueda constante de la espiritualidad y lo otro en todas sus formas y manifestaciones, por la imperiosa necesidad que tenía de entrever lo que hay entre nosotros, sus textos resultan naturalmente teatrales, una de sus obras más nodales es Delirium tremens, producto de un centenar de entrevistas”, compartió Crestani.

Recordó que siempre las conversaciones con el periodista cultural eran sin pretensiones, “pero en el momento justo solía incorporar frases o citas de sus múltiples lecturas, a veces, al final las remataba con una sonrisa que apenas dejaba ver sus dientes; en otras de plano era una sonora carcajada y en muchas más alzaba al mismo tiempo ambas manos hasta la altura de sus hombros, en un gesto que podría interpretarse como ‘aquí está otra posibilidad, tú decides’, así frecuentemente se ayudaba Nacho a sí mismo a explicar el mundo y a curiosear en los múltiples misterios que le importaban de la existencia humana. Borges decía que ‘todo encuentro casual era una cita’, es la frase que más me gustaba escucharle a Nacho, porque es la mejor forma que tengo de comprender el cruce de su camino conmigo. Fue para mí un hermano mayor”, comentó Crestani.

Por su parte, la doctora en lingüística y literatura Georgina García Gutiérrez recordó la columna Minucias que Ignacio Solares publicó cada semana en el diario El Universal hasta el 2022.

“Las Minucias de Ignacio Solares, verdaderas joyas, representan lo mejor de la pandemia, acompañamiento, remanso, inspiración, visión crítica, belleza de la forma y el contenido”, externó.

García Gutiérrez consideró que las Minucias eran “la gran literatura en pequeñas, pero acertadas dosis contra la depresión, el desánimo, la ansiedad; en plena crisis, las reflexiones y pensamientos de las Minucias convirtieron a Ignacio en la conciencia que México necesitaba”.

La especialista dijo que durante el confinamiento por la pandemia de Covid. “Las Minucias son la comprobación de que puede haber orden en medio del caos, de que había que mantener la entereza, ser resilientes, fuertes, por medio de la lectura, las artes, la música”, externó.

En el homenaje también participaron el director de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Chihuahua, Javier Contreras Orozco; y la poeta Sandra Lorenzano. Se realizó una lectura dramatizada de Angelitos y La voz, a partir de Delirum tremens. Estuvieron presentes la viuda de Ignacio Solares, Myrna Ortega; y sus hijos.